miércoles, julio 23, 2014

Arroz graneado y la educación

Recuerdo una vez que me invitaron a opinar, junto a varios más, acerca del programa de carrera de ingeniería en informática de una universidad en Santiago. Cuando me tocó hablar pregunté si estaba dentro del plan de estudios lo que consideraba en ese momento el equivalente al "arroz graneado" de una carrera de ese tipo. Cual sería ? Implantar SAP propuse.

cultivo de arroz
En el cocinar, hacer arroz graneado, es quizás una de las cosas más básicas. Cuantos hombres saben hacerlo? Es muy fácil. Los ingredientes y los pasos a seguir, creo haberlos aprendido cuando fui scout, en algún campamento.

Pero hubo una empleada, en la casa de mi hermano, vecino de mi madre, que hacía un arroz graneado que era una verdadera delicia. Cuando íbamos a almorzar donde mi madre, muchas veces el arroz, ese tan especial, venía de la casa de mi hermano, donde esa cocinera, que destacaba por sus kilos de más, lo había hecho.

Pienso que aprender a hacer arroz graneado de calidad debiera ser una obligación, incluso parte de currículo escolar. De seguro esa mujer que lo cocinaba, tenía una pasión o gusto especial, por el comer. Que debiera ser un requisito de cualquier cocinero o cocinera: un buen paladar. Pero quien no lo tiene.

Es tan importante el buen comer, insisto, que me sorprende que nuestro sistema de enseñanza, no haya puesto el cocinar, el hacer un buen arroz graneado, como algo primordial.

Propongo que así sea.

En estos días que sigo un excelente curso sobre la revolución francesa, me percato del cambio de mentalidad que ese hecho histórico produjo, cambio podría decir incluso de nivel de conciencia, en que pasamos de ser quienes somos por la cuna o designio divino (el rey), sin tener que hacer nada más que esperar a que el mundo nos retribuya por quien somos. A uno en que soy según lo que haya hecho, según merito, algo que entre paréntesis los chinos practicaban de mucho antes.

cocinando arroz
Bueno, a que todo esto? A que pienso que dejamos el cocinar a nuestras empleadas, a quienes atribuimos un orden inferior y por ello, hacer arroz graneado no nos correspondía, por quienes éramos.

Y concluyo, si esta teoría es sostenible, de que aun no completamos la transformación que empezó con la revolución francesa en occidente, o mejor con la declaración de independencia de EEUU que fue poco antes, en 1776.

Pienso que somos por lo que hacemos y nos construimos declarando donde queremos ser oferta y vivimos encaminados a desarrollarnos más y más en ello.

Y hacer un buen arroz graneado es fundamental.

Y si le pones un poco, o más de un poco de lo que nos enseña el libro Zen en el arte del tiro con arco, le pondría al acto de hacer el arroz graneado, una ritualidad, con algo de sagrada. No se porque me tinca que aparte de cocinar mejor, comeríamos mejor.

Qué dices?

domingo, julio 13, 2014

Libro "Zen en el arte del tiro con arco" de Eugen Herrigel

Eugen Herrigel es un alemán, profesor de filosofía, que en una época de su vida se traslada a Japón a hacer clases en la universidad y aprovecha, junto a su mujer, de conocer el arte del tiro con arco y ella el hacer arreglos florales, para conocer el Zen aplicado a estas actividades.

De eso se trata este libro, de su experiencia en ello, con un maestro, Awa Kenzo, que lo acompaña en todo el proceso, que no alcanza a durar seis años. Al final de cuentas parece como que hubiera entrado a un seminario a realizar prácticas sacerdotales.

Nuestra manera occidental de aproximarnos a cualquiera de estos oficios, deportes o como se les llame (pensé en el golf también), es desde la cabeza pensante, la voluntad y lograr a través del trabajo persistente y duro, acomodar el cuerpo a las capacidades requeridas. Y muy importante, a lograr los objetivos de logro externo.

Aquí el cuento es otro; es de otra manera completamente. Primero, el objetivo no es dar en el blanco; el objetivo es adiestrar la mente, y el cuerpo, en una ritualidad oriental, sin duda, para conectar con la no mente, la nada del silencio del que medita profundamente.

La respiración es donde estará el foco de la atención, y los movimientos, suaves, relajados, del ritual del manejo del arco, la flecha y el blanco. Hacer los movimientos, ritmicamente, acoplados a momentos de la respiración, con el foco puesto en el respirar ...

Un respirar que no es al final de cuentas controlado por el aprendiz, sino que es un respirar natural, que fluye en una atención religiosa, como si uno fuera respirado, mas bien.
Y los movimientos, pausados, con la mínima tensión o fuerza. Y se requiere mucha fuerza para estirar ese arco y preparar la flecha para el disparo a una distancia de unos 60 metros.

Hay que lograr "espiritualizar" el tiro. Hay que vaciarse completamente de la intención de dar en el blanco; esto ha de ser lo más difícil de lograr para un occidental. Incluso más, hay que vaciarse de uno mismo ...

El maestro es esencial. Él, de solo mirarte, te cacha en que estás. Aparte de que no te da mayores clases lectivas. Te muestra, te observa, hace pequeños gestos. Si al final termina traspasándote el conocimiento como por irradiación, como una vela encendida prende a otra.

De lo que se trata es de matar el yo, y que sea "el ello" el que dispara. Esto es un mundo desconocido para nosotros los occidentales.

Para los orientales lo espiritual se alcanza, muy en primer lugar conectando con la respiración, aparte de ser una respiración mucho más estomacal; y luego conectando con la nada del no yo, en el presente, por supuesto. Por ahí anda el Zen.

Cuantas cosas hacemos, buscando esa conexión con el ello nuestro, con la nada del estar en el presente vacío de pensamientos, conectados con cosas como la música, el golf al dar el golpe, el comer, el sexo?

Se me abrió la curiosidad con el Zen, sin duda.

Gracias Enzo Cozzi por prestarme y más todavía, recomendarme el libro.

Te paso el libro, en español, en pdf, que está aquí. Y muy recomendado.

 

domingo, julio 06, 2014

Recomendación de erizos

el local en Manuel Montt 1591
Si eres un disfrutador de este tipo de comida, este dato te va a gustar.

Se trata de un pequeño local ubicado en Manuel Montt 1591, con 5 años de antiguedad, propiedad de la pareja Alejandra Lira y su marido, Jean Pierrre Brunet. Ella es de Copiapó y él de Pto Varas; se conocieron en el norte y armaron este negocio de productos del mar, en parte por la profesión de gastrónoma de ella y creo que del comerciante que es él.

Los erizos que venden son traídos del Caldera, del norte. Son de muy buen tamaño y exquisitos.

Trabajan en el local Marcia Romero y Olga Salas, que hacen el paso por ahí un grato momento.

Abren a las 11:00 los sábados y domingos y atienden hasta las 14:30. Todo esto lo puedes ver en el sitio web que tienen en www.erizo.cl

Me contaba este sábado Alejandra, que estaba incursionando en platos preparados, cosa que habré de probar más adelante.

He querido recomendar este local, que sé que además reparte mariscos en restaurantes, por el gusto que nos hemos dado con sus erizos en familia, la que ha alabado, sin excepción, el producto, ya en dos ocasiones.

Alejandra, Marcia y Olga, que tiene en sus manos los erizos que compré