jueves, enero 06, 2005

El Convenio de las voces globales, o algo así

Esto lo saqué del sitio de Rebecca MacKinnon, RConversation, de esta parte, y luego me encontré con una traducción al español de Ricardo Bello, del que no encontré link a su sitio:

"Creemos en la libertad de expresión: en proteger el derecho a hablar – y el derecho a escuchar. Creemos en el acceso universal a las herramientas de expresión.

Con ese fin, queremos empoderar a todos los que deseen expresarse para que tengas los medios de hacerlo – y para aquellos que quieren escucharlos, los medios para oírlos.

Gracias a las nuevas herramientas, la expresión no necesita ser controlada por aquellos que poseen los medios de publicación y distribución, o por gobierno que pudieran restringir el pensamiento y la comunicación. Ahora, cualquiera puede ejercer el poder de la prensa. Todos pueden contar su historia al resto del mundo.

Queremos construir puentes entre los abismos de cultura y lenguaje que dividen a la gente, a fin de que nos podamos comprender cabalmente. Queremos trabajar juntos de una manera más efectiva y actuar de forma más poderosa.

Creemos en el poder de la conexión directa. El vínculo entre individuos de diferentes mundos es personal, político y poderoso. Creemos que la conversación a través de las fronteras es esencial para un futuro libre, justo, próspero y sustentable. – para todos los ciudadanos de este planeta.

Mientras continuamos trabajando y hablando como individuo, también queremos identificar y promover nuestras metas e intereses compartidos. Nos comprometemos a respetar, asistir, aprender y escucharnos los unos a los otros.

Somos las voces globales."

sábado, enero 01, 2005

Fuerte, muy fuerte

Todo empieza con una escena como esta, donde aparece el mar con su tradicional belleza, frescura, distensión, tanto así que una buena banqueta es sitio de contemplación, asiento de ensoñaciones, amores y relax.


Luego, se nos ha venido a toda la humanidad, una catástrofe de proporciones, que nos ha dejado tirados por ahí como mortandad de jibias que alguna vez vimos en las playas de nuestro litoral, pasmados ante la escena, impotentes, aterrados.


Y si, volveremos a la normalidad, pero este parcito peca de desubicados y corren el riesgo de sufrir las consecuencias de la mala energía y vibra que los que los ven dejan caer sobre su egoismo y falta de delicadeza.


Esta expresión representa mas que ninguna otra el drama humano que han vivido, y mi sentir es que de algún modo estamos conectados planetariamente con su dolor y sufrimiento.