domingo, abril 07, 2024

Libro Elon Musk de Walter Isaacson

Elon Musk es un genio sin lugar a dudas. Al mismo tiempo es un Asperger bastante deschavetado. Es esta mezcla, más su infancia en SudÁfrica, en una familia bastante disfuncional, que harán el mix para que termine haciendo la increíble cantidad de cosas que ha hecho en su vida.

Duro es su tránsito por Sudáfrica. En la escuela, con su conducta retraída de un Asperger, será sujeto frecuente de bullying y en su casa, el maltrato de su padre se irá haciendo cada vez más insostenible. El matrimonio de sus padres explota y finalmente él a los 17 años se las empluma sólo a Canadá.
Más tarde llegarán allá su madre y su hermana; posteriormente su hermano y un primo.
Estudia en dos universidades, donde pone el foco en la ingeniería, la física, lo empresarial. 

Con su hermano Kimbal crean una empresa, Zip2, que combina direcciones de empresa con mapas. Consiguieron un inversionista que puso unos US$ 3 millones y salieron de una época de pobreza intensa en que venían viviendo. Más tarde (1999) venden Zip2 y Elon recibe US$ 22 millones para su bolsillo; esto a sus 27 años.

Después crean una empresa que termina fusionándose con PayPal, dedicada a los pagos y transferencias en forma digital. Su venta a eBay en US$ 1,5 billones va consolidando la riqueza de Elon Musk.
No sale bien avenido con sus socios, en parte por su anhelo de transformar esta empresa en un banco a todo ámbito virtual. Es lo que después intentará nuevamente al comprar Twitter.

Después crea SpaceX para hacer vuelos espaciales con la mira puesta en llegar a Marte. Al poco tiempo se hace socio de Tesla, donde termina como presidente del Directorio. Aquí el objetivo era la electro movilidad, como una manera de hacer su aporte al problema inminente del calentamiento global.

Elon Musk, intenso, obsesivo compulsivo, viene de ser un fanático lector de libros de ciencia ficción desde chico. Me compré la trilogía Fundación de Asimov, por como lo influenció a él.
Lo otro que hace con frecuencia y le sirve como descanso y distractor siempre, son los juegos electrónicos, especialmente los de estrategia, como Polytopia.
Cuando recibió esos US$ 22 millones se compró un McLaren F1 de US$ 1 millón, que hizo pedazos al poco tiempo.
Elon Musk será siempre un aventurero de alta intensidad, propenso al riesgo a todo evento.
Siempre rechazó las reglas de donde vinieran. Y en su empresa todo texto, regla o artículo, debía ser firmado por una persona con nombre y apellido, que debía dar explicaciones en caso de cualquier tropiezo.

Una cosa notable son las Giga fábricas que construyó para producir sus Models de Tesla. Puedes apreciar esta de Texas. Tiene otra en Berlín y otra en Shangai, China.
Su conocimiento de estas fábricas al detalle, su nivel de exigencia demoníaco, la presión altísima sobre los trabajadores, ha tenido logros increíbles, como lograr que una línea de producción que producía 2.000 autos a la semana pasara a 5.000, a pesar de toda la resistencia que al principio tuvo.
Elon Musk exigía dedicación al trabajo a sus colaboradores, en una intensidad como la suya, que solía incluir sábados, domingos y noches. Solía dormir en la oficina, en el suelo, en sofás, debajo de los escritorios. Muchos no resistían o simplemente eran despedidos de una, por él.

Le quitó el negocio aeroespacial a la Nasa, recuerdo con un contrato inicial de US$ 1.600 millones, después que al cuarto intento logró hacer despegar uno de sus Falcon 1 desde una isla del Pacífico, de las islas Marshall.
Creó la empresa Starlink, de satélites de baja altura (550 kms), para ofrecer el servicio de conexión a Internet desde cualquier parte del planeta. En este momento ya tiene más de 6.000 satélites prestando el servicio.
Como un apéndice de Tesla creó el producto de tejas solares, más baterías powerwall, independizando a los usuarios de la red eléctrica.

Cuando apareció la inteligencia artificial, crea la empresa OpenAI en 2015, con Sam Altman, que más adelante, en noviembre del 2022, libera el conocido servicio chatGPT.
Eso abre la cancha camino a crear los autos Tesla autónomos, que ya se ven en las calles de EEUU.
Elon Musk está convencido que en el futuro los autos que usaremos serán robotaxis, taxis autónomos, que nos llevarán y traerán adonde sea que queramos ir. Y ya no necesitaremos tener auto propio, estacionamiento y andar buscando y pagando estacionamientos.
Tesla sacó también el robot Optimus, que piensa reemplazará todos los puestos de trabajo humano y no quedará otra que pagarle a todo el mundo un sueldo suficiente universal, pues la pega la harán los robots.
Cerremos con la empresa Neuralink, que está incrustando chips en el cerebro de personas, para comunicación con las máquinas.
Ah, y la Boring company, que hace túneles para aliviar el tráfico en las ciudades.

Leer este libro de 700 páginas es agotador, por la cantidad de cosas que hizo este hombre, aparte de tener 10 hijos con tres mujeres consecutivas. Dos de ellos fueron una donación de semen a una alta ejecutiva de sus empresas, que estaba dispuesta a comprar semen para tener un hijo. Le pregunto a Elon si le donaría y el dijo, porque no. Bueno, visita a estos niños con cierta frecuencia; claramente los siente como hijos suyos, aunque no tienen su apellido.

Al parecer todo lo anterior no le resulta suficiente a este hombre, sino como se explica que el año 2022 se compró Twitter en US$ 44.000 millones. Dice que lo hizo preocupado por la libertad de expresión y la veracidad de la información que transita por la redes. Pero parece que sabe que la tormenta que viene es la de la inteligencia artificial y en ese mundo los datos serán todo. Y datos almacenados Twitter, qué ahora se llama X, los tiene.

Un libro apasionante, que te sitúa bien en cómo van los adelantos tecnológicos en este revolucionado mundo.

2 comentarios:

  1. Matías Infante8:54 a.m.

    Isaacson escribe como los dioses, en simple y con una de las documentaciones más extensas que he conocido en mi rubro. Voy leyendo paralelalemente Leonardo, Los Innovadores, Steve Jobs... y ahora me falta Elon. Gracias por la reseña Gabriel!

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  2. Anónimo6:46 a.m.

    Algunos “hacen” otros “contemplan”. Dos extremos, “doers” y “místicos”. Es curioso la legitimidad de ambas formas, vienen a ser 2 condiciones de sus protagonistas. ¿Es que una forma está “bien” y la otra “mal”?
    Así como los místicos encuentran la felicidad en la quietud y la paz, ¿Ellon será feliz en el torbellino de su vida? Ese “hacer” sin descanso, incluso en sueños, viendo cómo continuar adelante, esa agotadora carrera sin “perder” un minuto, es su condición, su estructura autodestructiva, …. Al igual que la condición del místico, solo diferente en que la primera gira a 1.000 rpm, mientras la segunda a 1 rpm.
    Me hace pensar en la relatividad de los juicios, ¿que está bien? ¿Que está mal? ¿Que es conveniente? etc etc parece que todo …. Depende de un gran depende.

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