viernes, enero 17, 2025

Libro Amor fati de Abel J. Herzberg

Una joyita. Un libro tremendo, pues son siete ensayos sobre su permanencia de quince meses en el campo de concentración nazi de Bergen- Belsen de Alemania.
Disfruté su lectura, de calidad. Pero lo que relata es brutal, tremendo, a lo que podemos llegar los seres humanos.
La matanza sistemática de millones de personas. Una industria eficiente, como hacen las cosas los alemanes. Operada por burócratas, autómatas, devotos de hacer bien la tarea del día a día. Sin pensar más allá.

Abel J. Herzberg
Me recuerda el libro de Hannah Arendt sobre el juicio en Jerusalén a Adolf Eichmann, a cargo de la logística del Holocausto. Hannah Arendt lo vio como un hombre normal, trabajador cabeza gacha, que hace las cosas bien, con eficiencia, pero no piensa, no ve más allá. Lo llamó “la banalidad del mal".

Cada capítulo del libro es la perspectiva de una situación que se vive en el día a día del terrible campo de concentración.
Donde la alimentación es casi inexistente. Donde todos deambulan en un estado de zozobra producto del hambre. Donde los peores crímenes son robarle al vecino un mendrugo de pan.
Duermen todos tan pegados unos a otros, que estiras una mano y estás en territorio del otro. Reciben migajas que saben deben hacer durar para varios días, así que guardan por aquí y por allá, que los hambrientos idiotizados por el hambre buscan casi inconscientes.

Un capítulo tiene que ver con la institución de un juicio que hacen los presos, a los ladrones de entre ellos. Se hace todo debajo del tilo inexistente, pues todo ocurre en un peladero estéril, donde se encuentran estas construcciones que son las barracas, en el peor de los estados.
Es un acto que los SS toleran, inventado por los propios prisioneros y que medio disfrutan, pues asisten a verlos.
El acusado es un hombre que en la oscuridad total de la noche se escurre y llega a unas estanterías que se han establecido, con candado, para guardar los excedentes de comida de los presos. Fuerza el cerrojo y roba cuanto puede, dejando huellas de trozos de pan en su vuelta a su camastro.
Dos veces lo juzgan por el mismo crimen. Los jueces son abogados previos a la guerra, hombres sabios bien intencionados.
Finalmente confiesa, llora desatadamente. Lo que no puede soportar es haber mentido. Lo del robo, no es lo que lo corroe.
Cuando toca emitir el veredicto, dicen que ya ha muerto, así que no vale la pena seguir. Todos viven al borde de la muerte, ya sea por enfermedad o desnutrición.

La Rita es otro capítulo. Una mujer, prisionera también, que está a cargo de varias barracas. Es brutal. Fría, sádica, perfecta para el cargo que los alemanes le han asignado. Revisa todos los días si las camas están bien hechas y las sábanas debidamente estiradas. La siguen secuaces, afines a sus ansias de descargar iras o rabias. No importa si hay algo malo en cómo han estirado las sábanas; hay que darle a una cierta dosis todos los días. Lo tremendo es que los más maltratados son los enfermos y moribundos. Y si los matan a golpes o caídas por empujones, mejor.
Se imagina Abel Herzberg a esta mujer después de la guerra, como le cuenta a su nueva pareja cómo fue para ella estar en un campo a cargo de barracas. Cómo todo lo transforma, cómo todo lo diluye y tergiversa, como una forma quizás de calmar una psiquis enferma.

