miércoles, abril 29, 2020

Mis impresiones de Balloon Latam

Hice una inmersión en Balloon cuando fui junto a otros facilitadores de 3xi, a un evento de Balloon Latam, a colaborar con los grupos, en Vichuquén.
Dos cosas me llamaron fuertemente la atención. Una, de que este evento se hacía en el medio de un violento estallido social que ocurría en Chile, por lo que corría serios riesgos de estropearse, cosa que no pasó. Y segundo de que congregaran a 900 personas, que llegaron de todo Chile; una pequeña multitud.

Florencia Mesa
Lo otro que me llamó la atención fue la juventud de los gestores e inventores de todo esto, y su escasa o cero arrogancia.
Fue un evento potente, lleno de conexiones y vitalidad, entre una multitud heterogénea, más centrada en el mundo rural.

Quise saber más de esta iniciativa, para lo que me conseguí las coordenadas de Flo Mesa, Directora de Balloon Chile.
No tuve éxito en dar con ella, hasta que la misma María Jesús Aldunate de 3xi que me había pasado sus referencias, en medio de la pandemia, me ayudó.
Y logramos conversar a través de este medio que es Zoom. Tuvimos tres diálogos por Zoom, en donde ella con mucha gentileza y generosidad atendió todas mis interrogantes.

Balloon lleva 7 años en Chile. La empezó a idear Seba Salinas, trabajando con comunidades en Kenia.
Un equipo territorial aborda un territorio, consistente en una serie de localidades, villorrios o pueblos. Se abocan a indagar las particularidades del territorio y a captar proyectos de emprendimiento de todo tipo (una radio comunitaria, un panadero, un minimarket, un hotel, etc), hasta alcanzar un número de 400 a 450 proyectos. En esto se están tomando hoy en día, como una año.

Luego, los invitan a someterse a un programa de entrenamiento potente, donde con la ayuda de fellows, profesores, muchos de ellos extranjeros, los forman en tres direcciones: una dimensión intelectual, de los aspectos técnicos de llevar un negocio, una dimensión espiritual, de desarrollo personal de manera de conectar con la pasión en relación a lo que hacen, y una dimensión relacional, de manera que se fluidicen en el relacionarse con otros.
Hay programas de cinco semanas, otros de 10 días, etc.
El programa completo con un territorio dura entre 3,5  y 4 años.

Evento en Vichuquén en enero 2020
Lo que persiguen es formar agentes de cambio. Personas conectadas con su pasión, que al conectar con otras personas, las inspiren, las movilizen hacia su transformación.
Lo que yo vi cuando estuve en Vichuquén fue una gran pasión en todos los participantes, los que se sienten como parte de una gran familia, vibrante.
Es muy impresionante ver el fenómeno comunitario que han creado.

Conversando con la Flo Mesa, me decía que el foco de ellos es crear capital social, construir tejido social. Está ahí el potencial de un territorio.
Y tienen un tono muy particular, en el sentido que ellos no se ven como expertos que quieren tiranizar a la gente de un territorio. Para nada; lo que impulsan es que sea la misma gente, colectivamente, la que defina y establezca, cual es la dirección que quieren tener.
Le decía a la Flo si no era este un nuevo paradigma de activar poder desde las bases y sobrepasar el poder tradicional de líderes expertos y carismáticos. Claro que si.
Nosotros buscamos a la gente, las entusiasmamos, las conectamos, en un territorio y lo que sigue es magia, que brota desde ellos.

Sebastián Salinas
Y lo más notable, Balloon es un proyecto sustentable, rentable. Cómo lo hacen ?
Buscan un partner local, como la Fundación Viento Sur en la región del Maule, que tienen fondos y un proyecto territorial. Ellos se transforman en sus ejecutores y por ello reciben una parte de las platas.
Hacen muchos eventos, donde realizan muchas actividades que se alinean con los intereses de otras instituciones, para las que nuevamente ejecutan de alguna forma el plan de ellos; y por ello, aportan económicamente.
Y tienen convenios con la universidad Católica, que les aporta fellows, de universidades extranjeras, que pagan por venir a hacer sus prácticas, capacitando al territorio, donde se pasan una temporada.

