La empresa que hoy tenemos, lo mismo que la sociedad, es nada más y nada menos que un fiel reflejo del ser humano que hoy somos.
Si queremos cambiar la empresa y la sociedad, tenemos que empezar por cambiar nosotros mismos.
Buen punto de partida, me parece a mi.
la Tierra sobrevolando la Luna |
Los del Apollo 8, en sus vueltas a la luna, disponen de tiempo libre y se entretienen mirando desde el espacio a la Tierra y le sacan fotos. Las primeras fotos de la Tierra desde el espacio.
Es darnos cuenta que tenemos que incluirnos en lo que vemos y analizamos. En lo que pasa, estamos implicados, y además tenemos responsables en ello. Por eso la necesidad de poner el foco, en nosotros, además. Y hacernos preguntas como ¿quien soy?, ¿cuál es mi trabajo?, con ambición o altura de miras.
Dicen que debajo de todas las crisis que hoy vivimos, está la ausencia de una adecuada conciencia. Incluso una ausencia de conciencia humana, de poner al humano que somos en el centro y muy importante, en nuestro pensamiento económico.
Todas las particulares incongruencias, incoherencias, cegueras, vendrían de ahí.
Incluso más allá, en esa misma línea de argumento, lo central de la transformación que hace falta, es volver a unir materia y espíritu, cuerpo y mente. Y quien lo dice es un sabio actual de China.
Hay una fuente de conocimiento no racional, ubicado en nuestro interior, accesible desde el mindfulness, del que el curso se encarga de ponernos en contacto. Y no solo eso, una experiencia de mindfulness grupal, que significa tocar un campo energético de creatividad y conocimiento grupal, capaz de acceder a sentir, intuir, lo emergente que quiere surgir en el grupo.
Esta dimensión del curso es una de las que considero más potentes y podría decir que inaugura una nueva fuente de sabiduría social.
Estamos parados en una civilización centrada en el Ego y ello está haciendo agua por todas partes. Necesitamos elevar la mirada, elevar la conciencia, comprender que el planeta no da más en su disponibilidad extractiva, que estamos polusionando los recursos básicos de sobrevivencia, lo que se refleja en la calidad de los medios que vemos, como las noticias de la TV, que más son polusión coherente con todo lo demás, lanzada a nuestras mentes.
Una de las herramientas más poderosas del curso a mi parecer, es esta interpretación de los colectivos, los grupos, como tierra en una metáfora agrícola. Tierra que necesitamos abonar, regar, mover, asolear, para que dé los increíbles frutos que potencialmente puede dar.
Para ello nos facilitan distinciones acerca del escuchar, acerca del conversar y otras, que buscan desarrollar a los grupos como reales centrales nucleares energéticas de desarrollo y creatividad.
El músculo racional siempre estará, pero aquí se activa el acceso a una nueva fuente de conocimiento, que por una parte busca en el mindfulness, la meditación y el estar atento a las imágenes que se nos pasan, en estado de quietud. Y lo otro, es enfocarnos, sentir lo emergente que quiere aflorar, tanto en nosotros, como en los grupos en que participamos. Es una mirada ecológica la que se alienta.
Y para terminar, fueron significativos para mi, tanto las actividades realizadas en mi Coaching Circle, con un grupo de seis compañeros de curso, distribuidos por América Norte y Sur, con los que conversamos e intercambiamos con notable profundidad e intimidad a través de las facilidades tecnológicas de hoy en día. Y los ejercicios del Empathy Walk, que me llevaron a entrevistar en forma empática a Pedro y antes a Violeta.
Un curso poderoso, de alto impacto en mi quehacer del coaching, en que solo me pregunto qué me trae por delante, pues participo en significativas conversaciones con otros, tocados por el contenido de este curso, que mucho recomendé.
Una inspirada y certera mirada del contenido, forma y significado de este hermoso curso. Una aguda síntesis de su impacto. Un buen comienzo para el trayecto que comienza. Gracias Gabriel por este posteo.
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