martes, marzo 22, 2022

Libro Serenidad de Claudia Lira

Bello y profundo libro. El tema de la serenidad, no podía ser más indicado para los tiempos acelerados que corren.
Somos como agua turbia, agitada por nuestras preocupaciones, deseos, intereses, metas, objetivos, negocios. Cuando ponemos esa agua turbia en reposo, relajándonos, aquietándonos,  serenándonos, las turbiedades se decantan y el agua se aclara. Me encantó la metáfora.

Desde los griegos como Sócrates, Platón y Aristóteles, que pensamos de una forma en particular. Vemos la realidad y usamos el lenguaje en la forma de representarnos esa realidad. Al hacer eso, perdemos el ser de las cosas, nos dice Claudia Lira.
Los orientales lo tienen más claro, el dao es el ser que anhela manifestarse. El dao anhela estar abierto a recibir a través de la percepción, el ser de las cosas que ve.

Claudia Lira
Pero para eso se necesita entrenar el cuerpo, la emoción y el alma, de manera de adquirir la disposición de la serenidad. Solo desde esa disposición, o experiencia estética, somos capaces de ver, abrirnos al ser de las cosas del mundo.

Nuestro lenguaje escrito surgió del mundo de los negocios, de las transacciones comerciales, del manejo de inventarios. Ratio es la unidad de producto en un inventario. De ahí deriva el pensar racional, que es un pensar calculante.
El pensar calculante penetró nuestra civilización, haciendo que nuestro pensar se tornara intencionado, impulsado por deseos, objetivos, metas y resultado de negocios.
Al pensar de esta forma perdimos conexión con el ser. Se nos desdibujó el ser, se nos desplazó al mundo de las representaciones, de los conceptos, un pensamiento separado del ser de las cosas.
Y sería eso lo que nos tiene con el mundo patas para arriba. En todos los aspectos.
El que nos dice todo esto es Heidegger. Pero nos habla tan en difícil, que pocos lo entienden y menos lo siguen.

La serenidad es un estado del ser. Para alcanzar ese estado necesitamos soltar todo deseo y toda intención. Soltar todo punto de vista. Situarse en el presente, con el cuerpo relajado, la atención en el aquí y ahora, quizás en la respiración.
Una pérdida de tiempo dirá un amigo cercano. Muy difícil, imposible, dirá otro.
Estar disponible, abierto, disponible para el ser de los otros. ¿Dónde?
Cuando viene el invierno, la naturaleza se serena. Se inactiva ? No, concentra sus energías en su capacidad engendradora de vida. Sino, espérate a ver lo que pasa en la primavera. Y este es un proceso involuntario y natural. No se puede apurar ni optimizar.

Hemos sido arrojados a esta vida (Heidegger), para ser. Por culpa del lenguaje calculante, con su pensamiento calculador, hemos desviado la mirada hacia el tener.
Al hacer esto hemos desobedecido la ley natural, hemos alterado el ritmo cósmico de las cosas.
El que sabe estas cosas es el hombre de campo, que trabaja con la tierra, con la naturaleza y sus ritmos. Él, sin mayores aspavientos, está mucho más conectado con el ser de las cosas y con su propio ser, que el hombre de la ciudad.
La mejor manera de serenarse, señala Heidegger, es salir a caminar por la naturaleza, por el campo.

Un espacio para habitar, significa un lugar donde poder ser. Y poder ser todo el potencial solo es posible por medio de prácticas espirituales. Te das cuenta lo perdido que estamos; yo al menos.
El hombre sabio observa la tierra, siente y saborea la naturaleza. Don Santiago de la poza de Pucón, siempre sabía decirme cómo iba a estar el clima en la tarde. Levantaba la mirada, olía el aire, sentía el ambiente y siempre le apuntaba.
Murió y su hijo Santiaguito, nunca me supo responder mis preguntas meteorológicas. Un saber que se perdió. 

La ganancia de bienes provoca la pérdida de sí mismo (Laozi).
El ser humano moderno evalúa la naturaleza para convertirla en objeto de transacción económica; esto se debe a su mirar calculador.
Hemos elevado al ego a la categoría del que decide. Eso ha hecho que las cosas se replieguen, se oculten en su ser.

