sábado, junio 27, 2020

El arte

Qué es el arte ? Cuál es su naturaleza y significado ?
La realidad es holónica, dice Ken Wilber en su libro El ojo del espíritu. Qué significa esto ? Significa que la realidad está conformada de totalidades, que a su vez son parte. Por ejemplo, la mitocondria dentro de la célula, es una totalidad que tiene por función producir el ATP energético; la célula es otra totalidad, dentro del corazón, el corazón es otra totalidad dentro del sistema circulatorio y el sistema circulatorio, es una totalidad que a su vez es parte de la totalidad que soy yo.

artista Caco Salazar
Cada una de estas totalidades que a su vez es parte, es un holón.
El arte se puede ver de la misma forma. Como capas de cebolla, que son holones, totalidades que son parte de la cebolla.
La realidad de la vida es holónica, dice Wilber.

El arte se puede mirar como cuatro holones, cada uno de los cuales aporta una interpretación, una verdad, de lo que es la obra de arte en particular.
El primer holón, el primario, es la mirada hacia el impulso original que lanza al artista a hacer la obra de arte. Quizás se ha conmovido por un paisaje y quiere reproducirlo, o siente algo que quiere expresar, o es algo inconsciente que quiere expresarse.
Podemos mirar el arte desde esta perspectiva, para lo cual si el artista está vivo, podríamos ir a conversar con él y obtener información de valor.
Esa es una mirada y esa mirada producirá una interpretación, una verdad, que podemos llamar un holón, una pieza o parte del todo.

El segundo holón es mirar la obra de arte en sí misma. Sus partes, sus colores, las cosas que se han dibujado ahí, cómo se relacionan. Y de puro mirar la obra y analizarla, interpretarla, podemos decir otra verdad, otra parte de la realidad de la obra de arte.

El tercer holón, totalidad y parte de la obra de arte, es la mirada del espectador. Lo que a él le pasa con lo que ve, lo que emerge de él al ver la obra de arte. Y las reflexiones que a él le surgen.

El cuarto holón es mirar la obra de arte desde el momento histórico en que esta fue hecha, de la localidad y la cultura que ahí existe o existía. Eso te da otra perspectiva, otra verdad, otra mirada, de la obra de arte.

Tenemos que ver, dice Wilber, con su mirada integral, al arte como todas estas capas holónicas yuxtapuestas.

Ahora, el gran arte, es aquel que cuando al enfrentarte a él, surge de ti una reacción de asombro, de deslumbre, en qué quedas absorto, en actitud contemplativa. En que el tiempo como que se detiene, en que no quieres salir de ese estado, que se puede prolongar un buen rato; e incluso tener el deseo de volver a experimentar esa experiencia. Quedas maravillado, quedas deslumbrado.

El nacimiento de Venus de Sandro Botticelli
Cuando esto pasa, dice Wilber, es que has pasado a mirar el cuadro no desde el ojo de la mente, sino desde el ojo del espíritu.

Y cuando eso pasa, es que se te activa el ojo del espíritu, la experiencia es espiritual.
Pasaste a otro nivel de conciencia, otro tipo de experiencia, en que muchos dicen sientes el destello de Dios.

El arte puede llegar a producirte una experiencia espiritual. Y cuando ejercitas el ver con el ojo del espíritu, el observador que eres ha cambiado.
Otros dicen que has elevado tu nivel de conciencia.

miércoles, junio 17, 2020

Otto Scharmer en Icare

Ayer escuché por Icare TV a Otto Scharmer, presentado por Lorenzo Gazmuri.
Qué viene a decirnos este famoso académico del MIT norteamericano, en medio de esta crisis multidimensional, enfocada hoy en la pandemia del coronavirus ?

Otto Scharmer
Aquí hablaré de lo que yo escuché nos dijo.
Estamos en medo de una crisis disruptiva mayor. Eso quiere decir que íbamos derecho a estrellarnos a una pared y partes fundamentales de la estructura empiezan a colapsar. Nos dará esto tiempo para hacer el viraje necesario o imperativo, antes de estrellarnos ?