Cierra el libro con el ensayo que titula Amor fati, el título del libro. Amor fati, significa abrazar el destino cualquiera este sea; es un concepto estoico, también utilizado por Friedrich Nietzsche.
Intenta aquí elaborar una explicación de porqué pasó todo esto, tan macabro.
Y habla del paganismo; en que Hitler era un pagano.
Es la pugna histórica entre los paganos y los pueblos civilizados. Cuando llegan los pueblos europeos a las costas de China, el emperador los cataloga de bárbaros. ¿Será algo similar a paganos ? Yo creo que si.
El bárbaro quiere destruir todo rasgo de civilización. Le encanta incendiar Jerusalén o Roma. Es algo que tenemos todos, dice Abel Herzberg, nos gusta construir, pero también nos gusta destruir.
Los judíos son el pueblo elegido por Dios. Los paganos son los pueblos no elegidos por Dios, que odian y odiarán siempre a los elegidos.
La cosa viene desde Caín y Abel. Hay un hijo predilecto. El no predilecto, lo mata.
Punto.
Parece que los paganos, seguirán persiguiendo y jodiendo a los elegidos, hasta el fin de los tiempos.
¿Será así ?

miércoles, enero 15, 2025

Libro ¡Aceleremos la resonancia! de Hartmut Rosa

Hartmut Rosa nos viene a decir cosas interesantes en relación al mundo Capitalista en que vivimos.
Esta forma de relacionarnos con el mundo que el sistema económico imperante ha instalado, no ha hecho más que establecer una forma cosificada de relación con el mundo y con los otros.
Y ello además y quizás coherentemente, ha expandido la cultura fundamentalmente individualista en que estamos.

Me paso la vida abocado a fortalecer mi autonomía haciéndome de recursos suficientes para ello. Como los otros resuelvan su problema de autonomía, es su problema.
Lo que pasa en Madagascar o en Venezuela, es problema de los venezolanos.
Trump no es sensible al dolor de los venezolanos. Está preocupado de la autonomía de EEUU y por ello piensa en hacerse de Canadá, Groenlandia y el canal de Panamá.
No es el Capitalismo el problema, es la mente que esta forma de operar instala.

¿Qué propone Hartmut Rosa ? Propone recuperar la capacidad humana de escuchar. Escuchar al mundo, escuchar al otro, escuchar a los otros.
Y al hacerlo reactivar una capacidad que traemos de fábrica, que es resonar.
Resonar es dejarse afectar por el otro y por el mundo. Para ello es necesario una actitud de apertura y vulnerabilidad, para dejar que el otro nos toque.
Estamos acostumbrados a apropiarnos y controlar. Y hemos hecho grandes cosas, grandes obras, grandes logros, pero al costo de deshumanizarnos, al establecer relaciones exclusivamente con cosas para controlarlas y lecharlas.

Esto significa un cambio de paradigma; lo de reactivar el resonar con los otros y con el mundo.
En este nuevo paradigma la política se transforma en un diálogo de personas que se escuchan; en un diálogo. Y es solo así que podremos juntos diseñar el mundo en que queremos vivir. Que es y será un mundo en permanente transformación y cambio, alineado con el permanente cambio de las personas que lo habitan.
Lo que hemos de cambiar es la forma de relacionarnos con el mundo y con los otros. Y hacernos responsables del planeta que compartimos, en que nuestros actos deberán considerar sus consecuencias incluso lejanas.

Hartmut Rosa dice en la página 54 de este librito de 62 páginas, “Mi única propuesta institucional sería la de proponer una renta básica sin condiciones, una especie de renta mínima”.
No deja de sorprenderme esta propuesta suya. Porque con ella el mundo en que viviríamos sería completamente otro. No buscaríamos trabajo para sobrevivir, no haríamos negocios para sobrevivir; lo haríamos por otras razones.
Ponte a especular cuáles serán estas razones. 

La educación se enfocaría en otra dirección. Ya no en aumentar tus capacidades productivas, sino en desarrollar tu potencial en la dirección de tus verdaderos y libremente elegidos gustos y deseos.
El centro de nuestras vidas podría ser el desarrollo personal interior y no el hacer crecer tu patrimonio como ha sido hasta la fecha, incluso sólo sobrevivir, como en el caso de la mayoría.

Aprender a mejorar nuestra capacidad de escucha, de los otros y del mundo. Y abrirnos a una disposición vulnerable, que haga posible el destape de nuestra capacidad de resonar. Que es una capacidad que no se puede programar como hacemos con todas las cosas que hoy hacemos.

