Luego, los dioses se dirigirían directamente a ciertos hombres que escribirían libros sagrados, que pasaron a ser la fuente de consulta.
Hoy, en pleno humanismo, en que lo sagrado pasó a ser el hombre, me abstraigo del mundo exterior, miro atentamente en mi interior y es ahí donde busco respuesta a mis grandes interrogantes.
Harari |
Este mamífero que somos los hombres y mujeres, la única razón por la que llegó a esta posición tan extremadamente dominante, es porque es capaz de cooperar en grandes números. Y el mecanismo de como hace esto, es a través de relatos, cuentos, ficciones, que nos unen en modos particulares de comportamiento o sistema de pensamiento. Las religiones ocupan ahí un gran papel.
Según Harari, el año pasado nos quedamos sin ese relato, pues tanto la economía globalizado en el esquema que hoy operamos, perdió credibilidad, pues muy pocos se están haciendo demasiado ricos y las gran masa, ya no asciende, sino que desciende económicamente.
Y, la democracia liberal, también perdió credibilidad, porque nos quedó claro que los políticos no representan a los ciudadanos y todo quedó como una puesta en escena manipuladora, para hacerse del poder con objetivos que incluso trasgreden sus promesas de campaña.
Nos toca inventar un nuevo relato, una nueva ficción en la que creer.
La tecnología en su gravitante desarrollo, está haciendo que muchos oficios y profesiones vayan a quedar obsoletas, llevándonos ello a una situación de grandes multitudes de humanos in-empleables. Este es uno de los problemas graves que Harari ve para adelante.
el humanismo se desploma |
La inteligencia se estaría separando de la conciencia y la primera sería superada con creces por los algoritmos. Este éxito de los algoritmos está haciendo que los biólogos vean a los organismos vivos como algoritmos bioquímicos gestados por el mecanismo de la evolución.
La muerte está siendo vista como "problemas" que la tecnología resuelve uno tras otro. Hoy nos vemos confrontados con que la muerte es una decisión que hacen parientes y médicos, frente a la persona muchas veces en estados nada dignos. Y no tenemos un relato, una base ética, que nos diga que hacer ni cuando.
La gran cosa empiezan a ser los datos. Y los algoritmos que los procesan. Google y Facebook, que siguen todos nuestros pasos, a cambio de la gratuidad de los servicios prestados, nos conocen no sabes cuanto. Se supone que nos pueden predecir y darnos información precisa, para cargar los dados a favor de tal o cual candidato presidencial. Dicen que Trump ganó usando estos artificios de la inteligencia artificial,
la exploración de la conciencia |
Y este periodo humanista, centrado en el ser humano, que sacraliza la experiencia y la voz que brota del interior, será reemplazado por la religión del dataismo (los datos son todo) o el tecnohumanismo, que mejorará a ciertos, pocos humanos, que nos gobernarán al final de cuentas.
La cosa no se ve nada fácil de bancársela. Me parece de a ratos, macabro. Pero leerse a Harari, es cierto, afloja la mente y nos flexibiliza en las maneras de ver el mundo que viene.
Quizás lo que más me gustó, es este planteamiento que hace, de que los grandes descubrimientos que vendrán, son en el descubrimiento del territorio de la conciencia. Se liberarán las enormes restricciones que hoy existen para explorar en esa dirección y terminaremos cartografiando ese nuevo territorio, de la conciencia. Y entenderemos, además que es aquello.
Harari, opino yo, es un imperdible.
Referencias:
En un TED dialogue
Harari entrevistado por Iñaki Gabilongo