domingo, diciembre 26, 2021

Libro Distancia Social de Daniel Matamala

 Para mi este libro es una clase de historia y política, un tema del que vengo aprendiendo no hace tanto tiempo.
Claro, Matamala tiene sus sesgos. Pero igual es un gran aporte de información, de personas y hechos de la historia de los últimos dos años.

Chile, es la preocupación central donde se sitúa la mirada. Qué hacemos con este Chile, que vive tantos avatares juntos en estos últimos años, todos ellos en medio y siendo parte de un gran cambio de ciclo.
Esta fuerte y bastante ilícita relación entre los grandes empresarios y la política, dejaron fuera a la gente. El mundo se dividió entre elite y gente; toda la gente.
Gente que se despolitizó y que despreció incluso a la política institucional.

Los brotes de una nueva política empiezan a estallar desde abajo, desde la gente, el año 2011, por el lucro en la educación. Y terminan de reventar en forma, el 18 de octubre del 2019.
De ahí vendrían una serie de elecciones, que nos dejaría con la Asamblea Constituyente y una posible nueva Carta Magna, escrita como nunca, en forma democrática.
Y el autor no lo sabía en el momento que escribía, tendríamos un presidente electo, Boric, de izquierda, con alta votación, en diciembre de ese año.

Hubo cosas normalizadas, como cazar y tener esclavos, que se tornaron ilícitas. Los poderosos lo manejaban todo, pagando a los legisladores para que hicieran leyes que los conservaran en sus posiciones de privilegio, que para ellos eran las naturales; eso también se tornó ilícito.
Nuestro país venía estancado en su forma de hacer economía en base a la extracción, la extracción de renta, a partir sólo de inmensos capitales, e impidiendo que otros y otras formas emergieran.
Surge un Oscar Landerretche, que en vez de cambiar el modelo, propone cambiar la estrategia, con una propuesta que puro quiero que termine siendo uno de los ministros del gobierno que viene.

La democracia y la economía deben brotar desde la base, de todos lados, con la ayuda de unos capitalistas convertidos y de un Estado, promotor del desarrollo innovador, sustentable, con mirada de mil años adelante.
Chile como venía siendo no da más. Necesitamos cambiar no solo como hacemos política, sino como pensamos y cómo hacemos la riqueza de nuestra nación. Una riqueza mucho más centrada en la persona, en los tejidos sociales recuperados, para producir, bienestar y riqueza.

Daniel Matamala me conecta, a pesar de sus sesgos irritados de ver tanto esas prácticas normalizadas, que van cambiando de normalizadas a ilícitas, me conecta digo, con la esperanza de un totalmente nuevo Chile.

Por ello, sin dudarlo, recomiendo este libro.

domingo, diciembre 19, 2021

Libro Volver a mirar de Felipe Lecannelier

Felipe Lecalennier es un psicólogo de alto vuelo, estudioso y apasionado. Mira, y vuelve a mirar, a los niños chicos y su proceso de crianza.
Aparte, es un científico, por lo que hace y estudia investigaciones que otros hacen, acerca de los temas de su interés. Los datos son sus compañeros de viaje.

Lo que desencadena este libro, son unos estudios comparativos que ve y luego él también hace, donde queda certificado, que Chile es un país de lo peor en la escala de cómo lo hacemos educando a nuestros críos.
Un argentino le dirá en un momento, porqué los niños de Chile son tan tristes y tienen tanto miedo ?

La enfermedad que tenemos, la llama sistema Interiorizante. Consiste en que los niños, desde muy temprana edad, aprenden a guardarse lo que sienten, meterlo para adentro y aparecer como bien portados, bien educados, tranquilos, tímidos, opacos, como apachurrados.
Y tienen mucho miedo. Miedo a no cumplir o satisfacer las expectativas de los adultos, sus cuidadores y luego de los profesores en el colegio.
De hecho, más de la mitad de los niños van al colegio con miedo, y no por el bullying, enfermedad ya endémica, sino por el temor de cumplir las expectativas de profesores y padres.

Qué nos ha puesto así ? Es esta tontera del sistema individualista en que vivimos del logro, de cumplir las metas, los objetivos. Cualquiera que haya trabajado en una empresa en los últimos años, sabe de qué estoy hablando. Y uno como yo, al que lo echaron de Oracle por no hacer la cuota, la meta.
Bueno, eso se ha propagado a la escuela, a los jardines infantiles e incluso a la casa, a la relación de los padres con sus hijos.
Tienen como metas, objetivos, cosas que deben cumplir, y cosas que no deben hacer.
Andan todos atorados, estresados, tensionados.