Este libro de Hartmut Rosa, que me deja la disposición a seguir leyéndolo.


Nota: la imagen publicada me la aportó chatGPT para decorar el texto de este posteo

martes, enero 14, 2025

Libro Los cuatro acuerdos de Miguel Ruiz

Miguel Ruiz es un chamán heredero de un conocimiento secreto del pueblo de los Toltecas que vivieron en las tierras que hoy ocupa México, hace unos 3.000 años.
Hoy han decidido hacer públicos estos conocimientos, porque les parece que es necesario.

Un antiguo tolteca tiene una visión nocturna mirando la luna y las estrellas. No son las estrellas las que emiten la luz, es la luz de la que están hechas las estrellas.
Y nosotros somos vida y luz manifestada en la forma de este cuerpo que tú y yo tenemos.
Se parece a la idea de que el universo es conciencia y la materia es una manifestación de la conciencia. Y nosotros somos conciencia alojada, ligada, a este cuerpo con el que tú y yo nos identificamos.

Hemos nacido en una cultura, que vive en un sueño, creado en el lenguaje. Este sueño fue instalado en un proceso de domesticación que iniciaron los padres, siguió en la escuela y cerró el cura de la misa a la que asistíamos cuando chicos.
Y es un sueño que Miguel Ruiz liga como si fuera un infierno. ¿Por qué ? Porque se nos educó para ser como es debido y no para ser quien de verdad somos.
Y de eso se tratará el proceso de sanación o de transformación que el libro propone. Cómo dejar el sueño planetario distorsionado, adicto al sufrimiento y asentado en el miedo.

La primera idea basal que se me instala es esta de que vivimos en un sueño, siempre, incluso después ya sanados. La vida es un sueño creado en el lenguaje.
El sueño se configura en base a acuerdos, que se van instalando en nuestra mente.
Estos acuerdos configuran las Leyes, al gran Juez que nos fiscaliza y todas las creencias que nos gobiernan.

Para liberarnos necesitamos acoger estos cuatro acuerdos.
El primer acuerdo tiene que ver con abrazar la intención de ser impecables en el lenguaje.
Impecable tiene que ver con no pecar y pecar tiene que ver con hacer cosas contra uno mismo. Si yo maltrato a otro, ese me odiará y maltratará de vuelta, por lo que maltratar a otros al final de cuentas es un maltrato a uno mismo.
Por otro lado, el lenguaje es la herramienta más poderosa de que disponemos. El sueño infernal en que vivimos fue creado en el lenguaje. Cada vez que emitimos un juicio negativo acerca de una persona, estamos creando una realidad perjudicial, que generará emociones negativas de ida y de vuelta, con lo que se intoxicará todo el ambiente.
Las emociones son centrales para crear el clima en que vivimos. Malas emociones, basados en el miedo, como el odio, los celos, la mentira, es pura intoxicación del ambiente.

El segundo acuerdo que debemos suscribir, es el de no tomar nada como personal. Lo que sea que alguien te diga, sale del sueño en que él habita y no tiene nada que ver contigo.
Si te toca de alguna forma, revisa tu interioridad, en forma independiente del otro.
Miguel Ruiz dice que somos adictos al sufrimiento y por eso hemos acordado ayudarnos mutuamente a sufrir.
Me queda claro que si escucho algo hostil hacia mi y lo veo como emanaciones de un clima o sueño interno del otro y nada que ver conmigo, me alivia.

El tercer acuerdo consiste en no hacer suposiciones.
Me acordé de unas antiguas conversaciones que sostenía con un buen amigo, que decía que las parejas que se aman debían adivinarse y yo no estaba de acuerdo.
Este libro me ha dado la razón, pienso ahora.
Hacer suposiciones produce mucho veneno emocional, dice el autor.
Y tenemos miedo de pedir aclaraciones. Atrévete a preguntar, te salvará de muchos problemas.
Que tu amor cambiará a esa persona; olvídate, nunca cambiarás a nadie. Solo él se puede cambiar a sí mismo.
No hacer suposiciones mejora ostensiblemente la comunicación interpersonal.