Bueno, yo estoy muy impresionado con todo esto. Alguien podría verlo como una iniciativa de levantar económicamente a una región, a través del emprendimiento.
Pero la Flo me lo deja muy claro; el emprendimiento es el gancho. El poder real que queremos construir, es el poder del entramado social, es capital social.
Si, de ahí parte todo. Y yo pienso, que es justamente eso, lo que se ha perdido en el modelo de mercado agresivo competitivo, que nos viene gobernando la psiquis y el accionar.

Qué potente signo de esperanza ha sido para mi conocer esta iniciativa, liderada por jóvenes como el Seba Salinas (32), la Flo Mesa (29) y Maria San Martin (32).
Un ejemplo a seguir, una iniciativa con la que colaborar y una inspiración para estos tiempos tan revueltos.

sábado, abril 25, 2020

Libro, conciencia y realidad

Le escucho a Borges decir que un libro en una estantería en una cosa, un objeto inerte, sin vida. Es cuando una persona lo toma, lo abre y empieza a leer, que la magia ocurre.

Al leer el libro, un mundo emerge. Dónde emerge ?
Emerge en el libro mismo ? Al interior de la persona ? en su cerebro ?
Quiero pensar que ese mundo que emerge en el acto de leer, emerge entremedio, en el espacio entre la persona y el libro.


El libro es como una lámpara que esconde a un mago. Cuando no se abre y lee el libro, el mago sigue ahí dormido. Y el libro aparece como un objeto muerto.

Recuerdo a alguien que me dijo que leer era conversar con el autor del libro.
Pienso entonces que escribir es conversar con un lector que aún no se presenta.
Otra persona un día me dijo, cuando escribo descubro que sé cosas que no sabía que sabía.

Qué de la persona es lo que lee ? La conciencia. Cuando una conciencia recorre las líneas de un libro impreso, las palabras y frases que se van leyendo adquieren vida, crean una realidad, en el espacio entre el libro y el lector, que la conciencia del lector puede ver, experimentar, disfrutar o sufrir.

La conciencia crea realidades en el lenguaje.

Estoy leyendo una obra de teatro de Egon Wolff. Dos personajes interactúan, conversan, en un hotel de la costa de cualquier parte. Yo visualizo de inmediato un hotel que había en Concón, iniciando la subida que sale de la playa amarilla.
Se que si mi mujer lo leyera, su hotel sería el Cap Ducal de Viña, pues ella cuando chica veraneaba allá.
Cada persona al leer un libro crea su propia y distinta realidad. Se podría decir que cuando dos personas leen un mismo libro, leen dos libros distintos ?

jueves, abril 16, 2020

Libro Las horas de James Joyce de Jacques Mercanton

Mi suegro. renombrado historiador, ya ido, una vez conversando con él, le pregunto ¿cuál es el libro que usted más destacaría de toda su vida?
Se queda pensando un rato y me responde: Ulises de James Joyce.
Y lo tiene ? Se paró, lo buscó en su amplia biblioteca y me lo pasó diciendo: te lo presto.

Solo porque era mi suegro el que me lo prestó, pude llegar a la página 100, de 300. No fui capaz de seguir. No entendí nada; estuve la mayor parte del tiempo, perdido.
Finalmente se lo devolví, rendido. No dijo nada; quizás una tenue sonrisa en su cara, pude haber detectado.

Hoy, años después, termino de leer el libro de Jacques Mercanton, Las horas de James Joyce.
Fue una vuelta a ese personaje y a ese libro, Ulises. Esta vez le hinco más el diente, pues leí el libro con detención, donde cuenta de sus encuentros con Joyce, siendo Mercanton un joven estudiante de literatura en Suiza, aborda a este escritor, ya pasados sus 70 años, auto desterrado en Suiza, siendo este un apasionado irlandés. Aparte, vi un video de cerca de una hora, donde Jorge Luis Borges habla de esta obra y de Joyce.

