jueves, marzo 16, 2023

El poder de las conversaciones en un mundo de alta complejidad

El mundo se ha puesto altamente complejo. La crisis del sistema educacional, pareciera que no damos pie en bola para resolverlo y cada vez que implementamos alguna nueva norma, la cosa empeora. Es cosa de ver colegios como el Instituto Nacional.

Nadie a solas o en grupo, con los qué piensan igual, tiene la solución.
Ya no sirve ponerlos a debatir para ver quien gana, pues ninguna de las partes tiene la solución.

Recuerdo a Nicanor Parra cuando dijo, la izquierda y la derecha unidas jamás serán vencidas. Más me parece que por ahí irá la cosa.
Poner a la izquierda y a la derecha a conversar, no a debatir, parece ser la vía para mejores soluciones. 

Lo que no sabemos, aunque creemos saberlo, es conversar. Conversar de buena forma.
Para conversar de buena forma necesitamos haber aprendido varias cosas antes:

  1. No hay una realidad ahí afuera. Lo qué hay son observadores particulares, qué ven realidades distintas, qué al parecer ellos mismos la están creando.
    Si no hemos superado este punto, nos entramparemos en las discusiones de quién está viendo la realidad correctamente, lo qué es un error filosófico-biológico-neuronal.
  2. Qué hay distintas maneras de escuchar al otro. Unas en qué escuchamos para refutar o ver si estamos de acuerdo. Otra en que  escuchamos empáticamente, poniéndonos en los zapatos del otro, queriendo comprender de verdad lo qué dice, porque lo dice y desde donde lo dice.
    Incluso podemos ir más a fondo con la escucha generativa, innovativa, qué ateniendo a lo qué emerge en la dinámica de la conversación atendemos a las cosas qué emergen del campo qué la interacción crea.
    Para un buen conversar tenemos qué aplicar un buen escuchar.
  3. Necesitamos distinguir los juicios de las afirmaciones, pues cuando se confunden se distorsiona mucho lo qué está pasando en la conversación.
  4. Necesitamos saber pedir, cuando de pedir se trata. Y necesitamos saber ofrecer, cuando de ofrecer se trata.
    Necesitamos comprender la importancia de los compromisos qué se adquieren en las conversaciones y el daño cuando no se procesan bien los incumplimientos. Su impacto en la identidad pública de las personas.
  5. Necesitamos cultivar la capacidad de no solo observar las emociones qué aparecen en las conversaciones, sino saber gestionarlas.
    Las emociones son el motor de todo lo qué hacemos y deben calibrarse en su real importancia. Lo mismo los estados de ánimo.
  6. Necesitamos distinguir desde donde hablan las personas, desde el deber ser, desde lo correcto o desde lo que ellos piensan y sienten de verdad. Tienen las personas una buena conexión consigo mismo, o están pauteados por las ordenanzas qué los rigen.
  7. Tener distinciones de los tipos de conversaciones qué existen, para saber llevar los debates a diálogos y los diálogos a conversaciones generativas.
  8. Tener herramientas para distinguir las formas más comunes de corromper conversaciones, como juzgando lo qué el otro dice, echando la talla, riéndose o burlándose, silenciando las voces discordantes, etc, etc.

Participar en una conversación de calidad en un grupo, es una de las experiencias más gratificantes y sorprendentes que se pueden tener; aparte de nutritiva.
En una conversación de calidad, el tema no es lo central, son las personas. Por ello es importante partir por que las personas se presenten. Necesitamos saber quienes somos los que nos hemos reunido a conversar.

Cuando las personas de una empresa u organización se conocen y conversan bien, la comunicación dentro de la empresa se hace más fluida, se avanza en inclusión,  la innovación prospera y la creatividad destructiva se hace posible. Estas son las razones por las que las naciones prosperan y harán que las organizaciones también lo hagan.

Pienso que es la solución para muchos contextos complejos que vivimos como país, como en las empresas, organizaciones, familias, etc.

5 comentarios:

  1. Anónimo3:48 p.m.

    Muy bueno Gabriel, nada mas cierto. Creemos saber conversar y lo que normalmente se hace es

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  2. Anónimo3:53 p.m.

    Darse vuelta en sus mismas creencias y modelos aprendidos.
    Es más bien una incapacidad de aprender, una carencia total de habilidades para sociabilizar. Nos falta muchísimo.
    Me sorprendí muchísimo cuando mi hija menor asistía a kinder en UK y solo jugaban, después comprendí que les enseñaban a sociabilizar, a verse unos a otros, a escucharse, … a conversar

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  3. Anónimo8:56 p.m.

    La conversación libre, sin objetivos ocultos, entre personas cultas aumenta el conocimiento, la empatía y la camaradería. Pero, conversar por conversar es un acto vacío, para matar el tiempo, es lo que ocurría antaño en los trenes. Después, si te he visto no me acuerdo. El intercambiar ideas varias, información de diversas fuentes en forma libre es como hablar al viento, no hay consecuencias…….
    Cuando hay diálogo con objetivos la cosa cambia. ?Que se espera de tal conversación? ?Hay un convocante? ?Hay un moderador? ?Que se hará con lo los temas y opiniones vertidas durante la misma? ?Quien concluirá la reunión ? ?Cual o cuales son sus objetivos? Aquí se producen duelos, bandos, estrategias de lucha aplicadas a la lógica, la razón y la implicancia. Si no se está dispuesto a perder mejor no participar. ?Cuales son los motivos ocultos y los aparentes de los partícipes? Esto si es conversar, con que al referirse a esa importante actividad social es necesario considerar el contexto en el cual esta ocurre y los objetivos que tiene cada uno de los partícipes.

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  4. Ma llamó la atención la distinción entre afirmaciones y juicios. Al buscar en la RAE me dice que un juicio es "1. m. Facultad por la que el ser humano puede distinguir el bien del mal y lo verdadero de lo falso." y una afirmación sería: "2. tr. Asegurar o dar por cierto algo". Te agradecería mucho si pudieras explicitar un poco más la distinción que haces entre ambos. Desde ya Muchas Gracias

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    1. En la naturaleza el bien y el mal no existen; solo existen en el mundo humano y son creaciones que hacemos las personas en las culturas. Por eso, los juicios con creaciones, en cambio las afirmaciones son verdaderas o falsas, pues apelan a la realidad consensuada. Ese muro es azul, puede ser una afirmación verdadera o falsa.
      Buen día Juan Ignacio

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