martes, septiembre 26, 2023

Libro Relatos de Belcebú a su nieto de G.I. Gurdjieff

Este libro que leí es el tercero de una serie de tres libros con el mismo título. Partí leyendo el tercero y es el que comento aquí.
George Ivanovich Gurdjieff publicó este libro en el año 1950; el primero de la serie lo publicó el año 1929.
Este personaje de Belcebú, que tiene nombre de demonio, es un maestro espiritual de su nieto en este libro.

Sus características me hacen pensar que Gurdjieff era un vidente, pues vive miles de años, tiene su sede en Marte y ha hecho como seis viajes exploratorios a la Tierra, a investigar a estos humanos en su psiquis y conductas.
Aparte de tener la misma apariencia de un humano, pues se pasea entre ellos, conversa y vive con ellos, pero se pasea por la Atlántida, Babilonia, Egipto, Asia y la segunda guerra mundial. 

La mirada que Belcebú tiene de los hombres, no es buena. Somos verdaderos autómatas, instruidos por una pésima educación, siempre.

Esta estúpida idea del bien y el mal, la investiga hasta lograr dar con su origen, en un personaje de la Atlántida, que escribe sus enseñanzas en unos colmillos, cuyo significado obviamente se pierde a través de los siglos, pero Belcebú da con ellos y los interpreta con sus capacidades de médium que tiene.
Se da cuenta de lo nefasto que es esta idea del bien y del mal, pues es la causa de infinitos conflictos, muertes y guerras de todo tipo.
Luces y sombras habría sido mucho mejor instalar, pues tus zonas sombrías son solo aquellas zonas de tu psiquis que no has iluminado con tu investigación.

Su viaje a Norteamérica es notable. Todas estas son historias que le está contando a su nieto Jasin. Se da cuenta que los norteamericanos han quedado embelesados por la apariencia de las cosas, por como lucen las personas. Por eso su sistema educacional se centra en enseñarle a los niños formas corteses en el trato de unos con otros, en la forma de saludarse y conversar. La idea es simular o esconder lo que sea que haya en el interior o en la realidad de la existencia de la persona.
Se han dedicado a intervenir genéticamente los productos agrícolas, de manera que se vean bellos y atractivos. Y han obviado su sabor y valor nutricional. Es cosa de ver los envases con sus decorados, que son de verdad atractivos. El problema es cuando las abres y las consumes.
Lo peor es este invento de la publicidad, que se ha dedicado a dar señales engañosas de todas las cosas que promueve, que ha transformado a todas las personas en desconfiadas unas de otras.

Otro tema que Belcebú relata a su nieto, son sus investigaciones respecto de esta costumbre que tienen los seres humanos de matarse unos a otros en guerras y guerras civiles.
Llega a un concilio secreto, en el año 241 después de Cristo, en que frente a una multitud de eminencias, dos hombres sabios discuten del sentido de todo esto y que podían hacer para disminuir las matanzas.
Piensan que las muertes producen ciertas emanaciones necesarias para sostener la luna en su posición y evitar el cataclismo de su choque con la Tierra.
Finalmente, el más sabio de todos, se supone, dice que daba lo mismo que ser vivo moría para producir las emanaciones requeridas y se instituyen los sacrificios de animales en vez. Se crean lugares especiales, ligados a ritos religiosos, donde se empiezan a matar diariamente, infinidad de animales de todo tipo.
Bajan las guerras por un tiempo, pero retoman igual más adelante.
Siempre Belcebú culpa de las tonterías de estos humanos a la pésima educación qué reciben los niños.

Gurdjieff sabe lo que hace falta. Una educación de calidad, que forme la capacidad de pensar, de reflexionar, con honestidad y autonomía. Lo que hace falta es desarrollar un Yo independiente y responsable.
Entender que vinimos a esta vida para una causa superior que tenemos que escudriñar cada uno en su investigación y estudio de su interioridad.
Gurdjieff hará escuelas de este tipo en Europa, que derivarán a Latinoamérica en grupos como el grupo Arica y la escuela de Silo.
Gurdjieff nació el año 1866 en Armenia, Asia.

domingo, septiembre 17, 2023

Libro La senda del despertar de Ignacio Fernández

Celebro el mérito de escribir un libro como este por parte de Ignacio Fernández, un psicólogo chileno.
Vivimos una época donde todo lo importante ocurre afuera de nosotros. Donde todos los méritos tienen que ver con cosas, logros, riqueza.
Ignacio Fernández mueve el centro de la mira del lente de dónde ponemos el foco de nuestra atención del afuera al adentro de cada uno de nosotros.

