Un libro que me remeció. Me sacó de la mirada científico materialista y la amplió a mirar la historia de la persona, en la raíz de sus enfermedades.
Cuenta que en un diálogo de Platón, Sócrates critica a un médico tracio por ignorar la totalidad de la persona al tratar una enfermedad, separando cuerpo del alma.
No se puede separar cuerpo de alma, dice Sócrates hace dos mil quintos años.
Gabor Maté dice que ha de haber un triángulo de las Bermudas que todo este tipo de conocimiento se lo traga y lo hace desaparecer.
¿Por qué?
Murió hace no tanto un queridísimo primo de ELA (Esclerosis lateral amiotrófica). Una larga e inhabilitante enfermedad, que mantiene a la persona con sus capacidad cognitivas en perfecto estado. Por eso siguió ejerciendo sus cargos en directorios hasta muy cerca de su muerte.
Un tema que nunca se habló fue por qué a Eduardo le vino esa enfermedad.
Bueno, en este libro de
Gabor Maté hay todo un capítulo dedicado a esta enfermedad.
Hay una cosa curiosa, todos los enfermos de ELA son sumamente amables. Son buena onda, cálidos, acogedores. cero problema, todo bien.
Quedé con la sensación que estas personas aprenden desde muy pequeños a reprimir todas las emociones oscuras, negativas. Ira, tristeza, melancolía.
Otra, cuando tienen un conflicto abrumador, no disponen de las emociones adecuadas para canalizar esa energía. Y es el cuerpo el que termina hablando.
Veo dos cosas que son o pueden ser treméndamente graves para nuestra salud de adultos. Una es aprender a reprimir las emociones y la otra, no aprender a establecer el límite de hasta donde llego yo y hasta donde los otros.
Este último fenómeno que se asocia con la autonomía personal, la afirmación y aseveración de la propia persona que soy, se correlaciona con el sistema inmunológico, que debe saber que cosas son de mi y que cosas son de fuera y posibles amenazas.
Cuando este sistema de defensa se confunde, empiezan a aparecer las enfermedades autoinmunes, como la artritis reumatoide, la colitis ulcerosa, el lupus eritematoso sistémico (LES), la diabetes, la esclerosis múltiple, el alzhéimer.
Hay una cosa aquí que es muy importante, señala
Gabor Maté. Las personas no son culpables de sus enfermedades. Las adquieren por programaciones que instalaron a temprana edad para adaptarse y sobrevivir en entornos familiares que les tocó vivir. Y esos padres traen esos comportamientos a su vez, de los entornos que a ellos les tocó vivir.
No se trata entonces de molestar a los enfermos haciéndolos sentirse culpables. Más bien, tomar conciencia, para hacernos responsables y dentro de lo posible hacer transformaciones personales que en definitiva nos salven la vida.
Gabor Maté dice que muchas personas se le acercan para decirle que este libro les salvó la vida y agradecerle.
Por dentro, nuestra biología y nuestra psiquis está estrechamente interconectada, configurando un cuerpo unitario. Ojo; no somos cuerpo y mente aparte.
La disciplina que estudia en la actualidad este sistema interconectado es la psiconeuroinmunoendocrinología (sistema PNIE). ¿Sabías esto? Yo no.
En este libro hay varios capítulos centrados en enfermedades específicas, como el cáncer, el alzheimer, el ELA, etc.
Empezarás a adiestrar tu atención para mirar qué estás sintiendo por dentro, pues ese a veces imperceptible estrés, puede hacerte más daño del que sospechas. Ahora, si el estrés es burbujeante y persistente, viejo, estás en problemas.
Tienes qué buscar maneras de gestionar tu estrés de manera de minimizarlo. El estrés tumba tu sistema inmunológico y en este régimen hasta la reproducción de tus células empiezan a marearse.
Un libro más que recomendable, un autor al que recomiendo seguir, y no te extrañe que pudieras terminar diciendo, que te salvó la vida.
Hace poco me operé de la próstata. Una buena clínica, un buen médico. Pero mi experiencia fue la de entrar a una línea de producción. Con el que más tuve interacción fue con el cabro que me trasladó de la sala de cuidados intensivos a mi pieza, donde estuve dos noches.
Obviamente han optimizado el negocio. Pero tengo la sensación de que esto no está bien. Y no sé cómo esto se cambia.