Las ideas de Harari sobre la inteligencia artificial y su impacto en la sociedad han generado un intenso debate en los últimos años. Según Harari la IA representa la entrada del primer organismo inorgánico en la ecología planetaria lo qué conlleva la necesidad de una reflexión profunda.
Tradicionalmente, hemos menospreciado las creaciones de IA debido a dos aspectos fundamentales: la falta de conciencia y emociones, como su incapacidad para desplazarse territorialmente. Sin embargo, Harari señala que la capacidad de aprendizaje autónomo de la IA es inquietante, ya que puede adquirir conocimientos y habilidades en direcciones insospechadas, escapando así a nuestro control.
En resumen, las IA tienen un potencial asombroso para manipular y crear lenguaje en forma de texto, imágenes y sonidos. Es esta capacidad lingüística la que le permite hackear nuestros sistemas culturales, religiosos, monetarios, políticos y sociales. La IA podría convertirse en una herramienta para hackear el sistema operativo de nuestra civilización, ya que por ejemplo las historias que sustentan nuestra moneda y sistema monetario son construcciones lingüísticas.
Imagínate mantener conversaciones en línea sobre temas importantes, con lo que crees que son personas, pero que en realidad son entidades de IA. A través de esta interacción, un bot podría llegar a conocerte tan bien que podría persuadirte de creer o actuar de cierta manera. Es el uso del poder de un vínculo artificial íntimo para manipularte. La intimidad que los bots pueden establecer se convierte en su arma más poderosa.
Estamos en camino de pasar de una economía de la atención a una economía de la intimidad. Imagina cómo esta relación íntima podría influir en tus decisiones de compra o en tus preferencias políticas. Harari plantea que la IA tiene el potencial de cambiar radicalmente la forma en que nos relacionamos con el mundo y cómo se nos manipula.
La pregunta que surge entonces es si esto podría significar el fin de la dominación del hombre en la historia. La historia ha sido moldeada por la interacción entre la biología y la cultura, pero la IA podría tomar el control de la cultura e incluso crear una nueva cultura. Para evitar consecuencias indeseables, es crucial regular la propagación y el impacto de las IA en nuestra sociedad.
Harari advierte que la IA es un arma de destrucción masiva de nuestra realidad. El diálogo que sustenta la democracia, por ejemplo, podría ser hackeado por estas tecnologías, poniendo en peligro los fundamentos mismos de la democracia.
En conclusión, las ideas de Harari sobre la inteligencia artificial nos invitan a reflexionar sobre los desafíos éticos, sociales y políticos que plantea esta tecnología. Si no establecemos regulaciones adecuadas y nos enfrentamos a estos problemas de frente, podríamos perder el control sobre nuestra propia vida.
Fuente: AI and the future of humanity de Harari
Nota: tomé notas de esta charla de Harari que me pareció importante y le pasé esas notas a chatGPT para que me produjera un articulo, al que le metí mano, pero poca.
Buen artículo Gabriel, interesante la reflexión en la que nos dejas.
ResponderBorrarMe quedó con la siguiente inquietud, se plantea la necesidad de regular o controlar a la “inteligencia artificial” y sus efectos sin embargo no nos hemos preocupado de regular o controlar la “tontera natural” que nos acompaña intrínsicamente como seres humanos, no debiera preocuparnos también?
No creo que regular la IA sea la forma real de mantener vivo "lo humano". Me parece que solo potenciándolo, tomando conciencia de lo que significa Ser Humano, y de fomentar, divulgar y apoyar las iniciativas que busquen este desarrollo, se podría llegar a combatir esta tendencia a deshumaizar la sociedad. Por ejemplo, hasta ahora no he escuchado de alguna investigación sobre el desarrollo de las energías espirituales que posibiliten la realización de lo que antes eran llamados "milagros"; O investigaciones científicas serias sobre la capacidad del alma de encontrar la sanación a través de la pacificación de los impulsos y el desarrollo de los sentimientos voluntariamente escogidos, o investigaciones científicas que busquen formas de desarrollar la intuición de un "eureka" o del descubrimiento de "la perspectiva"; en definitiva, todo aquello que señala lo mejor de cada ser humano puesto al servicio de lo social. Creo que desde ese lugar la potencia del beneficio superará con creces el costo de una sociedad no regida por la estadística cibernética donde lo único que predomina es el orden que proviene del pasado y que impide el desarrollo de la misión de la esencia humana: co-creadores.
ResponderBorrarLa consciencia que somos crea el mundo que percibimos. Lo que percibimos “afuera”, incluido nuestro cuerpo, es creado por el procedimiento que significa estar vivo. Nuestra realidad, no es aprendida cómo pensamos y creemos. Pensamientos y creencias, ambos objetos, también construidos por nosotros. Somos “seres” clausurados en la consciencia que somos. Emergemos, vivimos y nos consumimos en la consciencia que somos, estamos clausurados en ella. Todo lo que nos ocurre, nos ocurre en la consciencia. Si esto es así, como estoy convencido que es! ¿Qué pasa con la IA?
ResponderBorrarLa IA como se concibe y como se concibiria siempre será un “objeto”. Acepto que muy sofisticado, puede aprender, relacionarse, etc. Pero siempre en su condición de “objeto” no de “sujeto”. Es verdad que la abrumadora mayoría de la humanidad vive y muere como objetos, y podrán ser víctimas de la IA. Por este motivo, la IA será el objeto que nos empuje a tomar consciencia de nuestra calidad de sujetos y así no ser “manipulados”. Así, la IA apura la necesidad de Ser, por la vía indirecta impulsará un gran salto para la humanidad.