Esto significa que tenemos que mirar cómo conversan con ciertas distinciones de cómo son y pueden ser las conversaciones.
Según la propuesta de Otto Scharmer del MIT, se distinguen cuatro niveles o tipos de conversaciones: la conversación para agradar, el debate, el diálogo y la conversación generativa. (ver)
Para pasar de las conversaciones para agradar a las tipo debate, se debe activar y afinar el instrumento de la mente abierta, de manera que podamos recibir incluso la información discordante con nuestras creencias y formas de ver.
Esto es posible cuando logramos disolver la resistencia consistente en silenciar las voces discordantes, por ejemplo, a través de los juicios.
del libro Teoría U de Otto Scharmer |
Esto es posible cuando logramos disolver la resistencia consistente en culpar al otro; cuando hacemos esto rompemos la conexión empática y el otro simplemente se cierra.
En el diálogo ocurre un salto relevante, que consiste en verse las personas como parte del sistema y no como observadores externos al sistema que se observa. Cuando esto ocurre, permitir verse desde los ojos de los demás, sin sentirse culpable, sino abierto a ver posibilidades de mejora a través de cambios en procedimientos y conductas.
Para pasar de las conversaciones del tipo diálogo a las generativas, se requiere activar y afinar el instrumento del acceso a la inteligencia del cuerpo, a la intuición, a lo que siento emerge de la fuente de lo que soy en lo profundo. Esto requiere tener acceso al Yo en el ahora, o sensación sentida en el presente.
Esto es posible cuando logramos superar la resistencia que opera en la arrogancia, que es cuando el Ego está tan inflado que bloquea el acceso a las propias entrañas, con la consecuente sensación de vacío.
Un aspecto relevante de este proceso evolutivo en la calidad del conversar de los equipos, es que requiere una evolución en la forma en que atendemos; algunos dirán, en el nivel de conciencia.
En las conversaciones para agradar, la atención se sitúa en el centro mismo de la propia organización. Estamos parapetados en nuestras creencias y formas de ver, sin ninguna disposición a movernos de ahí.
En el debate, el punto de atención se ha movido a los bordes de la propia organización. Desde ahí ya podemos ver los datos discordantes y procesarlos.
En el diálogo, el punto de atención va más allá y logra situarse en el otro. Soy capaz de ver la realidad desde los ojos y sentir del otro.
En las conversaciones generativas, la atención se expande a todo el campo de la atención, tanto de mi mismo, como de todo el campo en 360 grados. Es una capacidad poco desarrollada a mi entender, que la meditación y el mindfulness cultivan.
del libro Teoría U de Otto Scharmer |
Insisto, creo y trabajo en mejorar la calidad de como se conversa en las organizaciones, lo cual es de alto impacto en los resultados.
Cuando los instrumentos de la mente abierta, el corazón abierto y la voluntad abierta, que es como Otto Scharmer llama al tercer instrumento de esta tecnología social, se bloquean, surgen cosas como la intriga y la desinformación, que envenenan las fuentes colectivas de conversación y pensamiento. El acoso y la intimidación, que envenenan las interacciones y las relaciones. Pudiendo incluso colapsar toda la malla social, solo quedando como posible, el autoritarismo, el control estricto y el despotismo.