sábado, mayo 15, 2004

Muerte en Irak

Entré a la oficina de Juan para hacer una escala de encuentro con alguien con quien me siento cómodo y acogido; la acogida fue inmediata y la conversación fluyó como esperaba. Sonó su teléfono y se puso a hablar; me puse de pié y me fui a un pizarrón donde me puse a dibujar unas figuras entrelazadas. Cortó y Juan me preguntó que era eso que había dibujado. Que ves le pregunté yo ? Cómo un perro me dijo; yo solté la carcajada, torciéndome para ver desde donde tendría que mirar para ver su perro; me divertí. Te quiero mostrar algo en la Web le dije, para explicarte que he dibujado, y nos pusimos los dos de cabeza frente a la pantalla.

En ese estado estaba cuando me dijo en tono mas bajo: tengo el video de la decapitación del norteamricano en IRAK. No, le dije, eso no podemos verlo, debe ser atroz. Si, me confirmó, y volvimos a nuestro tema anterior, mientras yo seguía cavilando sobre lo que sería ver algo así. Finalmente le dije, ya, veámoslo; y lo puso.

Aparecieron cuatro tipos de pie encapuchados, uno al lado del otro, y abajo un tipo vestido con una túnica rosada; el norteamericano. Un tipo leia y leia un par de hojas de daba vueltas de vez en cuando. Había una cierta tensión en el ambiente; el tipo en el suelo estaba quietísimo para la posición incómoda en que estaba; se notaba de pies y manos amarradas.

De repente entró a la oficina José y rápidamente fue invitado a acoplarse al espectáculo. Eramos tres cabezas pegadas a la pantalla frente a esa diminuta ventana dentro de la pantalla. La acción era monótona y larga, un tipo leia y seguía leyendo un texto en árabe.
mas vale echarse a volar
Derepente un tipo saca un cuchillo carnicero, pesca al norteamericano del pelo y lo tira hacia un costado, de manera de quedar en posición para con pie sobre su cuerpo, la mano tomándole la cabeza desde el pelo, aplicar cuchillo como quien deguella a un cordero. Y con brutalidad, rapidez, mientras se oian los gritos del pobre hombre, procedía a degollar y luego en varios movimientos de cuchillo, cortar completamente la cabeza y separarla del cuerpo y levantarla frente a la camara que filmaba.

Quedé en una pieza; atónito es quizás una palabra que expresa la emoción; paralizado, boquiabierto. José salió de la oficina rápidamente. Juan me dijo después de un rato, ya, vamos a lo que ibamos a ver; no, le dije, yo no puedo ir a nada mas, esto me dejó dado vuelta. Comentamos un pco mas la experiencia vivida y él se fue corriendo al baño mientras yo cual sombi me sumergí en la marea humana del paseo Ahumada del centro de Santiago, caminando ajeno a todo, en un estado emocional nuevo, como anestesiado, triste, apesadumbrado, serio, pensativo.

Había visto matar a un hombre como se mata quizás a un cordero, a un animal, porque fue un acto agresivo y brutal.

Que fuerte.

1 comentario:

  1. Creo que no debí leer ésto , estoy con las lágrimas " atoradas " en mi garganta y mi corazón late extraño , tengo miedo , mucho miedo de este mundo y lo que le espera a los nuevos seres ´que llegaran . Creo en un Dios y no entiendo porqué pasan éstas cosas .
    No sé que haya después de la muerte , creo en la reencarnacion y espero si es cierto regresar en un mundo mejor .
    Me duele saber de ésto . En mi México , últimamente se ha puesto de moda las decapitaciones , evito escuchar esto , me duele mucho .

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