Libro El mito de Sísifo de Albert Camus

Me dio lata leerlo por tercera vez. La verdad no es mucho lo que entendí de este libro de Albert Camus. Puede ser por una resistencia mía a encontrar justificado el absurdo de la vida y todo lo que hacemos.

Sísifo despreció a los dioses. Los acusó de sus fechorías. Hizo cosas en contra de la muerte, qué terminó en Mercurio que bajó a la Tierra, lo sacó de sus disfrutes, porque este hombre sí que disfrutaba de la vida y de la naturaleza, lo agarró del cuello y se lo llevó a la oscuridad del infierno.
Y ahí recibió el castigo del trabajo inútil, sin sentido, de por vida. Empujar esa enorme roca hasta la punta de un cerro, para que al llegar a la cumbre esta se deslizara una y otra vez, hasta la base de la montaña.

Se parece esto a nuestro trajín diario, de estar empujando la roca cerro arriba, todo el tiempo, toda la vida.
Afanamos toda la vida para construir un hogar en algún pueblo de Ucrania, para que llegue una fuerza enemiga y lo pulverice todo. Mientras arrancamos con lo puesto ?
Qué viene después ? Empezar nuevamente a construir un nuevo pueblo; obvio.

Lo interesante es cuando Sísifo mira la roca caer, sabiendo que es lo que iba a pasar. Reflexiona, toma conciencia de sí, y baja lentamente, feliz. Imagínatelo así, sugiere Albert Camus.
El hombre es su propio fin, dirá Camus por ahí. Lo importante es ver lo que está pasando por dentro de Sísifo.
Si piensas que se va idiotizando con este ir y venir, es una mirada.
Pero si lo vez, como alguien que crece y se desarrolla, y cada vez es más feliz, es otra.

El absurdo de la vida es el tema de este libro. Hay un capítulo del escritor Kafka al final del libro, pues también el absurdo abunda en sus libros, El proceso y El Castillo.
Medio convencerse de que nuestras vidas son una carrera en el absurdo, no es fácil ni quizás recomendable.
Quizás por eso me costó entenderlo, disfrutarlo (más bien lo sufrí), leerlo.

Me quedo con la frase “el hombre es su propio fin”.