Joyce nace en Dublín el año 1882, donde estudia con los jesuitas. Emigra a París donde inicia estudios de medicina, pero tiene que abandonar y salir a trabajar, por los problemas económicos de su padre. Termina sus días en Suiza, muriendo el año 1941, recién comenzada la segunda guerra mundial.

Publica Ulises el año 1922 y Finnegan Wake, poco antes de morir, ya empezada la segunda guerra mundial.
Tanto Ulises como Finnegan Wake, son libros ilegibles para una persona común y corriente; esto lo dice Borges.
Ulises, describe, en una estructura parecida a la de la Odisea, un día, desde que despierta, hasta que se duerme, de un judeo irlandés, que transita por las calles de Dublín, por sus negocios, mientras su mujer, él lo sabe, lo volverá a engañar. Y relata el minuto a minuto de la realidad, tal como transcurre en la mente de Leopold Bloom, el protagonista. Intenta Joyce por una parte representar el estilo naturalista de escribir, intentando transcribir la realidad, todo lo que pasa por la cabeza y experiencia, minuto a minuto, pasando de lo que está afuera a lo que ocurre en la imaginación, sin previo aviso.
Me entero que Finnegan Wake, nombre que le robó a una canción irlandesa, trata de lo mismo, pero de lo que pasa con un tabernero irlandés, mientras duerme.
Dos libros de verdad ilegibles.

Joyce es un tipo de tremenda capacidad literaria. Amplía el lenguaje, creando neologismos, que consisten en mezclar dos palabras como gringos y cíngaros, en la palabra gringaros. Y además de diversos idiomas; anda tu a entender.
No fue un pensador importante, señala Borges. Pero con un oído para el lenguaje, notable.

Bastante ciego en sus últimos días, le pedía a Jacques Mercanton que le pronunciara los nombres propios de por donde iban pasando, para sentirlos y buscar palabras para el libro que escribía.

Casado con Nora, con dos hijos, siendo Lucía su hija mujer, con importantes problemas psiquiátricos, que mucho le quitaban el sueño.

Termino estas breves impresiones que me dejó su abordamiento, con las canciones que Mercanton compartió le gustaba cantar y oír a Joyce:

Purcell, Sound the trumpet
Follow me up to Carlow
Loch Lomond
Drink to me only with thine eyes
Finnegans wake (+)
Vexilla regis
Rossini, Obertura de Guillermo Tell
Forza del destino - Verdi

miércoles, abril 15, 2020

Coach, Acompañante, sherpa, qué nombre ponernos ?

Me llamó la atención, en el libro de Juan Vera, Articuladores de lo posible, que a su oficio de Coach, más lo llama “de acompañante”, alguien que acompaña a un otro.

Conversaba con Isaquino Benadof y él veía nuestro oficio de Coaches, como quienes soplamos brasas, para que broten llamitas, para que se prenda el fuego.

Y recuerdo a Denis Gallet, que más nos veía, se veía, como el sherpa que acompaña al escalador a la cima de la alta montaña.

Los coaches partimos creando, con nuestro “cliente” o coachee, un espacio de confianza, un espacio sagrado de fuerte intimidad. Punto de partida fundamental.

Luego, escuchamos, escuchamos y escuchamos; acerca de la historia, los relatos, los dolores y proyecciones del coachee. Sus sueños y atascamientos.
Y nuestra estrategia fundamental, es hacer preguntas. Abiertos a dejarnos sorprender, por las respuestas, muchas veces inesperadas. Y abiertos a ver, el efecto que ese proceso va ejerciendo en la transformación de esa persona con la que vamos en este trayecto. A veces lo único que cambia es el tipo de observador que es.