Y el cuarto y último acuerdo es, haz siempre lo máximo que puedas. Asumiendo que lo que haces, lo amas.
Si nos gusta lo que hacemos y si siempre hacemos lo máximo que podemos, entonces disfrutamos realmente la vida.
Pienso que aquí, la clave está en encontrar un hacer que de verdad te guste; y dejar de hacer lo que sea que hagas que no te gusta hacer.
Alcanzamos la plenitud en la acción.
Di que no cuando quieras decir que no, y di que sí cuando quieras decir que sí. Tienes derecho a ser tú mismo.

Si cultivas estos cuatro acuerdos serás un maestro de la transformación. Y pasarás del sueño del infierno al sueño del cielo.
No somos libres; lo seremos cuando hayamos conquistado el ser quien realmente somos.
Lo que nos impide ser quien de verdad somos, es el Libro de la Ley, el gran Juez que nos merodea desde dentro y fuera, y el sistema de creencias que son los acuerdos que nos han forzado a suscribir.
Es hora de que te liberes llevando a la acción estos cuatro acuerdos.
Esto no es una religión, es una forma de buen vivir.
Necesitas transformarte en un guerrero para romper los acuerdos de tu domesticación nativa. Y no será fácil.

Un libro notable, que recomiendo e intentaré ejercitar. El nuevo sueño es puro amor y conexión con el universo.


Referencias:
Video sobre el libro

lunes, diciembre 30, 2024

Libro Nosotros, Refugiados de Hannah Arendt

Este librito de Hannah Arendt trata de los refugiados, los inmigrantes, los apátridas.
Ella fue todas esas cosas, intensamente, y en cuanto a lo de apátrida, durante 18 años.
El gobierno nazi, después de haberla detenido, siendo ella muy joven, como 8 días tras las rejas, la sueltan y escapa con su madre Martha, con destino a París. Por esa fecha, los nazis le quitan la nacionalidad. Ella era judío-alemana. Era la alternativa a morir en la cámara de gas, como fue el fin de muchos de sus amigos y parientes. Atroz.

Esta condición de refugiada, en que ella se cataloga, se basa única y simplemente en el hecho de ser judía. No ha cometido ningún delito, no ha sido opositora al régimen; simplemente por pertenecer al pueblo judío, le cancelan la ciudadanía.
Leyendo este libro me doy cuenta que ponerse en los zapatos de esta gente, es un ejercicio importante de humanidad.
Hoy vivimos el tema de las inmigraciones en forma descontrolada. Es gente que arranca de regímenes autoritarios, donde las posibilidades económicas suelen ser factor, como también el hecho de ser opositor. 

El Estado nación es un constructo social, que incluye a todos los, se supone, nacidos en su territorio. Nación viene de la palabra “nació”.
El mundo se dividió en naciones y se habla de la familia de las naciones.
Y qué pasa con los que por las razones que sean, deciden irse de donde nacieron, a buscar mejores horizontes ?
Intentarán por todos los medios de mimetizarse con los connacionales del territorio adonde llegan. Tratarán de hablar rápidamente el idioma local y adquirirán sus costumbres. A veces lo lograrán y a veces no tanto. Incluso puede qué quieran emigrar a otro lugar y todo de nuevo.

Los republicanos que en la guerra civil española arrancaron a Francia, fueron internados en campos de internación, que es la versión menos mala de los campos de exclusión que distingue Hannah Arendt. A estos los llama Hades.
Purgatorio, son los campos de concentración como los de Rusia, donde se los usaba como mano de obra esclava, desconectados o incomunicados de todos sus relaciones.
Y los peores, son los campo de concentración nazi, a los que llama infierno, pues la idea es que estén poco tiempo ahí y se vayan lo antes posible a las cámaras de gases, para su eliminación. Atroz.

