Cristobal, mi hijo estudiante de ingeniería comercial, cerró su negocio de frutas y verduras que llevaba con su polola.
Se agotó de ir y venir entre la feria de Lo Valledor, sus clientes, las clases en la Universidad, la casa de la polola, los problemas naturales de los negocios, ya sea con la calidad de los productos, detalles de incumplimientos, hasta que recibió la noticia de la repetición definitiva de uno de sus ramos en la U, asunto que no recuerdo le haya ocurrido antes.
Quiere calidad de vida, mas disfrute, lo había medio perdido. No quiere ganar plata por ganar; quiere algo mas; quiere pasarlo bien, hacer cosas que tengan sentido. Que entibien el alma, digo yo.
Bien, me parece bien. Esto no huele a fracaso, sino mas bien a ir mas allá.
Mi amigo Miguelángel, resulta que aparte de toda su actividad de consultor en temas elevados, relacionados con la administración de empresas, tecnologías de punta, charlas y presentaciones, resulta que es un cuentista que se las trae. Y que mejor que probar con un Weblog para publicar parte de su material.
Dense una vuelta por su Weblog (aquí) y haganse de la paciencia para leer uno de sus cuentos que no se arrepentirán.
Y si le ponen un comentario les aseguro que lo leerá y capaz que les responda.
Me sorprendió este Miguelángel.
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