Si, acompañamos; si, soplamos en la dirección de nuestras preguntas, esperando se enciendan luces, se prendan fuegos.

A eso nos dedicamos.

domingo, abril 12, 2020

El espíritu competitivo y oportunista en época de pandemia

Me entero que en Japón, el juego de la silla musical, no funciona, porque los niños insisten en cederle la silla a su compañero, antes que pechar por ella para si. Es la educación que han recibido, es su cultura.
La silla musical, te acuerdas, ese juego que consistía en luchar por las sillas escasas y ganaban los victoriosos, uno al final ?

Un inocente juego, que va grabando en nuestra psiquis el valor de ganar, incluso mostrando la superioridad contra el que perdió. Ganar es la cosa, ganarle al otro. Su sufrimiento más bien nos produce placer. Y a eso se llamará éxito.
Tantas actividades, tan valoradas por nosotros, en que el ganador se lo lleva todo. Y el perdedor nada. Esa es nuestra educación y nuestra cultura.

El oportunista, se va a ir formando también en esas mismas lides. Ese que compra barato y vende caro, lo más caro que el mercado permita. Va a China, trae cosas compradas allá en dos chauchas y las vende acá mil veces más caro. Bien. Eso es ser un buen empresario, en nuestra cultura.

Los que se dedican a negocios netamente especulativos (comprar y vender acciones, monedas, bienes raíces, lo que sea), están bien valorados, en este lado del mundo.

Ahora, cuando se nos viene una pandemia como la del coronavirus, nos vamos todos corriendo a comprar las necesarias mascarillas, que sabemos son vitales y sabemos que serán escasas.
Bueno, compramos en cantidades, para nosotros y para los nuestros. Hartas; sin pensar en los que vendrán en la tarde al supermercado, No, la forma es ganar, derrotar al otro.
Incluso, habrán otros que las revenderán, muy caras; lo mas caras que puedan. Me tocó, los primeros días, cuando ya no quedaban en los supermercados, encontrar unas en una ferretería, a mil pesos la unidad.
La oferta y la demanda del mercado, fijan el precio. Si hay escasez, el precio se va para arriba.

Hemos estado seducidos con esa forma de educarnos y de funcionar. Hemos prosperado mucho, puede ser, con eso.
Pero ahora para la pandemia, nos puede llevar a la perdición. Porque de salvarnos, nos tenemos que salvar todos juntos. No sirve que solo tu te llevas las mascarillas y te quedes solo encerrado para siempre. Tenemos que colaborar y cuidarnos de no contaminar a otros. Si no, moriremos.
Tengo qué darme cuenta, tengo que aprender, que que el otro tenga mascarilla, es necesario para mi.

Así me está pareciendo. Y si descubrimos los fallos de la cultura qué nos hemos dado, nos haremos más poderosos.

miércoles, abril 08, 2020

Libro Encíclica Sobre el cuidado de la casa común del papa Francisco (2015)

La casa común se ha deteriorado hasta un punto alarmante. El calentamiento global por la emisión de gases de efecto invernadero, por el uso de combustibles fósiles, entre otras muchas emisiones producto de una civilización mercantil tecnocrática que alienta el consumismo desatado.

Nuestra civilización basada en una economía del desarrollo perpetuo, que mira recursos, tanto humanos como naturales, como fuentes para la explotación y generación de rentabilidades, para los grupos empresariales y de las finanzas.
Esto ha resultado en un planeta con una galopante extinción de especies, degradación del aire, las aguas y hoy día la salud.
Claramente hemos perdido el norte.

Freud mató al padre, Nietzsche mató a Dios y nosotros estamos matando el planeta y a los otros. Pareciera que sin darnos cuenta, caminamos derecho al precipicio, optimizando y eficientando, sin saber que ello solo nos apura el tranco al barranco (como dice Julio Olalla).

