jueves, agosto 31, 2017

Qué viene después del Mercado ?

Pasa por aquí Pedro Arellano y conversamos de lo que ambos estábamos haciendo.
Le escucho hablar de un proyecto en Aysén, donde todo parte por una persona que lo aborda para vender un terreno, que siempre soñó vendérselo al Serviu, de lo que se aburrió de esperar.

Es un terreno que colinda con la ciudad de Puerto Aysen, pero aún no está incluido en el plano regulador.

Pedro no quiere actuar como mero intermediario inmobiliario. Sin embargo, la conversación continúa y se entera de los personajes en juego en esta danza con este terreno.

Hay grupos de pobladores, pueblo originario, gente que pretende esas casas que se construyan en un terreno así.
Están las autoridades, los arquitectos, diseñadores del sueño y constructores. Y están los inversionistas. Y otros.

A Pedro se le ocurre una idea, en la línea de su vocación de promover la cultura del encuentro. Habla con su hijo arquitecto y se van juntos a Aysén, a ver el terreno y soñar en un proyecto que materialice el tema habitacional, pero en un contexto humano de inclusión, innovación, incluso de inspiración para reconstruir tejido social, confianzas, la misma idea o espíritu del proyecto 3xi en que anda.

Irá después a hablar con la presidenta del comité de viviendas, de los pobladores que persiguen ser lo favorecidos con una iniciativa de este tipo. Le previenen que no le será fácil, que es una persona difícil y puede ser muy dura y tiene poder.
Bueno, Pedro se la gana y más temprano que tarde, son grandes amigos y saben que el "encuentro" todo lo trasforma.

Yo celebro y apunto, estas capacidades relacionales, sociales, que tiene Pedro. Es un articulador de encuentros entre personas muy distintas. Lo viene haciendo desde hace años; soy testigo.

Parece que el proyecto está bien avanzado y se han incorporado personas como Miguel Luis Lagos de constructora LyD que lleva años en la zona y en un emprendimiento de este orden, hay muchos más que se van sumando. Ahora último incluso se juntan con  Aristides Benavente, otro gran empresario y creador de valor, quien a través de la Fundación, esta empoderando y acompañando a las comunidades de Cerro Castillo; hay gente notable, me dice Pedro.

Me quedo mirando esta escena y recuerdo una parte de la Teoría U de Otto Scharmer del MIT, en que dice que en la esfera mundo, se irá pasando del esquema jerárquico autoritario, de poder centralizado, al mercado, que todos conocemos y de ahí, a algo que él llama diálogo (ver figura 14.7 en la página 230 del libro Teoría U de Otto Scharmer), que yo asocio con esto que está Pedro impulsando.

Es una economía, en que los interlocutores, actores de un escenario económico, conversan, se miran a los ojos, se conectan emocionalmente, ya sea facilitado por personas como Pedro u otro mecanismo. Y avanzan, creando valor social.

Me parece notable esto que Pedro anda haciendo, que en el fondo está inserto en la realidad económica, pero que incluye esa dimensión de favorecer el encuentro profundo de las partes en juego. Y sin ánimo de nadie de enriquecerse, ni maximizar las utilidades a costa de los demás, sino que lucrar, porque no, razonablemente. Más aún, señala él, "enriquecernos" en todos los ámbitos de la vida, el social, el afectivo, el espiritual... dando con ello pleno sentido a la vida.

miércoles, agosto 23, 2017

El conocimiento y su gestión en Gestacción con Javier Martinez de Catenaria

Asisto a una invitación que me hace Juan Vera de Gestacción, donde un grupo de personas escucharemos la presentación de Javier Martínez de Catenaria, titulada "Que va a significar gestionar el conocimiento en la era digital". Después de escucharlo, nos sentaremos a la redonda, provistos de cafecitos y ricos sándwiches, a escuchar nuestras impresiones de lo escuchado.

Hay gente como Rodrigo Collado del Banco Estado, Andrés Auger de WOM, Francisco Méndez de Kruger Corporation y mucha gente de la misma empresa Gestaccion, anfitriones del encuentro, como Arianna Martínez.

pastel de choclo
Juan opera como presentador del presentador, moderador de la conversación posterior y como agradable y cordial anfitrión.