Lo qué andamos buscando, no está afuera, está adentro.
El hombre sabio que buscamos para que nos guíe, no está afuera, está adentro.
Lo primero a atender para prosperar en todos nuestros objetivos somos nosotros mismos. Parece el decálogo del egoísta, pero no. Me convence Ignacio Fernández con su argumentación.

Un cuerpo sano y vibrante, es tema de atención primaria.
Emociones controladas y más bien tranquilas, es también fundamental.
Y, meditar, centrarse, para atender, escuchar, lo que Fernández llama el GPS interior, que sería una especie de brújula que nos guía en el día a día.
Y lo más difícil, obedecer a la señal esa que viene de dentro.

Cuando silenciamos la mente en la meditación, nos dejamos invadir por esa luz clarificadora, que viene de un lado no material ni terrenal, sino divina.
Cuando ya encajamos bien ahí, las señales que recibimos en un acto de presencia profunda, son guías que debemos obedecer.
Y saber que el control al que estamos acostumbrados por el gobierno de la razón, no son para nada fuente de sabiduría como nos han convencido.
Si es cosa de mirar como está este mundo patas para arriba bajo este gobierno que bien poco comprende de la mirada sabia de la sensación sentida, del cuerpo, la intuición y las emociones.

Todo ha estado mal hasta la fecha. Necesitamos un buen ajuste de clavijas, porque el norte está para otro lado y la brújula para guiarnos está en el silencio calmo positivo, de la mirada interior meditadora.
Vivimos en un mundo absorbente, intenso, amenazante, que nos saca de lo esencial del ser, su interioridad, su misión vital, su razón de ser. Pensamos que si le damos bienestar económico a nuestros hijos y a nuestra posteridad, salvamos. Algunos he visto que caen víctimas de depresiones, crisis de pánico e incluso tumores invalidantes. 

El mundo nos lecha para su objetivo imperativo e impositivo de maximizar el capital, para unos pocos y ojalá para mi. Y en la pasada dejamos tantas escobas, que hasta el planeta está colapsando. Y que decir de nuestro equilibrio interno.
Nuestros hijos no quieren, no necesitan padres burnt out, fundidos, liquidados, perdidos. Por favor.

Este libro es una excelente guía de lo que de verdad hace sentido.
Para, detente, cálmate, siéntate y escucha a tu GPS interno. Y por favor hazle caso.
Un libro que recomiendo demasiado.

lunes, septiembre 11, 2023

Libro Filosofía en 11 frases de Darío Sztajnszrajber

Tres personajes son los que escriben este libro, tres personajes conversan mientras uno de ellos escribe, tipea en el teclado, otro es el protagonista del libro y otro, piensa desde un poco más lejos. Los tres son Darío Sztajnszrajber.

Darío Sztajnszrajber (apellido impronunciable: “stanraiber”, así se pronuncia ) es un filósofo argentino, que va al Metro de Buenos Aires y baja por una escalera automática una y otra vez, partiendo siempre desde una misma posición de la escalera, que ha marcado con un papelito, mientras reflexiona sobre una frase de Heráclito de que nunca te bañas en el mismo río (será cierto para una escalera?).

Presencia la muerte de un joven, en un lío a raíz de que hay un paro en el Metro y se empiezan a devolver las entradas, pero en la forma de tickets o pasajes del Metro. Este joven exige dinero en efectivo para tomarse una micro para seguir su camino a un ensayo con su guitarra. Pataleta, quebrazón de vidrios, llega la policía y empieza a correr la sangre de este joven tirado en el suelo.
Ahí parte todo.

Es un relato de acontecimientos, que van siguiendo un cauce intenso, variado, insospechado, sin parar. Y mientras esto va transcurriendo, el protagonista filósofa, desmenuza conceptos, ideas, planteos filosóficos, de filósofos que parte en Heráclito, sigue en la Biblia, Sócrates, Aristóteles, San Agustín Hobbes, Descartes, Marx, Nietzsche, Derridá y termina con Foucault.

Todo cambia. Lo verdadero está en las ideas, en las matemáticas. Quién es Dios; soy el que soy.
El hombre es un animal peligroso. Si lo dejamos suelto te destrozará. Necesitamos crear una bestia, otro animal, que lo controle y que él se deje controlar. Nace el Estado.
Dudo de todo. Solo sé que pienso, luego existo. Arranca la ciencia, la modernidad.
La era industrial. Alguien empieza a ver a explotados y a explotadores. Se arma la gresca. Lucha de clases. Guerras mundiales.