Otto Scharmer recomienda soltar nuestras creencias y formas tradicionales de ver el mundo, para abrirnos a nuevas formas que nuestras cegueras no nos han permitido detectar.
Que difícil cosa nos pide Otto, para partir.
Salir de nuestra burbuja, lo llama él.

Lo que sigue es más radical. Nos pide que metamos el cuerpo en los escenarios donde queramos intervenir. Esto hará que nuestra biología y todo lo que contiene, sienta. Sienta a la naturaleza, sienta al otro y se sienta a si misma.
Hemos estado colonizados por el imperialismo de la razón pensante, de la racionalidad, desconectada de la interioridad del yo y del nosotros.

la ruta de la Teoría U
Y remata diciendo que para realmente poder maniobrar en la disrupción en que nos encontramos, tenemos que sufrir un cambio de nivel de conciencia. Como sabe que esta palabra a muchos podría molestarles, la cambia por mentalidad, manera de pensar. Pero no te equivoques, no se refiere a mover la racionalidad de aquí para allá solamente.

Dedica una parte importante de su charla a hablar de las transformaciones que están empezando a pasar en el sistema educacional, usando como ejemplo su misma universidad del MIT en Massachusets. Una universidad que empieza a salir del aula, a ir a terreno, promoviendo el aprender haciendo, en equipos y en proyectos reales.
Van al mundo, escuchan, meten el cuerpo en la realidad y vuelven al aula a sentir y reflexionar. Imaginan iniciativas y lanzan prototipos, uno tras otro, hasta dar con soluciones sostenibles o sustentables.
Incluso anuncia un nuevo proyecto suyo, que es la creación del School for transformation.

La charla anuncia la intención de re-imaginar y re-modelar los negocios y la sociedad. A ese nivel está hablando.
Habla de que no es suficiente cambiar los autos por autos eléctricos; seguirán habiendo tacos.
Imagina un mundo en que todos reciban un ingreso básico universal de sobrevivencia. Qué sería entonces el trabajo. Y se visualiza a las personas apasionadas por lo que hacen y con el corazón conectado con sus clientes, desde la compasión.

En definitiva, está hablando de una transformación del ser humano, de su forma de estar en lo que está, transformado interiormente, partícipe en la creación de un mundo mucho más humanizado y mucho menos violento que el mundo que hemos construido.

Hablará de transformación del Capitalismo, con empresas con propósito, con emoción, impulsadas por una misión.
Hablará de una tecnología que no empuje al hombre a un lado, sino que esté en estrecho contacto con las mejores capacidades creativas de la persona.
Hablará de métricas basadas en el bienestar de las personas y abandonar el cuanto gana el promedio, que esconde la honda violencia de las desigualdades en el reparto de la riqueza.

Estamos en un mundo sobrecargado de violencia, que no reconoce signo político, sino que es producto de las cegueras de como venimos haciendo las cosas. Y que está viviendo estallidos peligrosos aquí y allá.
Estamos a tiempo para enmendar rumbo y no caer en .. ?

Quizás más importante, estamos capacitados para procesar y abrazar todo lo que nos trae Otto Scharmer ? El tiempo lo dirá.

Nota: Destaco la presencia en la charla de Otto Scharmer, la recomendación del coaching a nivel de empresarios y ejecutivos de alto nivel, como interlocutores válidos para abrir espacios a la mente, espejar perspectivas y vivencias, e interpelar las formas tradicionales de ver, con preguntas poderosas, que abren perspectivas no vistas antes. Yo soy oferta ahí.


martes, junio 16, 2020

Libro Ciencia y religión de Ken Wilber

Estaba en los libreros de mi casa. Lo tomé en estos días de cuarentena de la pandemia del coronavirus, mientras esperaba libros comprados por Busca libre.

Iba en la página 64 cuando como que los subrayados me parecían sospechosamente míos. Y me fui al buscador de mi blog y ahí estaba, un posteo mio, del mismo libro, de febrero del 2010.
Me quedé pensando y opté por seguir leyendo.

Ken Wilber declara que lo que pretende en este libro es reconciliar a la ciencia con la religión. Tamaño desafío. Y a mi entender, lo logra.

La realidad se compone de tres partes, la realidad sensible, lo que nuestros sentidos y sus extensiones, pueden aprehender; la interioridad del yo y la interioridad del nosotros.
A partir de la Ilustración, que es cuando empieza la modernidad, estas tres partes, que antes estaban fusionadas, se diferencian. Son el yo, el nosotros y el ello.

