Este libro de Rafael Echeverría, me tomó su tiempo leerlo. Es un libro de reflexión profunda. Lo leí dos veces, cosa que hago cuando la materia me interesa y cuando el valor de su sustancia, me toca profundamente.
Es el caso de este pensador agudo y notable, que de alguna manera va instalando más y más, esa mirada que vengo amasando e incorporando desde Maturana y Flores. La mirada del observador, como centro y eje del ser. Esto en contraposición con la mirada en que nací, en donde las cosas son de una determinada manera y las personas enarbolan banderas, banderas de lucha, banderas religiosas; de verdades inmutables.
Somos observadores e interpretes, sin acceso posible a saber como son de verdad las cosas. Esto sabotea pilares fundamentales de como estamos parados en nuestros discursos y maneras de ver el mundo. Modos y formas fuertemente adheridas a nuestra piel y alma. Aparte de que requiere una humildad que a veces se nos escapa y hacemos en tomar todo este enfoque de la ontología del lenguaje como otra bandera más, otra nueva religión y lucha.
Echeverría mira el lenguaje y sus formas de propagación, como algo central de lo que somos, y es consciente de los cambios que ocurren en estos tiempos de revolución digital, en que todos empiezan a tener acceso a medios de expresión y llegada global a otros. Señala que es un cambio que puede ser tan relevante en la evolución del hombre, como lo fue la invención de la escritura y posteriormente de la imprenta.
Y además, pone a la escritura en una estatura elevada, cima del proceso de pensar. Escribir no es fácil y conlleva un fuerte compromiso. Ello, consciente del momento que vivimos en donde teniendo los medios de escritura y llegada nunca antes disponibles, las manos de los escritores, que ya son todos en potencia, se recogen entumecidas por la falta de hábito.
Un libro de estudio y profundización de los temas de la ontología del lenguaje que recomiendo especialmente, y del cual estas líneas son ni más ni menos, que mi particular y personal mirada en esta mañana de domingo en que lo he terminado y me dispongo a irme a caminar con mis amigos a los cerros.
Aquí comparto mis impresiones y reflexiones sobre temas relacionados con el coaching profesional, que es mi actividad principal, libros que leo y otras menudencias, como una forma de compartir y propagar la conversación que estos temas generan
domingo, octubre 19, 2008
Por la senda del Pensar Ontológico
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Según lo que entiendo del proceso de comunicación en que primero viene la reacción a un estímulo, luego en el presente, el hablar, el decir...lo que al parecer se incorpora al proceso es el observar y contemplar...cuando se decanta a través de la escritura incorporando a ella otras formas de expresión conformando una expresión total.
ResponderBorrar¿Es así?
Teng que leerlo...me convenciste.