sábado, agosto 01, 2015

Miedo a las emociones y la importancia de la respiración

Alexander Lowen de la Bioenergética ha atrapado mi atención. Hace un tiempo leí un libro suyo, pero creo que no me llegó tanto como un par de videos que he visto ahora.

Somos nuestro cuerpo, dice. Y pone el foco en lo que sentimos, siendo las emociones fenómenos que ocurren en el cuerpo y que tienen que ver o están íntimamente relacionadas con movimientos de energía.

Alexander Lowen
Vivimos una época, señala, con una cultura centrada en la mente y no en el cuerpo. Estamos tan identificados con la forma en que pensamos, que hemos perdido contacto con el cuerpo, pero más que nada con las emociones que brotan de este. Y por eso nuestra sensación de estar perdidos.

Todo parte en nuestra niñez, en que nuestra natural libertad y despliegue del ser, donde sí experimentábamos el disfrute y las emociones, fue educado, civilizado, a punta de represión, retos y castigos.

Lowen señala que esa presión ejercida en el proceso educativo es tan fuerte, porque está relacionado con la muerte, pues sentimos que si no nos quieren moriremos, nos abandonarán por ahí, por lo que terminamos haciendo lo que nos piden.

La emociones brotan del cuerpo como formas de energía que van asociadas a movimientos corporales. No podemos decirle al cuerpo que se enamore o que sienta ira, pues las emociones brotan solas, en parte en función de la energía disponible.
Lo único que podemos hacer es frenar, reprimir nuestras emociones. Y la forma de hacerlo es reducir la energía corporal, a través de reducir la respiración, contrayendo el cuerpo. Y de ahí las tensiones y el hecho que la mayoría de las personas respiran con entre el 50 a 60% de su capacidad pulmonar.

De hecho, la terapia Bioenergética se centra en enseñarle a las personas a respirar, no forzadamente sino que naturalmente. Y a perderle el miedo a las emociones que se pueden desencadenar. El cambio debe reflejarse en el cuerpo y el terapeuta Bioenergético debe saber leer el cuerpo.

base energética unitaria, que se abre en dos
fuerzas antagónicas, cuerpo y mente
Lowen señala que la energía corporal es unitaria y está centrada en una zona del cuerpo, una especie de epicentro energético, que estaría entre el plexo solar y el corazón con los pulmones. Esta energía sube por la espina dorsal y en el cerebro se divide en los dos hemisferios, donde en el izquierdo se desarrolla la mente, el lenguaje, el pensamiento analítico. Y en el derecho, se sitúa el cuerpo con las emociones, la experimentación guestáltica amplia de la realidad. Y estas dos energías entran el contraposición a nivel de la conciencia, esa cosa superficial, señala.

Si tenemos las emociones apagadas, reprimidas, con poco contacto corporal, la sensación es de estar perdidos, por mucho que la mente crea que lo tiene todo comprendido, analizado. Necesitamos recuperar el contacto con nuestro cuerpo, necesitamos ampliar nuestra capacidad respiratoria en forma natural, necesitamos perderle el miedo a las emociones, que son en definitiva el motor de todo lo que hacemos y pieza fundamental para sentirnos vivos.

Las emociones son como el fuego de la vida, señala Lowen, que de verdad podemos reducir y apagar, reduciendo la cantidad de aire que le entregamos al cuerpo a través de la respiración.

Perderle el miedo a las emociones y recuperar nuestra fuente energética de la respiración, parecen tareas fundamentales para movilizar nuestras capacidades de entrar en contacto y sentirnos de verdad vivos.

Referencias:
Charla de Alexnader Lowen
Entrevista a Lowen

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