La idea es escribir aquí las impresiones que revolotean por mi cabeza en la mañana, temprana, del día siguiente.
Javier Martínez nos bombardeó con una charla acompañada de una presentación con pantallazos, que no duraban en el telón más de 5 segundos en promedio; y tenían contenido textual e imágenes provocadoras. Nos decía después que era la forma que le funcionaba, para tener atrapada la atención del público y no se fueran, como habitualmente ocurre, a los celulares. Lo logró.

Los países que han prosperado son los países que han puesto el conocimiento de su población en el centro de los objetivos nacionales.
El conocimiento se adquiere a través del proceso de aprender, que no ocurre leyendo la receta de como hacer pastel de choclo, sino que haciéndolo, una y otra vez.

El mundo ha cambiado en pocos años, de manera que introducir data a la cabeza se ha tornado inútil, pues Google en el celular a la mano, lo suple con creces.
Y otra cosa, de creciente impacto, los robots, nos reemplazarán en una enorme cantidad de posiciones laborales.
Entonces la pregunta es, qué aprender. Y está claro que nuestros sistemas educacionales que siguen en la tarea de meter datos en la cabeza, está obsoleta. Necesitamos intervenir eso, la calidad de la educación, entendiendo bien qué es lo que hace falta que aprendamos. Y nos hemos enfocado en la gratuidad, sin atender debidamente estos aspectos. Uh.

Las empresas no han sido diseñadas como organismos de aprender, sino como maquinarias de hacer; transaccionales, eficientistas, orientados a la calidad del producto, a la rentabilidad.
Y hoy el aprender, el conocimiento, ha pasado a estar en el foco de la atención y preocupación de un creciente número de ejecutivos y consultores.

Se interroga a los expertos y se intenta escribir su conocimiento, en medios digitales de acceso amplio. Al parecer solo se transcriben recetas de como hacer pastel de choclo, pero no el verdadero conocimiento. Por eso ni se leen.
Hay desastres gravísimos de pozos petroleros, producto de fallos de un conocimiento que la empresa poseía, pero lo actores relevantes de ese pozo, no lo sabían.
Y con que dificultad se documentan los sistemas, siendo que los que lo hacen saben que es altamente probable que nadie lea lo que escriben. Por eso cuesta tanto que se haga. Y después cuando hay problemas, ni siquiera saben en que computador está corriendo el sistema. Soy testigo de ello.

El sistema educacional, por otra parte, nos dejó vacunados de las ganas de aprender. Solo lo haremos en el futuro en general, para fines específicos, como obtener una certificación o mandatados.
Cómo componemos esto, ha sido inquietud de varios.
Javier dice que lo que moviliza el aprendizaje, es un estado de desespero, de colapso, de no queda otra. Y que los consultores debieran ser agitadores provocadores de esa sensación de urgencia.

Hay otro por ahí, que viene llegando de un viaje a España, donde dice que nadie aprende, a nadie le interesa y lo pasan chancho. Afirma que la felicidad no requiere mayores conocimientos. Javier difiere.

Le pido la palabra a Juan que está a mi lado, pero ya no hay cupos disponibles; estamos cerca de la hora de término y deberá cerrar el mismo Javier, el expositor. Yo quería traer a colación esta distinción del conocimiento de cosas externas a nosotros, del conocimiento que ocurre desde dentro, cuando nos preguntan o nos preguntamos, que me pasa a mi con esto que aprendo. Sabiendo yo que detrás del desarrollo de esa sensibilidad, podré saber después qué es lo mio, cual es mi pasión, un tema que no fue apuntado por nadie en ese intercambio. Tengo un posteo al respecto.

Me voy pensando que mientras miremos a la empresa como algo externo a las personas, donde somos meros manipuladores de la cosa que pasa allá afuera, seguiremos mirando igual. Cuando nos veamos como parte del sistema, aparecerán las emociones de las personas y la cultura de la empresa como relevante.
Y yendo más allá, cuando aprendamos a escuchar o atender a la inteligencia del cuerpo, a la intuición, incluso aplicando meditación o mindfulness, podremos integrarnos aun más en nuestros contextos empresariales, con creatividades quizás insospechadas.