No vemos. No nos damos cuenta. Estamos ciegos o enceguecidos.
Qué hace falta para que recuperemos la visión ? Una pandemia como la actual ? Dios quiera que sirva para eso.

Dios. A nuestra psiquis como que ya no se le aparece, Dios.
Pero miramos la naturaleza, la vida, el amor, la ternura, tantas cosas. La magia de la procreación y del desarrollo embrionario. Las sospechosas casualidades, de encontrarnos con las personas y material que nos hace falta, justo cuando lo necesitamos.
Cómo que hay algo ahí, algo a la base de todo lo creado, que tiene un carácter sospechosamente superior.
Divino ? La misma vida es sorprendente, no ?

El papa Francisco ve a Dios en todas partes. La creación es una obra de Dios. La Tierra es un préstamo que nos hace Dios.

Nosotros como que desviamos la mirada y ha sido tanto el éxito de nuestros logros, que nos miramos al espejo y nos vimos espectaculares, tanto que dejamos de lado a Dios; dejamos de necesitarlo. Como que nos endiosamos.
Y estamos causando enorme daño, no solo con la naturaleza, sino que tanto o más importante, con los más débiles, con los pobres.
La cosa nos puede explotar por más de un lado; y lo está haciendo.

Necesitamos hacer cosas de otra manera, pero más importante que eso, necesitamos cambiar la conciencia. Necesitamos cambiar como vemos, necesitamos ver la presencia de Dios en la naturaleza y en los pobres.
Esto se nos fue y no nos dimos cuenta.

El papa Francisco, con gran destreza y sapiencia, nos ilustra de la problemática y nos alienta por el camino de la religión. La suya en primer lugar, pero cualquiera en verdad.
Un libro muy recomendable, en estos tiempos de encierro y crisis.

martes, abril 07, 2020

La ilusión de la objetividad

Mira, la verdad es que la luz, mientras nadie mira, se comporta como energía inmaterial vibracional u onda. Pero si aparece una persona, un observador, esa onda colapsa y la luz se comporta como fotones materiales, como partícula.
Pero la luz, es onda o partícula ? Depende, es relativo, a si hay o no un observador presente.
Y qué es un observador para la ciencia ? Un agente consciente.
Y qué es la conciencia ? Basta, hasta aquí no más llego contigo.

La ciencia aún no tiene una idea clara de lo que es la conciencia. Sí está claro de que la conciencia existe, lo demuestra el fenómeno de la luz pasando por esas ranuras en el experimento. Pero qué es, no se sabe.

La verdad, antiguamente, la sabía o la determinaba la iglesia, con la Biblia en la mano.
Tuvo tantos yerros que la pusimos a un lado y se ganó el trono de la verdad, la ciencia.
Empezamos a usar frases como “está científicamente demostrado”, “lógico”, “obvio, es así”.
Pero con ese experimento de la física cuántica, de la luz, la verdad se fue al carajo. Einstein le dice a un amigo, “no puedo creer que la luna no está ahí si nadie mira”.
Se resiste a esta relativización de la verdad, de la realidad de hecho.

La cosa se ha desplazado a que la realidad la produce el observador, en el acto de observar.
Pero seguimos discutiendo quien tiene la razón, quien posee la verdad, quien ve la realidad correctamente.
La verdad, es que no sabemos cual es la realidad. Maturana dice que somos sistemas nerviosos cerrados, sin acceso al mundo exterior, sin acceso a la realidad.
Entonces hemos llegado a decir que la realidad no existe, lo que existe son observadores particulares, cada uno válido y legítimo.

Lo único que nos falta, después de creer todo esto, es aprender a conversar. Aprender a escucharnos, acoger todos los puntos de vistas, incluirlos y esperar que del intercambio surja, un acuerdo más bien.
Mejor será si aparte de escucharnos, nos conocemos, Pues al conocernos sabremos desde dónde, desde qué historia, habla el que habla.
Y lo que pasará, es que se establecerán relaciones, donde dado el carácter de nuestra naturaleza, se instalarán vínculos afectivos y reconstruiremos el tejido social, tan estropeado en los paradigmas anteriores.
Y volveremos al nosotros y reviviremos la democracia.

