domingo, octubre 12, 2014

El perdón y su sentido

Estoy ya en la cuarta semana del curso de La ciencia de la Felicidad de la universidad de Berkeley y pasamos el perdón, que quiero pasarlo por aquí, como un ejercicio de aprendizaje para mi y ver cuanto he entendido.

Cuando algo nos aflige, del pasado, porque alguien nos perjudicó, no nos dio lo que queríamos, lo que necesitábamos, lo que era justo que recibiéramos, lo que fuera, y rumiamos de dolor y resentimiento, liberarse de ello, es mas que nada una sanación para uno mismo.

Mandela perdonó
No es un tema fácil. Muchas veces toma tiempo, pues es un soltar algo desde lo profundo, algo significativo para nosotros, algo incluso muchas veces con lo que nos identificamos.

Es una pegatina con el pasado, que nos interfiere con vivir el presente y lo que viene hacia delante es más parecido a una total libertad y frescura.

Perdonar no significa negar que algo pasó. Tampoco significa que vamos a olvidar lo sucedido. Significa que me libero del efecto que ese recuerdo me produce, esa emoción, tanto de dolor, como de rabia.

Otra cosa y muy importante, es que cuando perdonamos, nuestra salud mejora e incluso vivimos mas tiempo, en promedio. Y muchos otros beneficios. La verdad vale la pena considerarlo.

Proponen en el curso una serie de pasos.

El primero es buscar esas personas con sus hechos, que te joden, que cuando los recuerdas te sientes aplastado, triste, enojado, furioso, y apartarlos para considerarlos como opción de trabajo de perdón.

Segundo, es mirar la ofensa misma, el acto delictual o el daño perpetrado, y mirarlo con lupa. En que forma te afectó, en que forma te humilló, te daño patrimonialmente y en la dignidad. Mirar el hecho y su efecto en ti, con detención.

Nick también perdonó
Tercero, y este te puede costar un poco, especialmente si aun no ha pasado mucho tiempo, es mirar la historia del sujeto causante de los daños sobre tu persona, qué cosas podrían explicar su proceder. Empatizar con él, no para perdonarlo, ni para condonar el hecho, solo para aplacar un poco lo sucedido.

Cuarto, perdonarlo. Esto quizás es lo más fuerte, especialmente si el tipo te robó, violó, despidió, lo que fuera. Hay que tener presente, que este acto de perdón persigue más que nada algo para el que perdona: liberarse de la intoxicación que significa el recuerdo y todos sus efectos a nivel emocional y de autoestima.
Perdonar es una acto de misericordia al mismo tiempo, que toma en cuenta los posibles atenuantes para la persona culpable. Pero más que nada es un acto de liberación para el que perdona.

Claro, perdonar no significa necesariamente, reconciliarse con la persona.

Quinto, piensa en un regalo que pudieras hacerle a esa persona, que puede ser tan simple como sonreirle la próxima vez que te topes con él o ella; dejar de hablar mal de él o ella. Suspender la mala leche, es lo fundamental.

Y finalmente, encuéntrale sentido a ejecutar este acto de perdón. Por ejemplo, después de las guerras, si el perdón no se da, podríamos seguir en guerra por siempre.

Y, es bueno saber, que perdonar está en la naturaleza, en nuestra biología. Lo hacen los animales y estamos cableados para hacerlo.

Me parece un tema potente y digno de considerarlo, para una mejor felicidad personal, sin duda.

Referencias:
Jack Kornfield
Fred Luskin
Dalai Lama