viernes, octubre 20, 2023

Libro Helgoland de Carlo Rovelli

Carlo Rovelli es un físico teórico italiano contemporáneo, que actualmente vive en Francia, nacido el año 1956.
Presenta los temas de la física cuántica de una forma que me mostró cómo afecta la forma de ver el mundo de una manera radical.

Werner Heisenberg
Todo comenzó con el físico filósofo Ernst Mach, que desafía la manera en que la ciencia mira a la realidad. Desencadenará discusiones no solo en la ciencia, sino en la filosofía y en la política. Aleksandr Bogdánov siguiendo esa línea de pensamiento influirá fuertemente a Lenin y el materialismo.
De esa misma vertiente de libre pensadores rompedores con la manera tradicional de pensar, tomará el bastón Niels Bohr con su teoría del átomo, que inspirará al joven Werner Heisenberg para que se fuera a la isla Helgoland a pensar las dudas que tenía Bohr. En esa isla Heisenberg tuvo la visión desde la cual dio el puntapié inicial a la física cuántica. Del nombre de esa isla, el título de este libro.

La ciencia venía siendo metafísica. Es decir, de unas pocas observaciones, los investigadores elaboraban toda una teoría de cómo estaba hecha la realidad; de ahí lo de metafísico.
Sacar fuera la metafísica y trabajar solo con lo observado, será el mandato. Por eso Heisenberg trabaja con tablas o matrices de datos; de esta señal luminosa de estímulo, esta señal de salida.
Elabora una matemática de multiplicación de matrices, donde A x B no es lo mismo que B x A.
Eso desencadena una física en que la posición y el momentum (velocidad) de un electrón, son imposibles de determinar al mismo tiempo.
La materialidad del electrón se pulveriza y queda en el centro la relación, la interacción entre el electrón y el observador.
Para qué decir cómo se comporta la luz cuando hay un observador presente (un agente consciente).
El observador pasa a ser parte del fenómeno natural que se explora.
La materia, que es el foco de investigación de la ciencia, y la mente, deben ir juntas. No están separadas. La mente es parte de la naturaleza.

De aquí en adelante pierden peso los objetos, las cosas y sus propiedades. Todo el peso recae en la relación, en la interacción.
Yo dejo de ser una esencia, un potencial que busca hacerse acto; sino que soy el resultado de la infinidad de interacciones que experimento.
Nos construimos a punta de experiencias de interacción.
La silla deja de ser una cosa en sí con propiedades intrínsecas. La silla solo tiene sentido en cuanto a las interacciones que las personas hacen con ellas. La silla adquiere sentido cuando una persona se sienta en ella.
Yo, la persona que soy, soy el resultado de las interacciones que he experimentado en mi vida. Dejo de ser, bajo la mirada de la física cuántica, algo, un ser esencial, con atributos intrínsecos.

Este libro remata con una consecuencia de todo esta nueva mirada en la biología. El ojo, nuestra mente, interacciona con el mundo, desplegando un sueño, que viaja desde el cerebro a la retina y que solo modifica cuando la realidad muestra divergencias. El tráfico va del cerebro a las células fotorreceptoras del ojo y no como pensábamos antes. El tráfico en el sentido contrario existe, pero es mucho menor.

Un libro apasionante, que intentará cambiarte completamente como vienes viendo el mundo. Cuidado.

3 comentarios:

  1. Anónimo9:26 a.m.

    Pienso que cuando abandonemos el cuerpo, nuestras sorpresas serán gigantescas. Pienso en la complejidad que nos falta por entender. Lo notable es como (en su mayoría) la humanidad se ha volcado hacia lo material, la ciencia, la economía, la medicina, todos concentrados hacia afuera, hacia lo percibido.
    Sin duda que lo percibido es importante, es nuestro mundo, sin embargo, ¿cuándo se investigará o descubrirá la “llave” que da acceso al origen?
    Es un area a la cual no podemos acceder, al menos mientras estemos “encarnados”.
    Los misterios que nos depara la “muerte” serán fascinantes! La ilusión de la vida, también lo es, sobretodo por lo bien hecha, al punto que estamos en su mayoría hipnotizados, ciegos a lo que viene.
    ¿Valdrá el esfuerzo de tomar consciencia ahora? O quizás solo hay que sentarse a esperar el desengaño

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  2. Anónimo6:33 p.m.

    Hola Gabriel, me encanta la humildad con la que asumes tu rol de comunicador, estoy comenzado la biografía de Gandhi y todo me hace mucho sentido, creo que todas las ciencias y la experiencia forman parte de una gran “cosa”, la verdad y de ahí nace nuestro individual aporte a lo infinita mente colectivo. ¿Cuando
    Comenzarás tu libro? Ya quisiera leerlo.
    Un abrazo, nos vemos en la desembocadura.

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  3. Lo que faltó decir es que en esta nueva mirada que aporta la física cuántica, yo, tu, somos en el núcleo, nada, espacio vacío. Pero espacio vacío consciente. Eso nos hace desplazar la mirada del ser a las relaciones, a las interacciones. Por eso empieza a ser central la conversación, la manera en que interactuamos, como nos comprometemos y como cumplimos lo que prometemos. Eso será lo que nos constituye.
    Pienso que esto solo, es un mega cambio paradigmático.

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