domingo, julio 26, 2020

La ruta de transformación interior

Estamos en medio de una pandemia, recluidos en nuestras casas, con tiempo para reflexionar. Nos amenaza además graves señales de cambio climática y catástrofes ecológicas, aparte de una crisis social con carácter de estallido. La cosa no podría estar peor.

Los métodos tradicionales de poner más plata aquí o allá, no están funcionando en agilidad ni impacto. Hemos recurrido a cambiar la Constitución que nos rige, como si en ello estuviera el meollo de la crisis. Sospecho que tampoco funcionará como se espera.
Se buscan culpables como si en su reducción estuviera la solución.
Nada parece funcionar.

Sospecho que la ruta que debiéramos seguir, es hacia el interior de nosotros mismos, en disposición de apertura a la transformación.
Es solo habiendo transformado el observador que somos, que podremos idear nuevas formas de articularnos como sociedad.

Lo primero, es salir del individualismo en que nos encontramos. Necesitamos destruir el muro que hemos construido, entre yo y el otro. Otto Scharmer del MIT se refiere a esto a movernos desde la mirada Ego centrada, a una mirada Eco ampliada; de Ego a Eco. Se trata literalmente de romper una barrera mental, cultural, que afecta nuestra manera de ver; simplemente no vemos al otro, no aparece en nuestra pantalla de radar.

Hay varias iniciativas en Chile que apunta en esta dirección. La que más conozco es 3xi, donde invitan a experimentar la cultura del encuentro, entre pares improbables. Grupos pequeños, de hasta 10 personas, que parten presentándose y después conversan.
Balloon Latam, hace un profundo trabajo en territorios, por periodos largos, de unos 4 a 5 años, donde con la excusa de estimular el emprendimiento, lo que hacen es construir tejido social.
Otro que conozco es familias entrelazadas, en donde una persona o familia, se vincula con contactos periódicos, con una familia que recibe una caja o vale de ayuda, durante tres meses.
Y sé que hay más.

Recuerdo que en esta línea, en el curso Leading from the Emergent Future de Otto Scharmer del MIT, nos instó a entrevistar a personas de nuestra periferia, que en el orden de las cosas, jamás abordaríamos. La idea era conocerlos, saber a qué se dedicaban, como estaban. Varias de estas entrevistas terminaron en posteos en mi blog: Pedro González, Violeta Gómez, Hernán Rodriguez, etc.

En esta ruta de transformación interior que hemos tomado, el paso siguiente sería, aprender a conversar, aprender a dialogar. Es esencial al salir del individualismo y extender el tejido social.
Siempre hemos asumido que solo por el hecho de que alguien se sabe expresar está listo para dialogar. Pero, hay un aprendizaje que hace falta, pues nuestras competencias para sostener constructivas conversaciones, dejan mucho que desear, sino mira al mundo político.
La idea que tengamos de lo que es la realidad, la forma de escuchar que practiquemos, los actos fundamentales del habla y las cuatro formas de conversar, entre otras, serán distinciones fundamentales, para saber cuando estamos en un buen nivel de diálogo y cuando no.

El tercer paso en este desarrollo o transformación interior, es la conexión mía conmigo mismo. A qué me refiero con esto ?
Al desarrollo de la voz propia. Cuanto en la vida has podido cultivar el atender a tu propia voz y cuánto a responder “lo correcto”, lo políticamente correcto, o simplemente silenciado, pues la voz de la institución donde trabajas restringe lo que los empleados puedan decir y concentra su decir a un departamento especializado en la materia.
Necesitamos, opino yo, desarrollar y cultivar una voz propia. Eso significa ir más allá, como haber respondido qué es lo mío, qué me gusta a mi hacer en esta vida, y finalmente, qué pienso yo, pero verdaderamente yo, sobre esto o aquello.
Los blogs han sido un mecanismo de ejercitación de esta actividad y no deja de sorprenderme lo mucho que le cuesta a la mayoría de las personas el llevar un blog personal.

Cuarto paso que propongo, es ir a la naturaleza, volviendo a estudiarla, desde lo mucho que sabemos y lo mucho más que no sabemos. Como ella diseña sus procesos y ciclos, como el ciclo de Calvin en la fotosíntesis, de manera de ser sustentable. Aprender de la naturaleza y desarrollar el asombro con su estudio.

Y quinto, ir al estudio de la historia, la geografía, la filosofía, etc., desde el disfrute de aprender, desde la perspectiva de ensanchar nuestra mirada y descubrir la dimensión espiritual interior y presente en todo lo que vemos y estudiamos.

Y, con la transformación lograda, abocarnos a juntos, crear el mundo en el que queremos vivir.

1 comentario:

  1. Hola Gabriel, gracias por tu posteo que encuentro muy necesario.
    Creo que son caminos paralelos: hacia adentro, sin duda, y también por fuera, por la sociedad y sus instituciones. Es que no podemos esperar a que todos hagamos el trabajo interior para resolver los problemas urgentes, locales y globales!
    Como tampoco podemos esperar cambios significativos y de largo plazo si no cambiamos desde dentro.
    Un abrazo! O codazo!

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