Hannah Arendt hace un reclamo político, ya que estas personas, en la condición de refugiados, no tienen ciudadanía, y por ello no tienen los derechos del ciudadano. Pero tampoco tienen personalidad jurídica que los proteja con los derechos humanos. Quedan fuera de todo y sujetos a todo.
En el caso de los inmigrantes alemanes durante la segunda guerra mundial, la gente que se fue a EEUU por ejemplo, eran una vanguardia en muchos sentidos. Era gente sobresaliente, caso también el de Hannah Arendt, a la que el año 1951, le darán la nacionalidad norteamericana.

Este libro, me situó en la realidad de los inmigrantes, de los refugiados, incluso de los apátridas, condición a la que en estos días el gobierno de Venezuela, quiere quitar la nacionalidad a todos los que abandonaron la patria de Venezuela bajo la dictadura de Nicolás Maduro.
Un libro que me sensibilizó y me hizo pensar en la ausencia de una legalidad internacional, que proteja a los de paso o recién llegados.

sábado, diciembre 28, 2024

Libro Qué sabes de Hannah Arendt de Agustín Serrano

No conocía a Hannah Arendt, aunque sí había escuchado hablar de ella.
Me ha impresionado mucho, su agudeza de pensamiento original y en particular su historia personal, como judía-alemana en la época de Hitler. Es tomada presa, liberada a los pocos días. Escapa a Francia y desde Alemania le quitan la nacionalidad. Quedó apátrida por más de 10 años, hasta obtener la nacionalidad norteamericana, donde terminó residiendo.
Otro hecho notable para mi, es que a sus 18 años o algo así, fue amiga y amante de Martín Heidegger, un hombre casado y con hijos.

Este libro de Agustín Serrano recorre los temas de varios libros de Hannah Arendt.
El primero es sobre una interpretación que ella le da al término totalitarismo, que ella localiza en la historia por primera vez en los regímenes nazi de Hitler y estalinista de Stalin en Rusia.
En ambos casos el poder omnipotente se despliega en su máxima expresión. Pieza clave de estos regímenes son los campos de concentración, donde el ser humana es llevado a su total aniquilación, en Alemania directamente a los campos de exterminio masivo, y en el caso ruso, a la total perdida de derechos, incomunicación total y trabajos forzados peores que la esclavitud.
Esto sería un subproducto del desarrollo tecnológico e industrial de Europa, que ve al resto del mundo como territorios a conquistar y explotar en la forma de colonias, tratando a los que ahí viven de maneras muy distintas a como trataban a sus conciudadanos.
La violencia destruye el poder, pero no lo crea, dirá Hannah Arendt.
Ella ve a los países como conjuntos de hombres que deliberan, escuchándose, respetándose y llegan a acuerdos que implementan. Esto no ocurre en los totalitarismos.

El segundo mega tema de Hannah Arendt es esta distinción que hace entre vida activa y vida contemplativa, que es aquella dedicada a pensar.
La vida activa la divide en tres; la vida del laburo, que busca producir el alimento para nuestra sobrevivencia; la vida del trabajo, donde con nuestras manos o herramientas, fabricamos objetos que nos ayudan en forma permanente a vivir y aumentar nuestra productividad; el que fabrica zapatos por ejemplo.
Y finalmente, la acción del tipo praxis, que es la que hacemos deliberando para construir el mundo que compartimos. Requiere una cierta igualdad de derechos a expresarnos, considerar lo que el otro dice como un aporte que puede afectar mi perspectiva, y así ir juntos construyendo nuestros acuerdos y acciones mancomunadas.
Cuando la política se transforma en solo un enfrentamiento de ideas, o inocuos meros ataques para causar daño al contrincante, nos hemos alejado de la acción tipo praxis que llama.
Hay una evolución histórica de estos tipos de acciones descrito por la autora, que termina en la actualidad con una exacerbación de las acciones laborans y trabajo de producción de objetivos, ya meramente para el consumo.
La acción del tipo deliberativa para crear mundos nuevos a través de lo que llama praxis, se ha reducido a la mínima expresión o simplemente se ha degradado por la no representación de los políticos de los ciudadanos.

