Las pases con la Araucanía

Llegamos en auto por la calle Lastarria y nos estacionamos casi frente a la puerta de entrada de esa casa colorada, justo en una esquina, que arreglaron los Flaño.
Entramos, subimos al segundo piso, siguiendo a la mamá de Andrea Brandes, quien me había invitado a esa Geo Poesía de la Araucanía, con un vino al final.

Saludé a algunas personas conocidas e incluso a una que después re-conocí como gran amiga de mi hermana en tiempos del colegio. Su hija, la Francisca Fernández nos deleitaría con su flauta traversa tocada celestialmente.

Lanza el evento Miguel Laborde, dueño de casa de esta especie de casa de la cultura, llamado Observatorio Lastarria, el cual después hará algunas intervenciones con amenos relatos de la historia de la Araucanía y como ella fue invadida, colonizada y finalmente habitada por este pueblo que somos hoy.

Laborde nombró a dos parientes míos, un gringo de apellido inglés, Bunster, que merodeaba por la zona de Angol en esos años del 1800. Y a Cornelio Saavedra, el del corazón de piedra, que habría pacificado la Araucanía matando indios como quien sale a cazar patos.

Y, un maravilloso tenor, grande y grueso, que cantó con una potente voz, en distintos idiomas, mezclando incluso pasajes humorísticos o quizás festivos.

Quedé conmocionado. No sabía a que había sido invitado y la Andrea, nuevamente me había sorprendido no solo por sus poesías geo localizadas, sino que ahora incluso cantó haciendo un solo que quedé perplejo. Esta mujer tiene dones múltiples.

Esto era complementado por voces españolas, que la Andrea había reclutado una de ellas al menos, de la casa del lado de su propia casa, de poemas de Pablo Neruda, contextuados con el tema central. Póngale además imágenes, fotos y dibujos. Muy buenos los dibujos del papá de la Andrea.

Lo más fuerte para mi fue un encuentro con el tenor araucano José Quilapi, a quien le dije a vista y presencia de un grupo con el que él conversaba a la hora del vino, que yo era descendiente de ese Bunster de Angol y del Saavedra corazón de piedra. Y estirando mi mano en tono afectuoso, le dije: "Hagamos las pases?".
"Bueno", me contestó él rápidamente y estiró su brazo. "De eso se trata todo esto", agregó.
Sentí algo muy profundo; me sentí muy contento. Al despedirme fui nuevamente donde él y afectuosamente le estiré nuevamente la mano y le dije "chao amigo". "Chao" me contestó con una hermosa sonrisa en su cara.

Y nos fuimos con la Andrea, mi mujer, al local de abajo a comernos algo liviano, para quedarnos por ahí otro poco y no irnos solo con un vino en el cuerpo.

Y para terminar un par de videos de José Quilapi (1) y (2) y una poesía de Andrea Brandes:

Pacificación de la Araucanía

En1868,
Partió el general Saavedra
con un corazón de piedra
a pacificar la Araucanía.
Fundó la nueva poesía
Del país unificado
Poesía en que el trazado
Se hizo a escopetazos.
Volaron los pedazos
de los pacificados.

CORO
Mucho peor que la Guerra
Es la herida guardada
Al fondo de la mirada
Triste del araucano

Sus cuerpos destrozado
regados como escombros…
Llevamos en los hombros
la vergüenza de la tierra
mucho peor que la guerra
es la herida guardada
al final la mirada
triste del araucano.
herido el pueblo hermano
y su patria devastada

CORO
Mucho peor que la guerra
Es la herida guardada
Al final de la mirada
Triste del araucano

No les dieron tregua
En la brutal cacería
Cayeron como jauría
Sobre chamanes y loncos
Se escucharon los roncos
Rugidos de fusiles
Fueron cayendo por miles
Frente a la carabina
Fue la bala asesina
De los últimos confines

Mucho peor que la guerra
Es la herida guardada
Al final de la mirada
Triste del araucano