Wilber, basado en infinidad de fuentes, abre el escenario en un gráfico de cuatro cuadrantes. Arriba a la izquierda, la interioridad del yo; arriba a la derecha, la parte exterior del yo; abajo a la izquierda, la interioridad del colectivo, del nosotros; y abajo a la derecha la parte social, o lo visible del colectivo.

Bueno, lo que va a pasar en la modernidad, con el auge de la ciencia (y su resentimiento con la religión) y la industrialización de la economía, es que el ello, la ciencia material, el lado derecho de este gráfico, se establecerá como régimen imperial, de total dominación de la escena.
Y transformará a la religión, o la dimensión espiritual, en algo parecido a Santa Claus y a los sentimientos, la conciencia, lo interior del yo, como algo, de muy menor importancia, ojalá obviable.
Y creamos el páramo de la modernidad, en el que venimos estando.

Wilber dice que tenemos tres ojos para mirar el Kosmos: el ojo de la carne, que ve la realidad sensible, el ojo de la mente, instrumento de la razón y el ojo del espíritu, que mira los dominios de Dios, que es esa dimensión que acá en occidente obviamos.

Wilber desmenuza la ciencia, su método de extracción de verdades de la realidad, de tres pasos, en que en el del medio obtiene los datos, experienciales o instrumentales (que son extensiones de nuestros sentidos), para obtener la evidencia, que después contrastará con los datos y evidencias que otros obtengan del mismo escenario.
Concluye que el método científico es gran valor, que debe extender su ejercicio a los ámbitos de la mente y del espíritu, a los dominios interiores.

La religión en la propuesta de Wilber, debe dejar fuera todas sus piezas mitológicas y dogmáticas, y quedarse exclusivamente con la experiencia mística, contemplativa y espiritual, para partir de las experiencias espirituales de sus maestros fundadores. Y someterlas al método científico, un método científico ampliado, que permita considerar como dato de la experiencia, los obtenidos de experiencias espirituales.

Ken Wilber
Ya hay registros de meditadores profesionales, que se someten a instrumentos de la ciencia que miden lo que pasa en el cerebro y han constatado que los fenómenos psíquicos internos, tienen correlatos en los instrumentos de medición de actividad cerebral.
Esta sería la ciencia confirmando que hay algo pasando allá en la interioridad del yo, un buen punto de partida, para abrirse a investigar todo el lado izquierdo del gráfico de más arriba, que según Wilber, opera en distintos niveles, con correlatos en cada cuadrante.

Y de lo que ahí surge, es un enfoque de desarrollo y evolución, del lado izquierdo, en escuelas que serán liderados por una nueva religión, con insospechado impacto en el mundo político y económico, del lado derecho, del ello.

La voz del Espíritu hace rato que murmura, susurra, a través de la experiencia de la belleza, que experimenta el yo, a través de la bondad, que experimentamos en relación con el nosotros y la experiencia de la verdad, en la obra de la ciencia en la naturaleza, expresión esta del corazón del Kosmos, que es otra forma de llamar a Dios, dice Wilber.

Debemos para el reduccionismo extremo al que hemos llegado, de asociar las más variadas emociones con la secreción de sustancias en el cerebro y de abordar las enfermedades mentales, propias de un mundo patológico, sin significados, con píldoras que atacan solo la componente material de fenómenos de la interioridad del ser. Hemos estado viviendo en un mundo chato, sin sentido, enfermo.

Me iré ahora a leer qué escribí del mismo libro hace 10 años.


Referencia:
Mismo libro leído hace 10 años

martes, junio 09, 2020

Libro Paz en el Corazón de Rosa Ergas

El libro debiera haberse llamado "El camino de la reconciliación", que aparece como subtítulo. En ello está el meollo de lo que se propone.

Un libro importante, potente. Su efecto en el lector puede ser trascendente. Liberarse de los resentimientos, a través de un proceso de reconciliación, te puede cambiar la vida de formas significativas.