Otro tema del libro tiene que ver con un libro que sacó del juicio a Eichmann el gestor del holocausto, capturado secretamente por las fuerzas israelíes en Argentina y sometido a juicio en Israel. Hannah Arendt presencia este juicio en buena medida y escribe un libro en que dice que Eichmann era un burócrata, que hacía prolijamente su trabajo, enfocado en la eficiencia y optimización, sin levantar la cabeza y pensar para qué era todo aquello que hacía. Le pone un subtítulo al libro en que habla de “la banalidad del mal”, que le traerá muchas críticas.

Hannah Arendt dejó un libro inconcluso al morir el año 1975 de un infarto. En él habla del pensar, distinguiendo el pensar científico o cognitivo que llama, del pensar filosófico, racional. El primero busca entender la realidad objetiva, como funciona y cómo sacarle mejor provecho. La segunda forma de pensar buscar responder para qué todo lo que hacemos, cuál es el sentido, qué somos nosotros, para qué vinimos aquí, etc.
Después habla de la voluntad, del querer, esta voz interna que pulsa en una cierta dirección y discute con otra voz interna, que difiere o quiere una mayor evaluación. Es la típica disputa entre la pasión y la razón.
Y finalmente, en forma inconclusa, hablará del juicio, que lo relaciona con el gusto que cada uno tenemos sobre distintas cosas que enfrentamos.

Un libro que disfruté, del que aprendí y del que quiero más adelante volver a recorrer.

miércoles, diciembre 25, 2024

Libro El buzón de las impuras de Francisca Solar

Estupendo libro de Francisca Solar, que es una novela histórica contada por una mujer esta vez, del incendio de la iglesia de la Compañía de Jesús, de los jesuitas, en Santiago de Chile, el 8 de diciembre de 1863, último día del mes de María, día de la Inmaculada Concepción.

Este tremendo suceso ocurre en la mitad de la guerra civil de EEUU entre los unionistas del norte y los esclavistas del sur. Una guerra que ponía en cuestión la propiedad privada sobre seres humanos de color negro.
Y en Chile había una legación norteamericana, en representación del presidente norteamericano Abraham Lincoln, que desempeña una importante y heroica labor de salvataje en el incendio.

Esta novela histórica de Francisca Solar es una notable inmersión en la sociedad chilena de ese año de la República de Chile, siendo su gobernante José Joaquín Pérez Mascayano, de la alianza liberal y conservadora, llamado el inicio de la República Liberal.
Es interesante mirar esa época desde los ojos del año 2024 y ver, el contraste de costumbres entre esa época y la nuestra. Los cambios son significativos.
Para empezar las mujeres de la alta aristocracia usaban unos vestidos con crinolina, que eran enormes estructuras con anillos metálicos, donde iban enaguas y luego el vestido de gran deslumbre, que hacía que las mujeres en su desplazamiento requirieran amplio espacio.
Imagínate una iglesia llena de mujeres con este tipo de vestuario, que aparte era intensamente inflamable. Todo hecho para el desastre.

El poder de la iglesia era enorme. La religiosidad de las mujeres era significativa, con casos extremos. En cada familia había diversidad de posturas, pero parece que siempre había más de una, en extremo pechoña.
Las Hijas de María eran una especie de club de mujeres, dirigidas por un cura jesuita, tremendo. Se reunían periódicamente y el cura tenía el poder plenipotenciario de establecer qué era falta y qué no, y dar las penitencias adecuadas a viva voz. No a la pecadora con nombre y apellido, sino a la que había escrito ese texto anónimo y lo había depositado en el buzón de las impuras.
Las mujeres, instruidas para ser dóciles, se dejaban manipular y someter, acatando las directrices de este cura nefasto, que será determinante en el incendio y su mega catástrofe.