Como vamos pensando no es inocuo; tiene consecuencias.
Dios era una creación de los hombres con fines de control. Nosotros pasamos a ser el centro del universo. Todo gira en torno a la persona humana. Que exige libertad.
De repente los filósofos se fijan en el lenguaje, que lo cubre todo. Todo es lenguaje.
Todo se puede deconstruir. Todo se puede cuestionar, desafiar, escudriñar su origen.
Remedio y veneno tienen el mismo origen en el lenguaje ancestral.
¿Qué es la amistad? Hay amigos verdaderos o siempre estos te traicionarán ?
¿Qué es el amor? Los antiguos lo dividían en tres, eros, philia y ágape. Se parte con eros, se sigue con philia y se termina con agape.

Sumergirse en este libro es hacer una inmersión profunda en cuanto tema pasa por la cabeza de este protagonista chicharriento hasta decir basta. Yo me volvería loco si fuera él. Impresionante. Le haría unas clases de meditación.
¡Calma la cabeza viejo!

Pero al mismo tiempo es fascinante. Hace bien de repente desmenuzar tanto concepto, tanta idea. Y hacerlo en un trámite histórico, como recorriendo el paso de la historia en cómo evoluciona la filosofía.
Termina con el tema del poder. ¿Qué es el poder? Una cosa o solamente algo que se ejerce?
Todas las normas que nos rigen son los hilos del poder actuando sobre nosotros.
No hay alguien detrás de ese poder, claramente identificable. Es un poder instalado desde las instituciones qué nos gobiernan, que nos han formado. Y hemos pasado a ser verdaderos soldados de este imperio regulador que nos demarca la cancha.
Liberarnos, te lo encargo. Parece que en eso estamos. Claro, sin darnos cuenta. Nuestros hijos y nietos, los que los tenemos, son los que están transgrediendo todas las normas. Nosotros, los sufrimos, lo contemplamos, lo vemos como pasa.
Pero si se han tomado el poder. Y pareciera que solo aprenden.

Seguiré leyendo a este autor.

domingo, septiembre 10, 2023

Hay que o quiero que, that is the question

¿Tiene importancia decirlo de una forma o de la otra?
Hay que, lo digo yo, pero no viene de mí, viene de fuera.
Quiero qué. El querer es propio.
Puedo hacer lo qué quiera, pero no puedo querer lo qué quiera.
El querer brota.  Brota de adentro. De adentro de uno.

El hay que, es una imposición, un acuerdo colectivo, una ley, que viene de fuera, un afuera del qué yo soy parte, o no.
Bueno, me puedo identificar tanto con el hay que, que lo puedo sentir como propio.
Pero no tiene el origen en mí; lo adopté más bien.
El hay que tiene como origen un pacto social, debatido o por costumbre, al que le damos más peso que a mi mismo. Se supone que le lleva más sabiduría que la mía propia.

Si lo vemos desde la perspectiva del poder, en el hay qué, el poder viene de fuera, en cambio en el quiero que, el poder viene de mi.
Hay que votar si. Es la orden del partido.
Hay que parar en la luz roja. Es un acuerdo social, para que no queden descalabros en las esquinas. Paré en el semáforo en rojo a las 3 de la mañana, sin nadie a la vista. Reflexioné un instante y pasé con rojo; tenía una Cuca de carabineros atrás, que no vi. Me pararon y el carabinero me dijo, lo siento, no puedo no sacarle el parte. Es lo que debo hacer.

Está tan cargada la mano hacia el hay que, que estamos poco entrenados para escuchar lo que yo quiero. Sostengo que no tenemos muy entrenado el qué quiero yo. Y por eso tampoco el quién soy yo. Muchos no lo sabemos.

Qué te pasa a ti con esta pregunta. Porqué será que todos buscan la respuesta correcta. Lo que hay que contestar ante esa pregunta. Para que decir si es una entrevista de pega.
En mi oficio de coach me preocupo mucho de preguntar y tú qué quieres ? qué te pasa a ti con esa pregunta ? Pienso qué desarrollar ese músculo, es desarrollar el propio poder.

Y tú, qué piensas de esto ?

viernes, septiembre 01, 2023

Porque buscamos a un culpable ? Para humillarlo ?