Descubrir que estamos llenos de heridas, de resentimientos, escondidos muchos de ellos bajo la alfombra, y darnos cuenta, del desgaste energético que su tensión ocasiona, del debilitamiento de tu fuerza interior y energía vital, que si las sanamos, disolvemos, te transformarán.

Pero no es tarea fácil. Significa entrar en el sufrimiento. Y eso a nadie le agrada; más bien, siempre le estamos arrancando.
Reconciliarse con los enemigos secretos del corazón, requiere primero entender ciertas cosas.

Dejar de creer que la solución del problema viene del culpable, del que hizo el daño.
Algo pasa con el resentimiento, que deja ligadas a las dos personas, de por vida. Es como si ambos permanecieran en prisión; sí, en prisión. Y la llave de la celda no la tiene el perpetrador. La tienes tu. Esto tienes que entenderlo.

El olvido no sirve. El daño es interno, que no desaparece con el tiempo. Eso es falso.

Y el perdón, tampoco sirve; oh sorpresa.
Este está inserto en una cultura de la culpa, que nos gobierna. Te das cuenta que hay personas, habemos personas, que dedicamos mucha energía y tiempo a buscar al culpable y luego ...
Lo castigamos, nos vengamos. Y creemos que eso nos sana la herida.
Bueno, eso no ocurre.

Esto me vuelve a hacer pensar en esa idea de que todos somos uno.
La verdad es que después de leer este libro, profundicé en la creencia de que esto es así. Estamos mucho más ligados, vinculados, de lo que sospechamos.
Y de ahí también el valor de la cultura Ubuntu, que recupera para la comunidad a los que pecan, delinquen. Mandela está en eso y toda su filosofía, nos lo recuerda Rosa Ergas.

Este libro nos sirve, te ayuda a moverte hacia la reconciliación de todos tus resentimientos o heridas internas, liberando mucha energía para tu vida futura. Por eso que dice Rosa, que reconciliarse es un favor que uno le hace a su futuro.

Rosa Ergas Benmayor
Pasar de la cultura de la culpa a la de la reconciliación, es un cambio paradigmático trascendente.
Nuestros gobiernos pasados, no han sabido llevar bien el proceso de reconciliación de nuestra época de la dictadura militar; y eso nos jode. Estas heridas, nos dice Rosa, se heredan. De ahí la importancia de saber de estas cosas, no solo a nivel personal, sino colectivo.

Que buen aporte son los testimonios al final del libro. Muy buenas las reflexiones que exponen, aparte de las dolorosas circunstancias que les tocó vivir. En más de alguna nos veremos reflejados y dan la cara, ponen sus mails y ofrecen ayudar, si uno requiere apoyo o consejo. Bravo por esto.

Este libro es parte de una cultura particular que han ido construyendo los seguidores de las enseñanzas de Silo, este argentino al que yo también seguí en algún momento de mi época universitaria. Un mundo muy orientado al desarrollo humano, que veo ha desarrollado un lenguaje propio, aparte de ser de gran ayuda para muchas personas. Y tiene además una cosmovisión particular, con proyección política (Partido Humanista) como espiritual. Muy interesante este último aspecto. La no violencia está muy en el centro de su mirada.

Un libro que puede tener un alto impacto en tu vida, si te abocas como propone Rosa, a hincarle el diente a tus resentimientos y reconciliarlos, más allá de haberlos perdonado o no.

Muy recomendable.

Nota:
Leyendo un libro a veces uno se encuentra con perlas y en este caso a mi me parece que Rosa dejó puesto por ahí un diamante. Se trata de tres páginas donde pone una breve síntesis de "la comunicación no violenta" de Marshal Rosemberg, que consiste en observar atentamente, expresar lo que se siente, expresar lo que se necesita y hacer simples pedidos. Y jamás aconsejar, competir, educar, consolar, contar alguna historia parecida, minimizar, compadecer, interrogar, explicar, emitir juicios, ni corregir.


Referencias:

Presentación del libro por Rosa Ergas

lunes, junio 01, 2020

Libro La conciencia sin fronteras de Ken Wilber

Llegué a pensar, que leyendo este libro uno podría iluminarse. No fue mi caso. Aunque si vislumbré esa posibilidad. Y eso que lo leí dos veces.

