jueves, febrero 09, 2023

Libro El Sol de María Teresa Ruiz

María Teresa Ruiz, doctora en Astrofísica, chilena, nos pone la mirada en nuestra estrella, el sol.
Es cierto, con nuestros inventos que nos permiten iluminarnos con luz artificial y calefaccionarnos con energías de distinto tipo, hemos dejado de mirar al sol con la devoción que lo hacían nuestros ancestros.

Estamos abocados más bien a reducir nuestro descontrol en crecimiento tanto de población como de emisiones de contaminantes de efecto invernadero de nuestra atmósfera, con su inminente efecto en el calentamiento global y sus efectos en el clima.

Existimos gracias al sol y existimos gracias a los elementos de la tabla periódica producidas en explosiones de estrellas que llegan a nuestro sol en formación y de ahí a los planetas como el nuestro.
Nuestra Tierra recibió el impacto de otro planeta, del cual recibió otra dosis de minerales y del cual una parte terminó formando la luna que nos circunda.

El sol tiene un núcleo donde ocurren permanentes explosiones nucleares a través de las cuales cuatro protones chocan y forman núcleos de Helio con dos protones y dos neutrones, liberando muchísima energía. Esto
ocurre a temperaturas del orden de los 15 millones de grados Celsius.
En la periferia del sol la temperatura es de 6.000 grados Celsius. Está formado por plasma (gas de partículas con carga eléctrica) y se llama Fotósfera.
La superficie se ve como una sopa en ebullición.

El efecto del sol en la Tierra es significativo y variable. Hay etapas, a veces de décadas, de poca actividad e impacto en la Tierra y otras de gran actividad e impacto.
El efecto más visible son las auroras boreales y australes, pues las defensas de los campos magnéticos terrestres hacen que las partículas solares terminen entrando por los polos.

Los impactos dañinos sobre aparatos eléctricos y electrónicos han sido en algunos casos devastadores.
Sistemas de defensa norteamericanos destruidos por ráfagas solares; lo mismo el Metro de Paris, detenido varias horas por el efecto del sol.
Esto ha hecho que haya muchos observatorios dedicados exclusivamente a mirar el sol y avisar que vienen estas cosas. Incluso hay dos satélites circulando alrededor del sol, viendo sus movimientos y avisando tempranamente, para prevenir daños en las comunicaciones, vuelos de aeronaves, etc., etc.

Interesante ha sido detenerse un rato a ver esta estrella nuestra de cada día, que sin ella no viviríamos un segundo más y que tiene su temperamento, que no sabía era muy importante de estar enterado.

2 comentarios:

  1. Anónimo12:20 p.m.

    Admiro profundamente a María Teresa Ruiz,

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  2. Anónimo12:42 p.m.

    Gabriel, inicias tu post acerca de María Teresa Ruiz, con un "nos pone la mirada...", luego señalas "hemos dejado de mirar el sol con devoción...", en ambas frases está el verbo mirar,. La acción de mirar, de ver, es lo que constituye a un astrónomo/a. Hace poco tiempo me conmoví profundamente cuando contó la progresiva pérdida de su visión, en uno ya no tiene visión, y en el otro es de un 2%. Leí que dijo acerca de su ceguera "cuando cierro los ojos ya no soy ciega, porque ahí está mi memoria" y "lo siento como un desafío para buscar otros espacios donde seguir siendo feliz", dijo recientemente, y sabés ? no pude evitar las lágrimas. María Teresa Ruiz, me ha inspirado siempre, y desde que leí su infausta circunstancia, y sentí su poderosa humildad para aceptar en paz su presente, la admiré inmensamente más.
    Un abrazo
    Jorge

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