Pienso que es tan importante avanzar en esta línea, dada la altísima complejidad de los sistemas en la actualidad, que la única manera que tenemos de lidiar con ella, es conversando con todas las partes involucradas presentes. 3xi avanza en ese frente.

Por eso estoy convencido que la objetividad es una ilusión.

sábado, abril 04, 2020

Las preguntas en el coaching

De la lectura del libro Articuladores de lo posible de Juan Vera, Isaquino Benadof recolecta “las preguntas” que Juan va compartiendo en el libro, que se hace a sí mismo y le hace a los coachees con que trabaja.
Y en cambio yo, recolectó las referencias a personas, las busco en Youtube y las comparto al final de mi posteo del libro en este blog.

Me quedo intrigado con esta diferencia con Isaquino.
Sostenemos luego, con Juan e Isaquino una charla vía Zoom.
Y le digo a Juan que quiero conversemos de la importancia de las preguntas en el coaching.
De todo esto viene este discurrimiento.

Un buen coach, es aquel que interiorizado de la historia y problemática del coachee, le hace preguntas que lo obliguen a cuestionarse.
No es el que le hace un diagnóstico y le dice qué tiene que hacer; operar de esa forma es otra cosa distinta del coaching.

No siempre a uno, coach, se le ocurren preguntas cuestionadoras.
Una idea sería entonces recolectar preguntas, mirarlas, responderlas quizás y guardarlas; en alguna parte de la memoria, como hace Isaquino.

La pregunta, hace que el coachee elabore y muchas veces nos sorprenda con respuestas, que jamás nos hubiéramos imaginado. Y con ellas la conversación arranque por rumbos impensados. Eso es también lo entretenido y lo potente del coaching.

Cuando niños, en una etapa, tuvimos muchas preguntas. Al punto que corrimos el riesgo, y a veces ocurrió, que nos echaron de clases, por interrumpir, o incluso lo llamaron, por molestar y no dejar que el profesor siguiera con su relato.

Incluso en casa, los padres muchas veces se hartaban con las infinitas preguntas que les hacíamos. Aprendimos ahí, quizás, que ser preguntón, no es bueno.

Y en clases, las preguntas las hacía el profesor. Debíamos contestarlas, si no, nos ponían mala nota. Aprendimos a tener que contestar las preguntas, bajo apercibimiento de algo malo. Las preguntas nos empezaron a ocasionar miedo, incluso terror.
Y como que las preguntas que nos hacen, tenemos que contestarlas; si no …

Me cuenta Isaquino Benadof que el premio nobel Isaac Bashevis Singer, tiene un cuento de un tipo que iba en la antigüedad por los pueblos gritando, tengo respuestas, quien tiene preguntas. Me gustó.

Concluyo que no estamos entrenados para hacer preguntas y menos para hacer preguntas cuestionadoras para el coaching.
Esto puede no ser tan cierto, pero para los momentos que corren, pienso que lo que hace falta son preguntas que nos hagan pensar. Y cuando las tengamos, apuesto que elaboraremos buenas respuestas.

viernes, abril 03, 2020

La empresa del futuro

La empresa como la veníamos conociendo debe cambiar.
Y por la forma en que va a cambiar, será el motor fundamental de la transformación de la sociedad que vendrá.

La empresa aparte de recoger lo mejor de la creatividad humana, dirigida a mejorar aspectos de nuestra vida, habrá de tener alma y espíritu. La empresa habrá de palpitar como un organismo viviente.

No puede seguir siendo un lugar de maximización de rentas para y por los inversionistas.
No puede seguir siendo un lugar donde la persona humana, a cambio de una renta segura, sacrifique su potencial.
Si, es cierto que la empresa debe ser capaz de flotar financieramente hablando, pero el dinero, los números y la utilidad, no pueden seguir siendo el foco y centro de toda la atención.