Vivimos en un perpetuo presente, donde el tiempo no existe.
Y somos la experiencia íntegra que experimentamos. Eso nos hace ser uno con los otros, con la naturaleza y con el universo.
Encarnar estas dos cosas recién dichas, sería, según entendí, iluminarse.

Una cosa es decirlo y otra …

El problema son las demarcaciones que nuestra psiquis viene haciendo.
Todo empieza con el lenguaje, cuando el hombre empieza a nombrar las cosas, a ponerles nombre. Al hacerlo, crea una demarcación.
Ese es un árbol, dice el primer hombre en el acto de nombrarlo por primera vez. Y al hacerlo delimita, hace una línea demarcatoria de hasta dónde llega el árbol.

El problema dice Ken Wilber, es que toda frontera, toda línea de demarcación, genera además una zona de batalla, de guerra.

Cuando nombro el primer árbol, lo que hago es cambiar la experiencia de mirar, viendo solo el árbol. Lo desarraigo, lo desconecto del bosque, o de su entorno. Y empiezo a ver una abstracción de la realidad. Me desconecto de la realidad prístina.

Hay una deriva que presenta Wilber, del nombrar, a los árboles, perros, caballos, leones, etc., que crean una abstracción que agrupa a todos los de su misma especie.
Luego viene la creación de los números, en que la abstracción va más allá, pues el número 3 sirve para agrupar a todos los que son tres de cualquier tipo: leones, árboles, perros.
Y después vienen las variables, en las funciones (x, y, z) que representan a cualquier número, que satisfaga la función.
Mientras más abstracción, más poder.

Ahora vamos a la psiquis de la persona. La primera y más fundamental demarcación que hace el hombre en este proceso, es la línea divisoria entre lo que soy yo y lo que no soy yo. Normalmente esta demarcación parte siendo la piel.
la experiencia unitaria de la naturaleza 
Lo que está hacia el interior de mi piel soy yo, y lo que está en el otro sentido, no lo soy.
Este acto demarcatorio y de separación sería una distorsión de la realidad. En la realidad, osea en la experiencia, no existiría tal separación. Esta idea de Yo y todo lo visto, oído y sentido, son parte de una misma e inseparable experiencia.
Wilber dice que al hacer esta primera y fundamental demarcación, aparece en la historia de la humanidad, la muerte.

Esta, no se si llamarla enfermedad demarcatoria, sigue avanzando y restringiendo la dimensión del ser. El paso siguiente es fijar una línea demarcatoria entre el cuerpo y .. el alma. Y paso a ser esa alma, que Wilber llama ego, y a tener un cuerpo. Soy propietario de un cuerpo, pero ese cuerpo no soy yo.
Otra línea demarcatoria, otra línea de frente de batalla.

Finalmente, aparece una nueva demarcación, que separará el ego en dos, la persona y la sombra. Lo que haremos aquí es apartar todas aquellas cosas, impulsos, deseos, pensamientos, que no nos parecen adecuados o correctos y los negaremos. Los pasaremos a la sombra, esa parte nuestra invisibilizada, tan dada a ser proyectada hacia el exterior. Una nueva línea demarcatoria y una nueva línea de batalla.

Centauro, cuerpo y ego integrados
Vivimos al final de cuentas, llenos de conflicto y sufrimiento, productos de tantas confrontaciones en tanta línea fronteriza de demarcación.

Bueno, a continuación Wilber, lista y describe los distintos tipos de terapias y prácticas espirituales, que intentan componer estos conflictos, intentando al final de cuentas disolver, hacer desaparecer esas demarcaciones.
El psicoanálisis, sirve para integrar la sombra a la persona y dejar al ego integrado.
La terapia guestáltica, que intenta mostrarnos como esas contracturas en el cuerpo esconden expresiones del yo, buscando integrarlas y de paso disolver esa demarcación entre ego y cuerpo.
La terapia transpersonal, que integra el yo que llega hasta la piel con aspectos del inconsciente colectivo, como son los arquetipos, que emergen en nuestros sueños como poderosos símbolos.

Y cuando integramos la experiencia completa, el otro soy yo, la naturaleza soy yo y el universo soy yo. Parte de Dios. Y la iluminación estaría como por ahí.

Un libro fascinante.