Libro El instinto científico de Andrés Gomberoff

Tema central aclaratorio de este libro de Andrés Gomberoff es que la ciencia no es una metodología, sino que un instinto o una capacidad innata que traemos desde la cuna. Oh sorpresa.
El ejemplo que da es un experimento que se hizo con guaguas de 8 meses, a las que se dejó jugando con una caja de pelotas blancas y rojas, en una proporción de 9 blancas por cada roja. Después se guardaron las pelotas en una caja cerrada, la cuidadora luego mete la mano y saca 5 pelotas y resultan ser 4 rojas y 1 blanca. La reacción de la guagua es claramente distintas que se si saca 4 blancas y 1 roja. Como diciendo, qué raro, esto no puede ser.
Conclusión, una guagua a esa edad ya puede discernir si algo es razonable o no.

Otro tema que aborda Andrés Gomberoff es el de “la objetividad”, una pretensión de los científicos de estar tratando con la realidad tal como ella es, sin interferencias de las subjetividades, que también lo habitan, pero que él por todos los medios intenta dejar fuera de su área de trabajo.
Las emociones, los propósitos personales, los deseos, estarán siempre presentes en la persona del científico. Somos mirada objetiva mezclada con subjetividad; son inseparables y necesarias.
El científico debe aparte de estudiar la materia objeto de su investigación, debe estudiarse a sí mismo. Conocer sus intenciones, sus porqués hace lo que hace, sus emociones y propósitos personales.
Dice, nuestra facultad de comer no es suficiente para que nos alimentemos; es necesario también el deseo.

Esa capacidad innata que llamamos ciencia brota desde “una pregunta”, movilizada por una emoción; el deseo de saber. La importancia de las buenas preguntas en el desarrollo de la ciencia es clave.
Andrés Gomberoff dice que el cerebro crea la realidad en que deberíamos estar inmersos. Los sentidos, después validan y ayudan a corregir esta realidad producida por el cerebro.
Esto contradice ideas qué yo traía de antes.
Darwin hace una nueva pregunta que lo llevará a su teoría: ¿es posible concebir una evolución sin un propósito?
La buena ciencia la suelen hacer personas enamoradas de sus preguntas. Y de la belleza de las respuestas que encontrarán.

El método científico lo que hace es desmenuzar el procedimiento que utilizamos naturalmente, por ejemplo formulamos una hipótesis para explicar el fenómeno. Después ejecutamos experimentos para contrastar la hipótesis con la realidad.
Buscamos algo que solemos llamar la verdad. Kant dice que no tenemos acceso a las cosas en sí.
El cerebro crea estas hipótesis, lo mismo que la realidad.
La teoría de Einstein y la teoría de Newton para explicar la gravedad son ideas distintas desde sus fundamentos. Einstein en su teoría sobre la gravedad no usa el concepto de fuerza, tan central en la de Newton.
La realidad es subjetiva, no ajena al contexto social en que vivimos.

Los problemas que debe atender el buscador científico, son cosas como los sesgos.
El “sesgo de confirmación” ve un offside en un partido de fútbol, que el equipo contrario no ve. Con este sesgo buscamos confirmar nuestros deseos.
El “sesgo de autoridad” es el que permitió que el premio nobel Linus Pauling el año 1970 nos convenciera a todos de que la vitamina C era santo remedio para el resfrío, cosa que años después se confirmó que era falso.
El pensamiento crítico del instinto científico, debe cuidarnos de estos sesgos, para no caer en conocimientos falsos.

Para desplegar nuestro pensamiento científico necesitamos un espacio cultural con libertad, individualidad e independencia; por ello la democracia es el mejor espacio político para su cultivo, señala Andrés Gomberoff.
La búsqueda del conocimiento es instintiva.
La ciencia es el ser humano libre de sesgos, con la mente abierta hacia lo desconocido, conociendo la naturaleza; enamorado.

Y termina el libro precaviéndonos en el mundo académico, nada menos, que de la solemnidad. La solemnidad es una máscara, un escondite para acallar el ingenio y el instinto, la subjetividad. Se trata de una devoción a las formas y los ritos.
La ciencia es una aventura para experimentar. Necesita ansias de conocer el mundo y a ti mismo.