martes, noviembre 05, 2024

Libro El humano futuro de Pedro Maldonado

Pedro Maldonado es un neurocientífico chileno, que trabaja en el centro nacional de inteligencia artificial de la universidad de Chile.
Está conectado con todo el avance científico tanto de la inteligencia artificial como de la neuro tecnología, que practican empresas como Neuralink de Elon Musk

Somos un animal que viene evolucionando desde la historia remota. Nuestro cerebro es el resultado de esa evolución y su tamaño y complejidad tiene características que nos hacen distintos del resto de las especies, con capacidades cognitivas muy por sobre la de otros animales.

Lo que nos confiere la identidad que somos, el sentido de lo humano, según Pedro Maldonado, es nuestro libre albedrío y sentido de agencia, atributos localizados en el cerebro.
Qué pasará cuando nuestras decisiones las tomemos apoyados por máquinas de inteligencia artificial, que hagan la pega de pensar y recabar información, mucho mejor y más rápido que nosotros. Ya está pasando.
Y estas máquinas nos irán conociendo a nosotros mismos mejor de lo que nosotros nos conocemos.

Obviamente la confusión respecto de qué somos, quien de verdad está tomando todas nuestras decisiones más importantes, nos hará pensar en ámbitos nunca antes abordados.
La ciencia estudia el comportamiento del cerebro, de donde salen las ideas para la computación neuronal, base de la inteligencia artificial.
Y a la vez ya es capaz de emular a la cóclea, transformando señales mecánicas del sonido en señales eléctricas, que se las pasan a los nervios, haciendo oír a los sordos.

La inserción de chips en el cerebro ampliará capacidades mentales aún insospechadas. Ya nos estamos comunicando inalámbricamente con computadores y robots, para ampliar nuestras capacidades hasta límites impensados.
La pregunta por el qué somos, qué seremos, entra de lleno en nuestras conversaciones.
Falta en el relato de Pedro Maldonado la consciencia, que me parece que para él es también una emanación del cerebro.

Claro, yo pienso distinto, en el sentido que creo que el universo es consciencia y la materia es una manifestación de la conciencia. Somos una gota de consciencia encarnada en un cuerpo que cuando muere vuelve a su océano de la gran conciencia, perdiendo todo resabio del yo, que tanto adoramos en la forma del Ego.

Ya somos capaces de traspasar todas las cartas que un antepasado nuestro escribió y pedirle a la inteligencia artificial que hable como si fuera él, y tener conversaciones fecundas con antepasados nuestros.
Me imagino ánforas electrónicas donde hemos descargado la mente y la persona del fallecido, con la cual conversaremos cada vez que queramos.
Me pregunto qué sentirán esos seres parlantes encajonados a nuestra disposición.

La imaginación con todos estos adelantos es infinita.

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