Un libro de la filósofa chilena Claudia Lira que me ha dejado perplejo, como si anduviéramos muy descarriados. Sus fuentes son los pensadores antiguos chinos y Heidegger. Hombres, todos ellos extremadamente lúcidos.
Lo recomiendo straightforward; lo recomiendo derechamente.

viernes, marzo 11, 2022

Libro Más allá del orden de Jordan B. Peterson

Jordan Peterson es un psicólogo de renombre de origen canadiense.
Empecé a leerlo y no lograba conectar con él. Las cosas que decía me parecían dispersas y no lograba entender hacía dónde iba. Después de unas 100 a 150 páginas empecé a conectar con su estilo.
Lo terminé y le hice una segunda pasada, donde sí me hizo sentido. Incluso pasé a comprarme el libro anterior de él, 12 Reglas para vivir, a través de Buscalibre.cl

Esto de listar reglas o tips, es su tónica. Son 12 nuevas reglas, las de este libro.

Es importante pensar. Y lo hacemos mucho mejor cuando conversamos con otro, que da espacio y escucha para poder elaborar nuestras ideas. Un psicólogo hace eso, da espacio para que el cliente se explaye, urge y en definitiva piense en su vida y sus cosas. Y al hacerlo, elabora.

Hay una relación compleja entre el orden, lo establecido y el cambio creativo. Las reglas mantienen a raya el caos y unen a las comunidades.
No eres solo algo que es; fijo e inmutable. La historia bíblica del éxodo es el arquetipo, postula Peterson, de la transformación psicológica.
Tu no eliges que te interesa; ese algo te elige a ti. Lo interesante y valioso te agarra intensa e irresistiblemente a tí. Debes partir entonces por buscar algo que te interese.

Los alquimistas que buscaban convertir el plomo en oro, que terminarían siendo la ciencia, descubren que lo más importante es la transformación de la persona en el proceso de las cosas que hace.
En el mundo mitológico las cosas pueden ser una cosa y su contrario, al mismo tiempo.

¿Qué es Dios, en esencia? Qué pregunta. Dice por ahí que el Dios Marduk decide crear al hombre para ayudar a los dioses a mantener el adecuado equilibrio  entre el orden y el caos, que reinaba entre los dioses. El héroe es el que se encarga de mantener a raya el caos.
El depredador más grande, la serpiente, el dragón más grande, es el mal que nos acecha desde dentro. Otras serpientes diabólicas son las de las ideologías y los totalitarismos.

Me llama la atención la interpretación que hace del cuento de Pinocho. Un muñeco controlado por hilos por otras personas. Es un títere en definitiva.
Si quieres dejar de ser una marioneta, debes proponerte un objetivo trascendental. Debes comprometerte con un compromiso fuerte. y puede surgir el yo superior, ese que es un auténtico servidor de Dios.
Se construyen catedrales en el mundo occidental, para glorificar el bien supremo. Cada ladrillo que pone cada ciudadano, pues todos en ese pueblo o ciudad participan en su construcción, es un acto que participa en lo divino.
¿Tienes algo tan significativo que perseguir?

Se fiel a ti mismo. Que tu conciencia lleve la voz cantante de lo que haces. El individuo soberano escucha a su conciencia.
Si engañas o mientes, empezarás a pervertir los mecanismos que guían el instinto que te rige. El engaño necesita la negativa a regirse por el dictado de la conciencia.
La máxima científica, es que la realidad es el dominio exclusivo de lo objetivo.
El valor es una parte integral de la realidad. Este es tan complejo que no puede amoldarse a la visión científica.
Es muy posible que el verdadero significado de la vida no se encuentre en lo objetivo.

Los artistas enseñan a la gente a ver. A veces se adelantan impulsando la disolución del orden tiránico hacia un caos vivificante. Tendremos que hacer frente al caos y crear un nuevo orden habitable. El potencial siempre se asocia con los símbolos del abismo y de las profundidades. Y de la oscuridad.
Transformar el caos en orden es nuestro destino. Para ello tenemos que dibujar mapas que nos guíen. 

Lo posible es lo más importante. ¿Cómo investigamos algo que no está aún?
En este proceso Jordan Peterson señala la importancia de las historias. Si quieres enseñarle algo a un niño, cuéntale una historia.
El mal es una parte importante de la realidad. Debemos entender el mal. Si no invitamos a la bruja mala, aparecerá más adelante y hará de las suyas, penetrando por las rendijas de la debilidades de aquellos a quienes hemos cuidado tanto.
Por eso también tenemos que escuchar siempre a las personas que discrepan de nosotros.

Y para terminar, da las gracias todos los días por todo lo bueno que tienes a tu alrededor y en ti mismo.