Celebro el mérito de escribir un libro como este por parte de Ignacio Fernández, un psicólogo chileno.
Vivimos una época donde todo lo importante ocurre afuera de nosotros. Donde todos los méritos tienen que ver con cosas, logros, riqueza.
Ignacio Fernández mueve el centro de la mira del lente de dónde ponemos el foco de nuestra atención del afuera al adentro de cada uno de nosotros.
El hombre sabio que buscamos para que nos guíe, no está afuera, está adentro.
Lo primero a atender para prosperar en todos nuestros objetivos somos nosotros mismos. Parece el decálogo del egoísta, pero no. Me convence Ignacio Fernández con su argumentación.
Un cuerpo sano y vibrante, es tema de atención primaria.
Emociones controladas y más bien tranquilas, es también fundamental.
Y, meditar, centrarse, para atender, escuchar, lo que Fernández llama el GPS interior, que sería una especie de brújula que nos guía en el día a día.
Y lo más difícil, obedecer a la señal esa que viene de dentro.
Cuando silenciamos la mente en la meditación, nos dejamos invadir por esa luz clarificadora, que viene de un lado no material ni terrenal, sino divina.
Cuando ya encajamos bien ahí, las señales que recibimos en un acto de presencia profunda, son guías que debemos obedecer.
Y saber que el control al que estamos acostumbrados por el gobierno de la razón, no son para nada fuente de sabiduría como nos han convencido.
Si es cosa de mirar como está este mundo patas para arriba bajo este gobierno que bien poco comprende de la mirada sabia de la sensación sentida, del cuerpo, la intuición y las emociones.
Vivimos en un mundo absorbente, intenso, amenazante, que nos saca de lo esencial del ser, su interioridad, su misión vital, su razón de ser. Pensamos que si le damos bienestar económico a nuestros hijos y a nuestra posteridad, salvamos. Algunos he visto que caen víctimas de depresiones, crisis de pánico e incluso tumores invalidantes.
El mundo nos lecha para su objetivo imperativo e impositivo de maximizar el capital, para unos pocos y ojalá para mi. Y en la pasada dejamos tantas escobas, que hasta el planeta está colapsando. Y que decir de nuestro equilibrio interno.
Nuestros hijos no quieren, no necesitan padres burnt out, fundidos, liquidados, perdidos. Por favor.
Este libro es una excelente guía de lo que de verdad hace sentido.
Para, detente, cálmate, siéntate y escucha a tu GPS interno. Y por favor hazle caso.
Un libro que recomiendo demasiado.
ResponderBorrarDe la lectura del comentario (no del libro, puesto que no lo he leído) me queda la sensación de que alguien que busca “que hacer” debe volcarse a su interior, escuchar su GPS interno. Me parece bien, entiendo la idea. Sin embargo, creo que el tema es más denso.
Para mi el tema es el silencio, lo que debemos buscar es el silencio, la conexión profunda con nuestro SER. Lo recalco, porque me queda la idea de que esta conexión sería “utilitaria”, es decir, para hacer o emprender debes escuchar tu interior. Es cierto, pero al mismo tiempo hay una desformacion necesaria de aclarar.
Para mi lo esencial es la conexión con nuestro interior, este es un fin en sí mismo. Estoy conectado con mi ser, hice silencio, estoy en paz, estoy feliz, tranquilo, reconozco claramente el pedazo de divinidad que me habita, esto es todo. Llegue a mi objetivo, estoy feliz, agradecido de la vida, full conectado con mi creador y eso es el final. Estoy montado arriba de mi GPS, tengo claridad de la felicidad profunda que significa estar vivo, disfrutar del mundo, mirar y ser feliz, nada más, punto final. Hice silencio de verdad.
Ahora ocurre que como resultante de estar conectado, de escuchar a tu esencia divina, aparecen cosas que hacer, surgen inspiraciones, puede ser y es un hecho que así ocurre. Se trata por tanto de escuchar lo que el Padre te está pidiendo, pero lo esencial es conectarte con El, y ahí se verá estando descansando en El, que te pide, o cómo te inspira.
Este es el ejercicio sincero, la conexión, después viene la inspiración y si no viene, ¿qué importa? Ya eres feliz, estás conectado y ten total seguridad que nada te faltara. Pero no vengas aquí a conectarte para obtener la “llave de oro”, no funciona así, creo yo.
Buena interrogante te haces. Discernir como se mueven las cosas ahí en el silencio interior, no es fácil. Pienso que en el vacío interior está la fuente de todo. Ahí está en GPS interior que dice Fernández. Son cosas que no se pueden controlar; no son cosas que operan como estamos acostumbrados en el mundo. Brotan desde la nada, desde el no empujar nada. Solo requiere silencio, quietud y estar atento. Eso.
BorrarGabriel: muchas gracias por darte el tiempo de leer mi libro y hacer este bonito comentario. Profundamente agradecido.
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