Y de qué se trata criar, educar? a un hijo? Esto nos lo dice Lecalennier, que además ha estudiado evolución y nos compara con como nuestros ancestros de hace 250 mil años, lo hacían.
Nuestros hijos son como plantas, árboles, que lo único que tenemos que hacer es crearles el ambiente para que puedan prosperar para donde sea que quiera su naturaleza, su particularidad, su estilo.
No se trata de moldear una pieza de greda, por favor !

Otro dato notable, es que nacemos con solo el 22% de nuestro neocortex del cerebro formado. El resto se formará en los primeros 6 años de vida y depende de donde nazcamos y de quienes y como nos cuiden y estimulen.
Nacemos con un muy desarrollado GPS social, que nos permite detectar muy bien las disposiciones y emociones, expresiones, de quienes nos rodean y cuidan. Muchas veces estos cuidadores, más nos estresan que alivian nuestro estrés.

Chile es campeón mundial, parece, en retar, gritar, castigar y echar fuera, a los niños. Pero si no hacen lo que les digo ! dice una madre extrañada, de porqué el niño después hace pataletas.
Chile tiene en algún registro de su cabeza, que tenemos que formar niños obedientes, que hagan lo que hay que hacer, que se saquen buenas notas, que no molesten y menos que armen alborotos ni menos estallidos.

Claramente tenemos una crisis sistémica y Felipe Lecalennier recomienda volver a mirar con más detención a los niños, para desde ellos, desde su forma particular de ver el mundo, entendamos qué de verdad quieren y necesitan.
Pienso que este sesgo por la productividad, el rendimiento, el cumplimiento de metas, nos tiene bien revolucionados, aparte de enfermos de la cabeza.

Estos son más menos las ideas de Felipe Lecalennier que se quedaron adheridas a mi retina.

lunes, diciembre 13, 2021

Libro Piñera porno de Alberto Mayol

Un libro sesudo, como todos los libros de Mayol.
Desmenuza una época, la caída del neoliberalismo. Esa doctrina donde el crecimiento y el resultado lo es todo.
Una época sin misterio, sin Dios. Solo operación y producción, movimiento de mercaderías.
Y un personaje, Sebastián Piñera, que lo representa todo, todo lo que desfallece.

El descontento que se viene acumulando es tan invisible, como la materia oscura del universo. Está ahí, pero no se ve.
Una sospecha por ahí, desata una encuesta: “¿es usted feliz?”. No, no hay descontento, la gente es feliz.
Lo burdo, lo obsceno, campea; lo pornográfico.
Y el campeón de aquello es Piñera.

Piñera es un genio de ganarse donde ganar. Hizo su fortuna en una generación. Tres mil millones de dólares. Hácete esa.
Se engolosinó consigo mismo, se llenó de narcisismo, que lo quiso todo. Y lo obtuvo; dos veces presidente de la República.
Y fue el cataclismo de la derecha, sin querer queriendo, la pulverizó.
Y se pulverizó a sí mismo también.

Es un buen gestor. Gestionó bien el sacar a los 33 mineros del fondo de la Tierra. Gestionó bien el lidiar con la pandemia; estamos casi todos vacunados, bien.
Pero como no cacha el espíritu de las cosas, sino que solo entiende como sacarle a las cosas el jugo para sí mismo, como rentabilizarlas, se va de viaje, con una bolsa llena de piedras y el cartel “Estamos bien los 33”. Y se las repartió a cuanto prócer pudo acceder, incluida la reina de Inglaterra, mientras mostraba el cartel “Estamos bien los 33”; mientras su mujer, avergonzada, le decía qué no lo hiciera.

Claro, Piñera es el gran destructor de ritos, porque no cacha del espíritu de las cosas. Solo entiende de dinero, de él mismo, de su gloria.
Y lo hace burdamente, por eso Mayol lo cataloga como pornográfico, obsceno, sin erotismo.
Con esa incapacidad de ver la materia oscura, no vio el malestar, no lo entendió nunca y aún sigue buscando manos maléficas en el extranjero. Hezbollah, es lo último que escuché.
Por eso optó por hacerle la guerra al enemigo, con lo que tenía a mano, carabineros y sus balines. 285 globos oculares, fue el costo para los de la primera línea.
Me temo que cuando termine su gobierno, lo demandarán por esto.