Disfruté el manejo de las dinámicas familiares y sociales, que partían de una familia central, con madre norteamericana y padre chileno, dos hijas mujeres y un hombre en silla de ruedas.
La dinámica alcanza al máximo poder del Intendente, la casa de las prostitutas, llamada la casa de las Otras y muchas familias de la aristocracia.
Este manejo de personalidades, sus intrigas, copuchas, afectos, está muy bien llevado en el libro y capturó mi atención, al punto que me costaba parar de leer.
En ese tiempo las relaciones de pareja eran establecidas por los padres, de acuerdo a conveniencias sociales y económicas.

El clima de esta novela se va exacerbando a medida que el día de la Inmaculada Concepción se acerca. Aumentan las luces a parafina, para generar gran iluminación en el templo en el momento de la ceremonia.
Una iglesia con pocas ventanas y aperturas de luz. Necesitaba iluminación artificial para el evento social y religioso más importante del año, dedicado a la virgen María.
Surge un lienzo, por alguna buena causa o milagro, al que le pusieron una sección de mayor iluminación con unas lámparas a gas, de tecnología relativamente nueva.
Quien prendió esta particular sección, no encontró nada mejor que tomar una de estas cosas a gas y manipular una llavecita, que disparó un chorro de llamas que sería lo que desencadenaría todo.

Lo peor era esta costumbre de mandar a cerrar las puertas por fuera con llave. Orden que da el cura nefasto.
Puertas, que para más perjuicio, se abrían hacia adentro solamente. Esto será fatal en el momento de la crisis, pues la presión humana por salir más cerraba las puertas, impidiendo que se abrieran desde afuera.
Las paredes cubiertas de papeles y telas inflamables. Las vestimentas de las mujeres inflamables.
Las luces en esa época eran velas, lámparas de gas; nada de electricidad.
Estaba pintado para la catástrofe. Y eso fue, una catástrofe mayor.

El incendio mismo es relatado desde dentro de la iglesia, relatando los pensamientos, sentimientos y muertes atroces. Es una sesión del libro terrible, que se vive como si uno estuviera quemándose con ellas.
Serán sobre 2.000 los muertos, la mayoría mujeres. Habrá nanas y niños en cantidades.
Lo peor será después el dolor de los deudos. Algunos enloquecieron, pues perdieron demasiados miembros de la familia.
Hay hechos heroicos, hechos notables. Me emocioné hasta las lágrimas en muchas escenas.
Fue tremendo. Una historia chilena, de la que más vale saber. Y que buena forma, a través de esta novela excelentemente escrita por Francisca Solar.

El cierre del libro es  emocionante. Dolor en abundancia, pero a la vez, una relación de intenso amor.
Un libro que tienes que leer. 

jueves, diciembre 19, 2024

Libro Un hombre con suerte de Ricardo Glucksmann

Todo comienza en una visita a la ciudad de Bielsko-Biala, al sur de Polonia, cuando Ricardo finalmente encuentra la tumba de su abuelo paterno Jakob Glucksmann. Había muerto el año 1927 a sus 46 años. Lo había enterrado su esposa Olga Silberstein.

Ricardo Glucksmann
Confinado Ricardo el año 2020 por la pandemia del covid de nivel planetario, vio la oportunidad de emprender la tarea de indagar la historia de su padre.
Mientras vivió y él era chico, nunca atendió a las preguntas que su hijo Ricardo le hacía de la guerra y de sus antepasados. “No, no quiero hablar de esas cosas, decía”.
Sólo había conservado una foto de su madre Olga y de su hermano Fritz.

Cuando los alemanes invaden Polonia, el 1 de septiembre de 1939, al mismo tiempo que los rusos la invaden por el otro flanco, los judios serán buscados para exterminarlos, sin ninguna compasión. Algunos serán capturados rápidamente y llevados a los campos de exterminio. Otros corren a perderse.
Descubrirá después Ricardo que tanto su abuela como su tío mueren prontamente en manos de los nazis.