Un nutritivo y estimulante encuentro, al que agradezco haber sido invitado. Escribo esto por la posibilidad de seguir conversando, por vía virtual, de los temas ahí tratados.

lunes, agosto 21, 2017

La calidad de cómo los equipos conversan determina su potencial

Tengo hace rato en la mira cómo los equipos de trabajo conversan, con kilometraje andado de facilitar el proceso de elevar la calidad de la interacción, con resultados que no dejan de sorprenderme.

La calidad de como los equipos conversan es un fenómeno fundamentalmente humano, siendo las personas el principal factor determinante de lo que ahí sucederá. Y lo que puede suceder, es, repito, sorprendente, en muchas dimensiones.

Una de ellas es lo que las personas son capaces de decir en una reunión, por ejemplo. Dependerá de en que paradigma se encuentren situadas. Por ejemplo si se trata de ver quien tiene la razón o quien dice o no dice estupideces. Si están en esta, habrá varios que simplemente se quedarán callados y quizás solo asientan a lo que los otros digan.
Cuando se mueven al paradigma de que cada uno es un observador particular, de una realidad de la que hay dudas si existe allá o es creada simplemente por nosotros en el acto de ver. Si este paradigma se incorpora y las personas asumen que lo que emerge de cada uno, no es propio, sino que es el material que él como canal del equipo está siendo, la riqueza y diversidad de los aportes crece significativamente.

Quizás lo más importante en la dinámica de la conversación de un equipo, es como se escuchan. Cuanto foco pongan en la persona que está hablando, mirándolo atentamente, conectados con lo que está diciendo y desde qué emoción lo hace, empatizando con su contexto e historia. Cuan limpio está el lente de juicios y otras interferencias. Todo ello determinará la calidad de la comunicación, pieza central de la comunicación y lo que ello desencadena.

Siempre comienzo el trabajo con los equipos con presentaciones de todos, con cierta profundidad, pues es distinto algo dicho por este que por aquel y disponer de ese conocimiento, ya produce un handicap importante.
Quienes somos los que estamos en la reunión, cual es nuestra historia, pasiones y dolores, será pieza clave de lo que después acontezca.

Se han clasificado cuatro tipos de conversaciones y curiosamente cuando se está en una, todos sintonizan en ella. Está la conversación polite, amable, donde lo que se escucha es lo que no transgrede nada, donde lo que se pretende es agradar al otro. Luego viene el debate, donde se dice lo que se piensa sin importar que se hiera a alguien. Aquí las cosas se dicen y los problemas pueden ser abordados, se ven y se reconocen. Un paso más arriba es el diálogo, donde la escucha es empática, acogedora, interesa el construir juntos, donde lo que prima es el todo y donde las personas se sienten parte de la problemática y no simples observadores. Y finalmente está la conversación generativa, donde se apela a lo emergente, aquello que no necesariamente brota de la racionalidad sino de la intuición, la inteligencia del cuerpo o de quien sabe donde, a lo que se escucha en silencio y en meditación.

Pieza clave que un facilitador debe atender, son las resistencias, de las que hay de diverso tipo. Los juicios son los que bloquean el escuchar y el ver lo que otro trae a la mesa, simplemente por descalificación previa. El culpar, bloquea los canales de la empatía, de la apertura del corazón. La talla puede producir cerrazones donde ni se nota, pues el afectado por la burla o talla, sonríe y al mismo tiempo cierra su nivel de apertura. El miedo, es otro tipo de resistencia, que levanta barreras, incluso explicativas, que bloquean la conversación franca y abierta. Podemos seguir con los ataques directos, el cinismo, la intriga y varios otros, que serán temas que el facilitador y los que se vayan sumando a los objetivos generales, deben disolver en lo posible.

Aparte de ir introduciendo distinciones para observar estos fenómenos sociales, la selección de los temas debe cuidarse, de manera que el equipo cada vez más se vaya apropiando de ellos, de manera que les sean significativos tanto en lo laboral como en lo personal. Ayer por ejemplo hablábamos de como el acto terrorista de Barcelona les había afectado a cada uno.
Qué te pasa a ti con ese tema o con esa pregunta, me ha parecido a mi que más dirige la pregunta al observador particular que esa persona es. La pregunta no busca respuestas correctas ni atenidas al deber ser; solo quiere saber como eso se mueve dentro de la persona, para que lo comparta si desea.