Es la caída de una época, la que estaríamos viviendo. Ahora, si sale Kast, se suspende la caída por cuatro años, digo yo. Pero en modo caída estamos.
Lo que si me queda claro, es que en este libro Alberto Mayol, hace polvo a Sebastián Piñera, de la manera más sofisticada, profesional y rotunda.
Pero no es lo más importante del libro. Lo más importante es como reflexiona Mayol respecto de lo que está pasando en estos tiempos convulsionados y pandémicos.

Referencias:

martes, diciembre 07, 2021

Libro Dios no ha muerto de Amit Goswami

Cuarto libro de Amit Goswami que leo. Una de las cosas que más me ha impresionado es lo abocados que estamos en nuestras vidas al mundo exterior.
Efectivamente, somos una civilización materialista y cientificista. Creemos que todo parte de las partículas elementales y de ahí se construye para arriba; causación ascendente, la llama él. Y por ahí se llega a nuestro cerebro, de donde emanan cosas, como nuestros sentimientos, pensamientos, incluso nuestra espiritualidad.

Bueno, Amit piensa, se podría decir, todo lo contrario. Y se fundamenta en una interpretación de los experimentos de la física cuántica, lo que lo hace decir que su interpretación es científica. Él es doctorado en Física cuántica.
La base de todo es la conciencia y la materia es una manifestación de la conciencia

Esa cosa que el materialismo vigente elude, que es la conciencia, sería el epicentro y fuente de todo lo que nos constituye. Eso nos fuerza a poner la mirada en nuestra interioridad, cosa a la que nos insta Amit en su libro.
La conciencia puede estar, dormida profundamente, dormida soñando, despierta o en estados positivos o elevados.
La conciencia es no local, lo que significa que no se atiene a las dimensiones del espacio-tiempo de nuestra realidad.
Nuestra conciencia es el medio a través del cual conectamos con los campos sutiles; que son varios.

El demostrado fenómeno de la comunicación entre personas sin señal, se acomoda bien a la idea de que use cuerpos sutiles no locales que nos constituyen.
A este nivel, no local, todos somos uno. Y por ahí, ni siquiera hay que mover nada de un lado para otro.
Esto lo tenían claro los Vedas, que se saludan con la palabra Namasté, que significa te saludo desde ese punto donde tu y yo somos la misma cosa. Conocimiento milenario.

Cuatro cuerpos sutiles nos constituyen según Amit. El cuerpo vital, donde residen los campos morfogenéticos, que pautean a los ADN de las células de los órganos, para sintetizar las proteínas propias de ese órgano. De este cuerpo brota la energía vital y unos cosquilleos en los chakras, qué son los sentimientos, que procesados por el cerebro son las emociones. El cuerpo mental que procesa los significados, a través del pensamiento. El cuerpo supramental donde residen los arquetipos de los valores, como el amor, la belleza, la justicia. El siguiente cuerpo es la fuente de todas las posibilidades, o Dios.

Osea, a través de la conciencia, tenemos acceso directo a Dios. Dice Amit que el mismo Jesucristo decía esto.
Nuestra forma corriente de operar activa esa parte del yo que llamamos Ego. El Ego está sujeto a todos los condicionamientos que hemos recibido y es el que mantiene, construye y conserva el relato del yo que somos; que creemos que somos. Para operar en el mundo necesitamos al Ego y mientras más maduro mejor.
Pero hay otro yo, el yo al que se accede en la meditación, que es curioso, pues es un yo más bien vacío, más bien como un yo nada. Este yo, que es pura conciencia, es capaz de acceder a los distintos cuerpos sutiles que nos constituyen, e incluso al campo donde residen todas las posibilidades, que es territorio de Dios.

Dios no ha muerto, dice Amit y está al alcance de nuestra mano.

Por ejemplo, en el proceso creativo fundamental de la conciencia, Amit distingue cuatro pasos:

  1. Preparación
  2. Incubación (procesamiento inconsciente)
  3. Inspiración súbita (salto cuántico)
  4. Verificación o manifestación

La etapa de preparación, es la de estudio, googleo, lecturas, conversaciones, recabando todo lo que se sabe de la materia en cuestión.
La incubación, es una especie de sentarse a empollar todo lo que se ha aprendido o recabado. No hay que pensar mucho aquí, pues el que trabaja es el inconsciente.
La inspiración, es súbita, una especie de salto cuántico, como cuando los electrones saltan de orbital, en que desaparecen de una órbita y aparecen en la otra. En esta fase accedemos mágicamente al campo donde todo es posible y elegimos la posibilidad que queremos que se manifieste. Un acto inconsciente, por de pronto. Es la conexión de la musa, de la divinidad.
La verificación o manifestación, es cuando maestreamos el producto de la inspiración en un producto útil. En todo caso, este proceso creativo puede ser de instancias externas como internas.