Para que ese cambio ocurra, tenemos que cambiar nosotros, las personas. Tiene que cambiar la forma en que vemos, la forma en que interpretamos la realidad y la forma en que nos conectamos con los otros. Tiene que cambiar nuestro nivel de conciencia, que este trancazo al que nos está sometiendo el coronavirus, podría estar generando.

Tenemos que interpretar la empresa como un organismo vivo de la naturaleza. Tenemos que humanizar por lo tanto la concepción que tenemos de ella.
La empresa tiene que tener un propósito humano, ecológico y económico, sentido por toda la comunidad que trabaja en ella. Este propósito debe ser comunicado, luego de haber sido creado y modificado, con amplia participación.
Los procesos y el objetivo de hacerlos ágiles perdura, pero como quien mira una parte del todo, que es organísmico, dentro de una ecología mayor a sus propios límites.

La empresa, la veo como una gran conversación, estructurada en grupos que crean lazos entre las personas y dialogan de la vida, la empresa, sus mejoras posibles y el sentido de sus vidas, incluido su propio desarrollo en ese contexto y en ese entorno.
Veo la empresa estructurada en células dialogantes, por equipos de trabajo e inter áreas. Los productos de esas conversaciones se comparten, de alguna forma, en una plataforma digital intra empresa, de manera que todos estén informados, en un contexto de máxima transparencia.

A la vez, periódicamente se ponen temas o preguntas generales, para todos los grupos, que confluyen después a un centro informativo, de manera de llegar a consensos generales y decisiones co-generadas.

Teco Cardonne, en el libro Articuladores de los posible de Juan Vera, aparece diciendo que está convencido que sobrevendrá una evolución humana desde las empresas.
Y Larry Fink, también a través del libro de Vera dice, que en el enorme fondo de inversiones que él dirige, han mandado la señal de no invertir en empresas que no sean éticas, con prácticas que garanticen todos los principios del crecimiento sostenible, principios ecológicos, de inclusión, apertura a la diversidad y apoyo a causas sociales.

Es desde la empresa que se gestará el futuro que hace falta.

miércoles, abril 01, 2020

Las nuevas ocupaciones que emergerán

Este es un tema de tal importancia, expuesto por Juan Vera en su libro Articuladores de lo posible, qué quiero darle un espacio especial aquí.

Hay un mundo emergente, que reemplazará al actual, que vive su derrumbe, en el que habrán ocupaciones nuevas, que tendremos que incluir en nuestro sistema educacional. Estás serían según Juan:

  1. Los expedicionarios, que abren caminos de nuevas ocupaciones, por ejemplo, para la tercera edad.
  2. Optimizadores, que encontrarán formas de eficientar procesos, reducir costos, etc.
  3. Desmanteladores, verdaderos empresarios de la demolición de lo que va quedando obsoleto, de la manera más aséptica posible.
  4. Contextualistas, que serán capaces de entender el entorno cuando nuevas tecnologías entran en nuevos territorios.
  5. Éticos, que establecerán las nuevas preguntas que será necesario responder cuando entran nuevas tecnologías.
  6. Filósofos, que cuidarán la supremacía del ser humano cuando entran nuevas tecnologías.
  7. Legalistas, para sistematizar y estandarizar lo nuevo.
  8. Los articuladores, que pondrán en contacto y facilitarán las conversaciones de los actores de áreas complejas.
  9. Los acompañantes, que guiarán la expansión del potencial de las personas, la detección de su propósito y el que no se ensimismen.
  10. Diseñadores de experiencias, por ejemplo, de estados de conciencia, de libertad, etc.
  11. Los sintetizadores de información, del caudal verdadero y falso qué nos inunda.
  12. Los contenedores de las emociones negativas.

En el futuro buscaremos clientes y no empleos.
Para ello será imprescindible construir identidad pública.