Un aspecto que he aprendido a observar es cómo el tono emocional de la dinámica conversacional evoluciona. Siempre comienzo pregunta como ha llegado cada uno, como está. A través de esa pregunto indago tono emocional y disposición al trabajo o experiencia. Es de gran placer ver como a medida que las defensas caen, los egos se reducen y la participación aumenta, la riqueza emocional florece y la alegría suele ir llenando los espacios. Si, incluso hay personas que confiesan que antes le cargaba venir cada día a trabajar y ahora, después de estos trabajos, vienen con gusto. Lo que va pasando es que las personas van integrando más aspectos de su personalidad en el trabajo y eso es bueno para ellos y para la empresa, que prioriza en los resultados.

He aprendido a ver y sentir, el alto potencial de las personas en las empresas y más todavía el alto potencial creativo de los grupos que conversan, dialogan, en un alto nivel de sintonía y calidad. El factor humano, que nos hemos acostumbrado a pautear su funcionamiento con el perfil del cargo, en los grupos bien afiatados, que tienen conversaciones amplias y de calidad, empiezan a operar como un organismo vivo, que suplen los defectos de unos con el aporte de otros naturalmente, pues el todo es su asunto. Y como consecuencia de ello, de la creatividad que se moviliza, la pasión que puede surgir, la solidaridad, los resultados son el efecto más valorado. Y todos crecen y aprenden.

miércoles, agosto 16, 2017

La relación entre el conocedor y lo conocido

En la línea del posteo anterior, de como atendemos, pasa algo también con como conocemos, o con como aprendemos.

La forma más clásica de aprender es a partir de la observación del mundo. Este mundo está separado del observador, que aparece, en general, lo más neutro posible, buscando esa forma objetiva de ver, analizar y reflexionar.
A esta forma de conocimiento se le llama conocimiento explícito. Es relativo a un mundo exterior al observador.
Esta forma de conocimiento está ligada a la segunda forma de atender (posteo anterior), donde nos situamos en los bordes de nuestra configuración, que es desde donde ya somos capaces de ver incluso aquello que es discordante con lo que ya sabemos. Llamamos a esta, la forma científica de saber y aprender.

El conocedor en esta primera forma de aprender o conocer, es casi invisible, transparente, sin emociones, pues ellas podrían contaminar la mirada objetiva, que es la requerida en esta forma de conocer la realidad.

La siguiente forma de aprender, siguiendo la evolución en las formas de atender, es la que llamaremos el conocimiento tácito incorporado. En este caso, en lo que pongo la atención es en lo que siento, en lo que experimento, en la acción. Y sobre ello reflexiono.
Estudio la batalla de las Termópilas. El conocimiento explícito es saber que pasó ahí, porqué, sus consecuencias, etc. Qué me pasa a mi con este tema, apunta al conocimiento tácito incorporado, que ese conocimiento pudiera estar instalando en  mi.
Este tipo de conocimiento capta la realidad de dentro de la persona, por lo que se basa en la experiencia vivida.
Este tipo de conocimiento implica suspender el modo pasivo del observador y pasar a un modo activo de estar en la acción, atento a lo que sentimos y experimentamos, que es la fuente de este tipo de conocimiento.

El paso del conocimiento explícito al conocimiento tácito incorporado, significa una transformación, una inversión, en el que el conocedor pasa a ser pieza clave del proceso de aprender. Y por eso significa activar al yo de ese observador, de si mismo en la acción, siendo sus sentimientos y sus significaciones, relevantes.
Será muy distinto estudiar algo que me apasiona, por ejemplo.

Existe una tercera forma de relación entre el contenido y el contenedor. Una tercera forma de conocimiento; una tercera forma de conectar con el conocimiento.
En esta forma ya no reflexiono sobre lo sentido o experimentado a posteriori, sino que conecto en la acción misma con la sensación sentida interior.
Se dice que la experiencia estética, cuando ella se produce, conecta con algo más profundo, conectando incluso con la fuente de lo que será en breve la experiencia. Por eso llaman a este tipo de conocimiento, conocimiento que trasciende al yo.
En este tipo de conocimiento se experimenta la acción en estado de presencia presente, o total atención.

Para alcanzar este tercer modo de relación entre el conocedor y lo conocido, se requiere lavar al yo del ego y sus contenidos, de manera que el yo se repliegue dejando un espacio en el centro de conexión con la fuente, con lo que quiere emerger.