En  nuestra cultura, la conciencia es un objeto obviado, que va quedando claro, debemos rescatar y volver a poner en su posición gravitante de nuestras preocupaciones. Si es lo que somos al final de cuentas y es lo que nos sobrevive cuando morimos, dice Amit.
Más cultivo de la interioridad, soltando el excesivo foco en hacernos de bienes del mundo exterior. No vinimos a eso; se nos había olvidado.

Dios mediante.

jueves, diciembre 02, 2021

Libro El poder de las conversaciones para movilizar el cambio social de Juan Gustavo Solís de Ovando Segovia

Juan Solís de Ovando nació al día siguiente que yo; en Chile. Curioso.
Me presta este libro mi amigo Guillermo Geisse, un libro publicado a mitad de este mismo año.
Su tema, el poder de las conversaciones, no podía ser más atingente a mis intereses y preocupaciones. Así que le abrí un espacio rápidamente.

No tiene índice. Pero tiene capítulos, con temáticas bien claras.
En el capítulo cinco, habla de los estados de ánimo, en las conversaciones.
Qué es más importante en una conversación, la temática o los estados de ánimo presentes. Los estados de ánimo.
Con estados de ánimo inadecuados no hay temática que prospere; señala Juan Solís de Ovando.
Me hace sentido; todo el sentido del mundo. Aparte que se apoya en Humberto Maturana que dice “No es la razón lo que guía lo humano, es la emoción”.

Este punto, pienso yo, es una ceguera enorme que tenemos los humanos. Y mientras más ingenieril sea su formación, peor.
Aprender a observar estados de ánimo, sería clave. Pienso que hay personas que son maestras en liderar grupos, porque son hábiles movilizando estados de ánimo. Y no sé si son conscientes de aquello. Puede que en buena medida.
Según los objetivos que tengamos con un grupo, los estados de ánimo que necesitamos estén presentes. Por ello, gestionar estados de ánimo, pasa a ser clave, en los líderes.

Otro capítulo que destaco, es el sexto y último. Aquí habla de las conversaciones en la educación, en el aprendizaje.
Juan Solís de Ovando, es Abogado y académico en alguna etapa de su vida. Parte haciendo clases lectivas, con todos los alumnos sentados como si fueran al cine, en esa actitud pasiva, receptiva.
Al poco andar se da cuenta que los alumnos consultan en clases la Internet para indagar temas que él va explicando. Un alumno en particular, lo deja perplejo, con una intervención que hace en clase, explicándole al resto de los alumnos un término que él había usado.
Se queda pensando y cambia completamente como de ahí en adelante hará las clases. Sienta a los alumnos en grupos de 7, en círculos. Les pone temas y les entrega materiales como libros, computadores, papel y lápiz. Y los deja trabajando solos.
El profesor pasa a ser un observador, eventualmente un provocador y alguien a quien pueden consultar, pero son los alumnos los activos, los que deliberan y desarrollan solos los temas.
Y le ha resultado un acierto. 

Las personas vivimos en interpretaciones de la realidad, que pensamos que más que interpretaciones, son la realidad misma.
Hay interpretaciones de la realidad, que van siendo superadas. Las conversaciones sirven para mover a las personas y los equipos, a nuevas interpretaciones más potentes.
La materia con sangre entra, fue superado hace rato.
En este libro, Juan Solís de Ovando, le habla mucho a los Coaches, que llama “entrenadores sociales”, guiándonos en cómo introducir quiebres cognitivos, los llama, que son conversaciones, que desafían las interpretaciones vigentes y abren los espacios para explorar las nuevas interpretaciones.
Recomienda, lo que me parece muy interesante, pues además da pistas, de diseñar las conversaciones, para que produzcan en las audiencias, lo que se pretende.

En el Epílogo, habla de las conversaciones que debiéramos o que podrían ser las que tengamos en el futuro. Conversaciones de preocupaciones globales, planetarias.
Los medios de comunicación de que hoy disponemos, permiten exigir que las conversaciones en que se deciden cosas que nos afectan, nos debieran incluir en ellas.
Hacen falta por lo tanto dos cosas. Plataformas más afines con procesos conversacionales y desarrollar diseños de procesos conversacionales; partes y piezas de las conversaciones.

Bueno, un libro muy adhoc para los profesionales del coaching, que nos muestra bordes, acentos, perspectivas, que provocan la reflexión y el avance en nuestro oficio.
Así que, muchas gracias Juan Solís de Ovando.