Los equipos conversan, disputándose la palabra, de manera que cada persona dispone de breves momentos para expresarse. No todo lo decible es dicho.
Es importante observar la libertad de expresión presente en la sala, cuan relajados y abiertos o no, están los participantes. Mientras más buena disposición a expresar lo que se piensa, mejor.
También es importante desarrollar la expresividad propia, pues en muchas partes, los sistemas educacionales y las presiones ambientales, los tienen enfocados en decir o expresar lo que se espera digan, intervenciones correctas, de acuerdo al deber ser, etc. Esto “debe” atacarse y desarrollar la propia voz y expresión, y que esto sea valorado por la organización.
Cuando implementamos un ritual, en la conversación grupal, de dar la palabra por turnos, hasta que quien habla, diga, cómoda y tranquilamente, terminé. Y ahí, solo ahí, le toca al siguiente; se dicen y se escuchan muchas más cosas en el intercambio.
Muy importante es cultivar y desarrollar la capacidad de escucha. Hay muchos niveles de escucha y la práctica más frecuente es que poco se escuchan unos a otros.
Ahora, si adicionalmente, existe el espacio, la plataforma, para que las personas después de la reunión escriban sobre lo que vieron en esa reunión, lo que les pasó, lo que aprendieron o se les ocurrió después, más profundo se puede llegar en el intercambio.
Otra cosa con la que un coach debe lidiar es con las luchas de egos. Los que quieren estar por sobre, destacar, lucirse. La idea es que no opaquen a los otros. Que lo hagan pero que los otros no se sientan aminorados y puedan echar fuera toda sus propia visión y expresar toda su voz.
El intercambio de los equipos puede llegar a ser no solo una experiencia altamente creativa, sino de desarrollo y transformación personal de sus miembros y desde ahí un gran aporte para la organización.
Y lo último, entender que el mundo que vemos, no es lo que está ahí, es lo que nuestro cerebro produce. Y lo más probable, muy distinto al mundo que ve el otro. Si entendemos esto, dejaremos de discutir quien tiene la razón. Un tremendo adelanto.
Aquí comparto mis impresiones y reflexiones sobre temas relacionados con el coaching profesional, que es mi actividad principal, libros que leo y otras menudencias, como una forma de compartir y propagar la conversación que estos temas generan
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Un buen ejercicio para garantizar que quién responda o acote algo en relación al que habló antes que él, es que repita brevemente lo que el otro dijo antes de hablar. Ej. " tu dices que........", bueno en relación a eso yo creo que "....." Por otro lado, efectivamente existen aquellos que tienen el don de la palabra y que se hace atractivos escucharlos, sin embargo no los hace dueño de la verdad ni más creíbles. Tal vez aquel que habló poco y hasta tímidamente, tenga una mirada mucho más aportante a la conversación.
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