Esta forma de ver el proceso de aprender, que me aporta Otto Scharmer en su Gramática del campo social, en su libro Teoría U, me hace pensar que debemos ir más allá del conocimiento científico y por nuestro intermedio, primero conectar desde la pasión con los que sean los temas en que queramos especializarnos, para luego transformarnos en canal de lo que sea que quiere emerger, tanto en lo personal como en lo social, para crear el mundo que quiere emerger y así realizar nuestro máximo potencial.

Qué dices ?

sábado, agosto 05, 2017

Cómo atendemos

Cuando pienso, actúo, converso, desde dónde lo hago ?
Dónde se sitúa mi atención ?

Al parecer, este punto desde donde opero, cambia. A veces estoy parapeteado en el centro de mi persona, de mi organización dirá uno. Adherido a mis tradicionales formas de ver y de pensar, sin aceptar nada que los vaya a amenazar. Como a la defensiva; o a la agresiva.
Cuando estoy parado ahí, todo debiera parecerse a lo que ya se, a aquello en lo que confío, a mis creencias, a como son las cosas.

Desde ahí, es poca mi capacidad de escucha, reducida mi capacidad de ver más allá, e incluso limitada mi capacidad de aprender.

Este punto desde donde opero, este punto desde donde atiendo, puede moverse desde ese centro, a los bordes de mi persona, a los bordes de mi organización, como sacando la cabeza fuera del auto en movimiento, para ver de verdad que hay allá afuera.
En esa posición puedo ver más allá, puedo ver incluso lo discordante, lo que no cuadra, lo que no se aviene con mis creencias, lo que no parece correcto, lo que no cumple con la regla. Y puedo tomar notas de ello y después analizar.

Esta es la posición del científico. El punto de la atención se ha desplazado desde el centro a la periferia. Prospera la racionalidad, los descubrimientos, la ciencia y la tecnología.

Ese punto de atención, puede ir más allá. Salir de la persona y situarse en el otro. Es la mirada empática. Desde esa posición del punto de atención, soy capaz de hacer preguntas indagatorias sinceras y aproximarme a ver el mundo desde la mirada del otro.
Esto requiere una cierta sensibilidad, requiere una apertura a nivel de corazón, no solo de mente, como en el caso anterior.

Cuando soy capaz de hacer este desplazamiento del punto de atención, una y otra vez, ocurre una transformación mayor. Dejo de verme aparte y empiezo a verme como parte del campo social en que me muevo.
Francisco Varela una vez dijo, que este fenómeno de la atención y sus desplazamientos, era un punto ciego de Occidente.

Y hay otro desplazamiento aún más allá, del punto de atención. En este nuevo caso, se produce una expansión del punto de atención y empieza a cubrir un campo mucho mayor. Parte por bajar por el cuerpo a sentir su inteligencia, o sentir la fuente dirán otros, del propio Ser.
Y al mismo tiempo todo el entorno del contexto mayor. Es como una perspectiva holográfica, de campo de la realidad, con centro en la fuente del propio Ser.

Estas, pienso, son palabras mayores. Puede que uno haya tenido estas experiencias y puede que no las haya sabido distinguir.
Pienso también que la meditación, el mindfulness, el yoga, son ejercicios que desarrollan para el lado de esta perspectiva de la atención.

Cuando Otto Scharmer nos mandó a entrevistar a personas del vecindario, muy distintas a mi, para indagar de quienes eran, como era su vida y como veían el mundo, nos estaba guiando en la perspectiva de avanzar hacia la capacidad tercera de la atención antes señalada. Y para mi fue potente.

He aprendido que como conversamos, depende de desde donde operamos en la atención. Y avanzar en calidad de conversaciones, significa avanzar en expandir nuestras capacidades de mover el punto de atención y con ello el potencial del Ser.

Hay personas que dicen que esto de lo que hemos estado hablando, la estructura de la atención,  son los niveles de conciencia, un término que yo también suscribo, pero que no suelo usar mucho, porque las personas tienen grabado ese término de maneras que más pueden interferir que aportar a la apertura.

Qué dices a todo esto; te hace sentido ?

Fuente: Libro Teoría U de Otto Scharmer del MIT.