lunes, agosto 04, 2014

¿Problemas con tu introversión o timidez?

Conversaba con alguien interesado en cómo superar la introversión y la timidez quizás también. Íbamos caminando por los cerros, lo que me dio tiempo para pensar.

Lo que hay ahí, le dije, es miedo a los juicios de los demás. Un miedo que viene de nuestras formación, en donde otros, padres y profesores, eran quienes frecuentemente emitían juicios de nosotros y cuyos juicios eran de suma importancia para nosotros, pues por ellos nos querían y nos aprobaban.

En alguna etapa de nuestras vidas, le dije, tenemos que recuperar ese poder transferido a aquellas autoridades. Como estudio en estos días la revolución francesa, le dije, tenemos que cortarle la cabeza a todas esas autoridades, tenemos que tomarnos el poder e instalar en nuestra vida, un sistema político de igualdad, libertad y fraternidad.

Por otra arte, a medida que uno recorre la vida, al menos en este periodo de la historia, todos aquellos que fueron nuestros ídolos, símbolos de autoridad, se han venido abajo o la transparencia imperante, ha mostrado su flaquezas, a veces enormes. Por eso quizás, los jóvenes hoy en día son mucho más irreverentes.

Eso por una parte, entonces tenemos que recuperar todo ese poder que hemos cedido cuando el juicio de los demás nos ha sido tan importante. Y aprender a hacer nuestros propios juicios de nosotros y en buena forma, fundadamente.

Ahí pasamos al trabajo de nuestra autoestima, tan fundamental. Ella tiene que ver con los juicios que hacemos de nosotros mismos, que muchas veces vienen instalados desde tiempos remotos, aportados por terceros, y sin mucho fundamento.

Revisar esos juicios, el concepto de lo que son los juicios, distintos de las afirmaciones, que describen hechos de la realidad, es otro capítulo del proceso.

Y trabajar para instalar el máximo, razonable, de juicios positivos de nosotros mismos o trabajar, de manera de construirlos, fundadamente.

Y quizás finalmente, aprender a conectar con los otros sin miedo, poniéndoles una atención abierta y amplia, para descubrir que son muy parecidos a nosotros, y lo mejor, que podemos instalar lazos afectivos, que nos son de tanta importancia.

Saber esto, pienso, no es suficiente. De ahí la importancia del coaching, pues el coach te espeja tus conductas, tus formas de hablar, el cómo y dónde están pegadas esas conductas que se desea erradicar. Con el tiempo, y ese trabajo de coaching, la transformación se va produciendo, con las bondades  que ello produce, en más bienestar, más relajo, más apertura, más conexión afectuosa con los demás.

Eso.

Ref: El poder de los introvertidos

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