Mariano Sigman es un neurocientífico argentino que ha hablado en TED, que escribe este libro .. para aprender. Sigue las sugerencias del premio nobel Richard Feynman, que dice que la mejor manera de aprender es enseñando (o escribiendo).
Un libro entretenido, con mucho trabajo de otros referenciados, para ilustrar lo que quiere decir, que además le pone una pizca de humor.
Por eso llega al punto de recomendar ser uno mismo quien invente palabras para describir emociones. Por ejemplo, esa emoción que se encuentra justo entre la ambición y la pasividad, que es una especie de ambición moderada.
O sea, además, la riqueza de su propio lenguaje, te permite ampliar el espectro del mundo con que te toca lidiar o interactuar.
Otro punto muy central del libro es el valor de las buenas conversaciones. Siendo buena conversación, aquella en que las partes están relajadas, confiadas y tienen espacio y tiempo para decir lo que tienen para decir. No siempre ocurre y a veces sobrevaloramos instancias que la verdad no favorecen mucho avanzar en nada.
Necesitamos conversar con otros de carne y hueso. Online puede ser, pero mucho mejor es en forma presencial.
Si no tienes algo claro, ándate a conversarlo con alguien.
En el libro hay mucho trabajo con las emociones. Un mundo experiencial del que carecemos de suficientes palabras y discernimiento.
Aprendimos a reprimir nuestra emociones y a desvalorizarlas. Si eres ingeniero la situación puede ser extrema.
Las emociones pueden ser gestionadas y pueden ser resignificadas. Muy interesante esto último, siendo también un ítem del coaching.
Cualquiera de nosotros estaría histérico.
Es como los penales de la final del mundial. El que mejor controle sus emociones y su atención, lo logrará. Los otros, puede pasar cualquier cosa, como tirarla para afuera.
Quienes somos, es un relato que vamos construyendo pedazo a pedazo. Nuestra memoria, aprendí en este libro reedita sus contenidos cada vez que los evoca y lo vuelve a poner en palabras. Podemos distorsionar mucho ese relato y quedará grabado en el disco duro, más bien blando, tal como volvimos a representárnoslo.
Somos un cuento sobre nosotros mismos, muy cuestionable. Pero lo más importante, muy maleable. Nuevamente, también dominio de intervención del coaching.
Con las palabras creamos el mundo en que vivimos. Y lo creamos conversando.
Siendo uno de esos ámbitos más importante, las conversaciones que tenemos con nosotros mismos. Ahí hay mucha tela que cortar, partiendo por ser más compasivos con nosotros mismo. Un buen capítulo hay sobre esta materia en el libro.
Este libro de Mariano Sigman me puso en contacto con el mundo de las emociones, qué valoro. Lo recomiendo. Aparte de que sus pruebas están en la ciencia de la neurociencia, que es como un telescopio para mirar adentro de nuestro cerebro.
Gracias Gabriel, dan ganas de leerlo!!
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