Observo en muchos grupos y equipos este hábito de buscar al culpable de cualquier situación problemática o conflictiva.
Si hay, algo que no fluye, atascos en la ruta, en el proceso, busquemos dónde está el problema para solucionarlo, pero porque pareciera que más importa encontrar al culpable.
Claro, encontrar el problema y luego solucionarlo, podría producir un rito de celebración de lo aprendido como grupo o colectivo. Hemos aprendido algo nuevo, aleluya !
Pero la búsqueda del culpable más huele a buscar a alguien a quien culpar, para luego castigarlo, por ejemplo, humillándolo. Esto sería una forma flagrante de ejercicio de poder, de ponerse por sobre el otro.
Siempre que hay dos, decía algún filósofo (Nietzsche; gracias chatGPT), hay una lucha de poder, por esto de una natural “voluntad de poder”.
Me pregunto, ¿podremos superar esto o es así nomás la cosa?

lunes, agosto 28, 2023

Libro Vida contemplativa de Byung-Chul Han

Byung-Chul Han en este libro ve al mundo actual como un mundo volcado a la acción y el rendimiento. Hombres y mujeres, cabezas gachas, afanados dándole al trabajo tras objetivos que superen la cuota alcanzada el año anterior. La productividad, los logros, en el centro de su atención.

Qué se ha perdido con este modo de ser ? Se ha perdido el espacio y el tiempo de la contemplación, del detenerse, parar, ver el resplandor del mundo.
En la acción se pierde ese resplandor que tiene la creación, la naturaleza.

Dios creó el mundo en siete días y el último, descansó. No, el último se detuvo a contemplar lo realizado. Ese séptimo día para Byung-Chul Han, es la cúspide de la creación. No es el día de descanso para al día siguiente seguir trabajando.

El subtítulo del libro es “Elogio de la inactividad”. En nuestra cultura la inactividad es vista como pérdida de tiempo. Tiempo para recuperar fuerzas para seguir dándole.
La inactividad es el tiempo para contemplar. Actividad de la máxima alcurnia.
En la inactividad contemplativa emerge la creatividad.
En la inactividad contemplativa se puede ser feliz. En el trabajo y el rendimiento. no.

En el tiempo de inactividad, festejamos. En la fiesta no se trabaja, se despilfarra. En la fiesta estoy con los otros. En el trabajo estamos solos. En el trabajo y el rendimiento se cultiva el individualismo.
En la fiesta hacemos comunidad. En la fiesta se activa el ser. En la inactividad se hace cultura. ]
En la fiesta celebramos la vida en comunidad.

El juego no tiene objetivos, salvo el de disfrutar. Me refiero al juego de los niños.
El juego es un tiempo de inactividad del tipo laboral.
Hay fiestas hoy que son un negocio, donde las personas van a trabajar y a consumir, a tarea. Hay fiestas que son instancias de consumo.
También hay juegos que son trabajo. Donde el gol se paga bien.

El capitalismo ha implantado el consumo y ha propagado la economía a todas las dimensiones del hacer humano. El capitalismo trabaja para aumentar el capital.
La economía está enfocada en la supervivencia.
Cuando detenemos la actividad, empezamos a vivir. Cuando nos ponemos en modo contemplativo, el ser emerge, la felicidad se hace posible.
Al perder la inactividad, hemos perdido la comunidad. Somos con otros, no en el trabajo, en el ocio.
Qué mejor escena qué la contemplación queda de una chimenea encendida.

A la verdad y a la realidad solo se accede en una actitud quieta, inactiva.
La información es la forma de actividad que tiene el lenguaje. En la poesía el lenguaje se pone en modo contemplación.
En la actividad y el rendimiento los individuos se creen libres. Es una forma de dominación en que el explotador es uno mismo.
En la sociedad neoliberal del rendimiento no se construye ningún nosotros.
Estar conectados no significa estar vinculados.

La industrialización nos somete al régimen disciplinario de la máquina.
La digitalización nos repleta de información carente de relato. Es básicamente ruido.
La reconciliación entre el ser humano y la naturaleza es el fin último de la política de la inactividad.
Cuidar la naturaleza es dejarla ser; es devolverle la dignidad.
La meditación es una capacidad que no actúa y que revela el ser.
Un libro que me incita a la reflexión; con otros.

miércoles, agosto 23, 2023

Libro El universo en un solo átomo del Dalai Lama

El Dalai Lama mismo escribe este libro. Su nombre verdadero es Tenzin Gyatso. Nació el año 1935, en julio, por lo que tiene en la actualidad 88 años.
A sus 6 años fue detectado como la nueva encarnación del Dalai Lama, trasladado a la capital del Tibet, Lhasa, donde inició su educación para a los 16 años ser envestido como el 14avo Dalai Lama del Tibet.
En la década de 1950 el Tibet fue invadido por China y el Dalai Lama y muchos tibetanos arrancaron y se exiliaron en la India. El Dalai Lama vive en la actualidad en Dharamsala, India.