Este afán investigador de Ricardo, tuvo el apoyo de un investigador de Cracovia, al que contrató para estos menesteres y de su yerno Boris Candia, que diestro en las redes sociales, también tuvo algunos logros significativos.
Mucha gente apareció, del lado de padre y madre. Su madre Margaret Meissner, es también un personaje central de este libro. De hecho tiene todo un capítulo donde cuenta su propia historia,  bastante increíble, contada por ella misma, alentada para hacerlo por una nieta, hija de Ricardo.
Obviamente, pedirle a tu madre que cuente su historia, aparecerán hechos y situaciones que jamás te hubieras enterado, sino es por este ejercicio.
A mi me pasó lo mismo cuando interrogué a mi madre de su historia y salieron cosas de las qué nunca había hablado.

Ernesto Gluckmann y su mujer Margaret Meissner en el barco a Chile

Ernst (18) y su hermano Fritz (30) arrancan y son capturados prisioneros por el ejército ruso, que los manda hacia el sur a trabajos forzados.
Alemania traiciona a Rusia y la invade. Ernst pierde a su tío en alguna escaramuza y este después de vivir en sus condiciones de apátrida las escenas de guerra, siendo en una primera etapa, todo victorias de los ejércitos alemanes, que donde llegaban lo primero que hacían era pesquisar a todos los judíos del pueblo y simplemente exterminarlos, de la manera que fuera.
Hay que ponerse en los zapatos de este Ernst para entender la movida que hizo, que consistió en correr hacia donde estaban los alemanes y con los brazos en alto, declararse alemán, prisionero de los rusos, recién escapado.
Y zafa; le creen. Le ponen el uniforme alemán, de cabo raso y lo mandan, suerte la suya, a la sección de abastecimientos. Y pasará varios años de guerra, incluso con un par de ascensos.

Sobrevivir, se llama el verbo. Por suerte no tuvo que matar judíos, porque en ese caso, probablemente no lo habría tolerado y de alguna forma habría muerto.
Pero tuvo suerte, como dice su hijo. Hijo que si no es porque su padre logra sobrevivir, tampoco habría existido.
Suerte la tuya Ricardo también.
Hay un capítulo completo al final, sobre las escaramuzas de la Tercera División Panzer alemana, donde le tocó actuar a su padre Ernst. Esto fue desde el 1942 hasta el 1045. Varios años; mucho tiempo.

Otro capítulo notable es, terminada la guerra, Ernst se casa con Margaret Meissner y se embarcan el año 1948 en el barco General William Black, con destino a Chile, como refugiados.
Son 700 personas que desembarcan en Valparaíso; viajan en tren a Santiago y en camiones del ejército son llevados a su primer alojamiento, el Estadio Nacional.
Llega un grupo de acción solidaria judía y los saludan y dan algunos no pocos pesos.
Salen a pasear desde el Estadio Nacional. Hacen amistad con comerciantes que hablan alemán y se van moviendo por datos, recomendaciones y pistas.
Hasta que consigue una pega con sueldo mínimo y empiezan a parar la olla, viviendo en una mínima pieza cerca de Irarrázaval.

Prosperan, aumentan los ingresos y nacen Ricardo y su hermano Roberto.
Ricardo estudiará Ingeniería Civil Industrial en la universidad Católica y Roberto, medicina.
Ambos se casan y le aportan a sus padres seis nietos.
Su madre murió el año pasado y la familia hoy vive en la prosperidad, bien instalados en esta patria que es Chile.
Un libro en que uno se va encariñando con los personajes, sorprendiéndose de los avatares que les tocó vivir al padre y sí, la suerte de haber sobrevivido a esa guerra, como son todas las guerras, monstruosas.

Gracias Ricardo, por haber escrito esta historia de tus padres y antepasados, que me dejaron muy impresionado.