La formación de este niño se centrará en los libros del budismo, que mira más bien hacia el interior de la persona. Mira con suma detención la subjetividad, la conciencia y los estados mentales. En su lenguaje no existe una palabra para emoción, sino que distinguen sobre 50 estados mentales interiores. Son expertos en interioridad.
Este Dalai Lama en particular, siempre mostró gran interés por los escasos objetos mecánicos con que se encontró en este país montañoso, donde la altura media es de 4800 mts de altitud. Se transformó en un experto desarmador de un reloj, una cámara proyectora y uno de los escasos autos que disponía a modo decorativo el Dalai Lama, porque en ese tiempo no había calles por donde andar.

Al llegar a la India le llaman mucho la atención los avances tecnológicos y la ciencia. Empieza a aprender, mucho ayudado por personas en particular que le enseñan.
Viaja a Europa, a Inglaterra y empieza a conocer a científicos connotados como David Bohme y el chileno Francisco Varela, con los que establecerá estrechos vínculos.
Fue Francisco Varela quien le da la idea y participa del primer encuentro entre científicos de distintas especialidades y el Dalai Lama y su séquito de monjes budistas. Será un encuentro de una semana de duración cada dos años, en Dharamsala.

Lo que aquí se inicia es un diálogo notable entre oriente y occidente; entre la ciencia y la espiritualidad, se podría decir.
Asistirán destacados cosmólogos, que estudian el universo y su formación a través del Big Bang. Físicos expertos en relatividad y física cuántica. Biólogos qué estudian genética, el ADN, neurología y las tecnologías de intervención a nivel del ADN.
Uno de los temas que mira con detención el Dalai Lama es el método científico y su ámbito de cobertura. Se da cuenta de su foco en la materia, la materialismo y su escaso abordamiento de la subjetividad de las personas. Esto último sólo es abordado estudiando la neurología y el funcionamiento del cerebro, ámbito científico del cual asisten también varios científicos.

El budismo distingue los seres sensibles de los no sensibles. Los seres humanos, los animales, los perros, las vacas, son seres sensibles. Las plantas son no sensibles, para ellos. No sé qué dirán cuando vean estos experimentos donde se escucha la música de las plantas.
La ciencia quiere saber, para después manipular, usar, beneficiarse de lo aprendido.
Los budistas investigan la subjetividad humana, la conciencia, para disminuir lo más que se pueda el sufrimiento. De todos los seres sensibles.

Desde la mirada que emerge de estas conversaciones, ambas partes descubren que sólo abarcan una parte de la realidad completa. Que la realidad completa requiere la incorporación de ambos mundos.
El Dalai Lama habla de ciencia en tercera persona, y ciencia en primera persona. La ciencia de la conciencia, sería una ciencia, o pretendida ciencia, que investiga la interioridad del ser humano, su mente y su conciencia.
La ciencia occidental reduce la realidad a lo material; es reduccionista.

Ambos lados de estos diálogos aprenden mucho de las contrapartes. Se dan cuenta de sus ignorancias y quieren ir más allá. Estas reuniones bianuales llevan años y no se han detenido. En el video qué pongo al final se ven claramente y se siente el espíritu de estos encuentros.
Me quedo con una gran ilusión de que se avance hacia incorporar la subjetividad en la forma de una ciencia de la conciencia, para darnos cuenta de lo que nos hemos estado perdiendo sin esta mirada, donde los ámbitos que aparecerán serán muy probablemente éticos, morales, filosóficos e incluso paradigmáticos.

En la física cuántica el Dalai Lama encuentra afinidad con la visión budista de que todo brota de la nada, de la nada que está en el centro de la conciencia. Esto en contraposición de la visión materialista occidental, que asienta todo en la materia.
La materia, dirá otro pensador y físico cuántico (Amit Goswami), es una manifestación de la conciencia.
Estaremos tan perdidos en occidente y por eso estamos dejando tantos estropicios ??